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sábado, 31 de agosto de 2013

"Tiempo de esperpento", por Josep M. Colomer

"Francisco de Goya, el afrancesado patriota, pintó en tiempos convulsos, de zozobra, catástrofe y desasosiego general. Hoy, como entonces, vuelven a deambular por la atribulada escena pública española, al modo de los dibujos goyescos, personajes deformes, farsantes ridículos, burros con traje, caníbales de tres al cuarto, algún monstruo repulsivo, romerías de desamparados que se arremolinan en busca de protección. Al mismo tiempo, un par de cabecillas desahuciados siguen librando a garrotazos su duelo fratricida, sin reparar en la cochambre que les rodea y ante un paisaje de fondo otra vez castizo y pintoresco.

El espectáculo grotesco que vemos cada día en el teatro de la vida colectiva española no parece ser el resultado de un espejo crítico que se empeña en deformar la realidad, exagerándola, sino que más bien transmite una imagen fidedigna de una realidad contrahecha. Da la impresión de que hoy no se lleva mucho el estilo pulcro y preciso ni abunda el gusto por el trabajo bien hecho al modo de Velázquez. Por el contrario, emerge otra vez lo deforme; es tiempo de burla, sátira y tragedia. Vuelve a ser tiempo de Goya. Y del esperpento de Valle-Inclán y el tremendismo de Cela. Seguramente también volverán los Buñuel, Berlanga y Almodóvar, si es que alguna vez se fueron del todo. De hecho, sus personajes más típicos ya están ocupando la escena principal."


Os traigo un extracto del artículo publicado por Josep M. Colomer en el diario El País, el 25 de agosto.

viernes, 30 de agosto de 2013

Fernando Beltrán, "Treinta y seis"

Treinta y seis

Treinta y siete,
treinta y ocho veces
te morderé los pies
hasta saber la horma de tu boca,
la fiebre que ayer tuve
y la distancia
de puntillas
que va del hueso al fruto,
del corazón a la lengua,
de la raíz al vértigo terrible
y el granizo
de tu piel y mis nubes
arruinando las uvas

de este mes de septiembre.

jueves, 29 de agosto de 2013

En una morgue de Damasco

Creo que esta es una de las imágenes más terribles que he visto en mi vida. Siempre es terrorífico ver fotos de niños muertos, o heridos, pero en este caso mi horror fue mayor porque inmediatamente superpuse el rostro de mi nieto al de cualquiera de ellos. No creo que muchos tengan más de diez años, la edad del mío. Esas piernas largas de prominentes rodillas, esos rostros morenos, sus caritas que parecen dormidas. Una pesadilla. Una morgue de Damasco. Firman la foto AFP/END.

Carlos Boyero nos recuerda esta infamia en un artículo que publicó El País el 25 de agosto. Lo transcribo:

El horror

"Cuesta imaginar cómo pudieron sobrevivir durante una década la gente del Vietcong que hizo la guerra ocultándose en las toperas, túneles a lo largo de kilómetros, cercanos a Saigón, en los que vivían permanentemente y desde los que acosaban al Ejército norteamericano en plan guerrillero, apareciendo para golpear con las trampas más sofisticadas y desapareciendo inmediatamente bajo tierra. Esos túneles eran tan estrechos que no concebías que seres adultos y con unos kilos de más pudieran moverse por ellos. Cuando visité las toperas solo los niños podían introducirse en ellas. A un aparatoso y exhibicionista señor porteño que se empeñó en meterse en ellos para hacerse la fotito verificadora, hubo que sacarlo con esfuerzos proteicos, casi con polea.

 Pero después de constatar la heroica capacidad de resistencia de esos soldados, sobreviviendo como topos, buscas datos sobre los muertos en ambos Ejércitos y deduces que fue una guerra excesivamente descompensada. Murieron 58.000 soldados norteamericanos y tres millones de vietnamitas. Una victoria muy cara. Sospecho que lo que movilizó a la opinión pública de cualquier parte del mundo contra esa interminable masacre, más allá de las atroces estadísticas de muertos, fue el masivo impacto emocional que provocó la fotografía de una desvalida niña vietnamita corriendo por una carretera después de haber sido abrasada con napalm. Hay que ser una bestia para no conmoverse e indignarse cuando ves niños, forzosamente inocentes, masacrados por la guerra, eso que los cínicos denominan como inevitables daños colaterales.

La espeluznante imagen de montones de críos sirios en estado convulso, gritando como poseídos, después de haber sido machacados con gases tóxicos, haciendo tan real como entendible la desolada certeza de Kurtz desde el corazón de las tinieblas (“El horror, el horror”) tal vez sirva para que la ONU y EE UU se tomen en serio lo de detener esa salvajada.

Es curioso que Estados Unidos se escandalice por el uso de armas químicas. Que incluso lo utilizara como falso pretexto para invadir Irak. No tuvieron el menor escrúpulo para hacerlo en Vietnam. Y no sé si las bombas atómicas sobre Japón tenían componentes químicos o físicos. Sospecho que a las infinitas víctimas, incluidos los niños, les da igual."

miércoles, 28 de agosto de 2013

Una espléndida banda sonora para "Nosferatu"


Hace unos días viví, en el Auditorio de Oviedo, una experiencia completamente novedosa de la que disfruté mucho: la proyección del clásico de terror Nosferatu, realizada por F. W. Murnau en 1922, acompañada de la banda sonora compuesta expresamente para este filme por José María Sánchez-Verdú, interpretada "in situ" por la Orquesta Filarmonía, dirigida por Nacho de Paz, y las voces femeninas de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo. La partitura vanguardista de Sánchez-Verdú se acopla a la cinta como anillo al dedo, con una precisión perfecta, multiplicando sin histrionismos el enorme potencial expresionista de la película. En ningún momento sentí extrañeza; las notas se desgranaban con tanta sutileza como emoción, potenciando y nunca disputando el protagonismo a las imágenes. Daba la sensación de que nunca vivieron separadas. Me gusta la música vanguardista. Esta composición me resultó de enorme belleza y plasticidad. 

De otra parte, me admiró el impecable trabajo del coro, creando sonidos imposibles, manteniendo notas extenuantes, con una precisión matemática. Si os soy sincera, en muchos momentos no fui capaz de distinguir si lo que escuchaba provenía de la garganta de las cantantes o de cualquier otro instrumento.

No sé dónde encontrar una muestra de la música, de modo que os dejo con el trailer de la película.

martes, 27 de agosto de 2013

Camino de Asturias

Adoro Castilla. La fotografío a través de la ventanilla del tren, camino de Asturias. Como os podéis imaginar, soy incapaz de conseguir una imagen decente, pero me decido a mostraros una cualquiera, esta con la que abro, por ejemplo. Enormes superficies de tierra amarilla, a lo lejos un bosquecillo, un pueblo alrededor de un campanario, tierra marrón revuelta esperando la siembra. Recuerdo que hace unos días, viendo de nuevo Doctor Zhivago en la televisión, me enteré de que esos inmensos paisajes nevados, la tundra rusa, fueron rodados en Soria. También me vuelve a la memoria las maravillosas fotografías de estos campos que Emmet Gowin realizó a petición de la Fundación Mapfre, una exposición extraordinaria de la que os hablaré uno de estos días.












Pero llego a mi tierra, suelto en casa la maleta y, caminando cinco minutos, me encuentro con esto. Escribe el poeta asturiano Fernando Beltrán en su poemario Poemas rebeldes:

Otra forma de amar.

La tierra de uno.

Ese extraño paisaje
en el que entras a veces

como se entra en un cuerpo
como se entra en un túnel,

como se entra en el verde,
sin saber si es un clima,
unos ojos muy abiertos,
o un color











lunes, 26 de agosto de 2013

"Todos los sueños rotos", por Manuel Vicent

"Año 1973. Los progresistas de antaño se reconocían entre ellos en la calle por la forma de vestir, trenca con capucha y trabillas de hueso, camisa de leñador, chirucas o zapatones de pisar charcos, chaquetas color miel de pana rayada, nunca de pana dulce. Lucían también ornamentos capilares, melena, patillas de hacha o barba ritual. El atuendo tenía sus complementos: la revista Triunfo bajo el brazo, Hermano Lobo o Por Favory el diario El País de los primeros años, hasta la llegada de los socialistas al gobierno. No se distinguían por su arrojo político; en general, frente a la dictadura preferían el sarcasmo a jugarse el pellejo con los guardias. Adoraban las sillas de enea, las alfombras de esparto y la cerámica popular; bebían tinto, pero todavía no hablaban de añadas ni sabían si el vino rompía en boca o tenía retrogusto. Ese vocabulario llegaría con el desencanto, años después, cuando se perdieron los ideales.

Ellas eran más valientes, más arriesgadas. Venían breadas por una lucha personal que buscaba primero la propia liberación frente al machismo y el autoritarismo del padre. Se implican en la batalla política con un proselitismo de piel, hasta el punto que no había forma de ligar con cualquiera de ellas si no pertenecías a la tribu. Llevaban botas altas, jersey de grano gordo o minifalda vaquera con blusa de algodón, bajo la cual dejaban bailar los pechos sin sostén libremente.

Los progres de manual eran gentes con estudios, la mayoría estaba o había pasado por la universidad, los más apreciados solían ser publicistas, informáticos, cineastas, fotógrafos, arquitectos e interioristas. Ellas eran profesoras o trabajaban en las multinacionales y se decía que alguna había alcanzado un puesto en la dirección de la empresa, pero normalmente se quedaban de secretarias de confianza de algún alto ejecutivo.

La extracción social era determinante. No podía decirse que hubiera obreros progres. Un metalúrgico de la Perkins o de la Pegasso, un campesino o un minero era simplemente rojo o nada. Tampoco en la universidad los estudiantes excesivamente comprometidos y concienciados encajaban en el diseño, porque en el boceto del progre había un elemento de frivolidad y erotismo porrero que ahuyentaba a los exiliados o militantes clandestinos, que se tomaban la lucha política en serio. De hecho un comunista que tuviera una amante era expulsado del partido. Los progres tenían una ideología de izquierdas, aunque también los había liberales furiosos, que en el fondo creían que era más explosivo el cóctel Manhattan, wiski con vermú rojo, que el cóctel Molotov y pensaban que el triunfo de la revolución social también consistía en llevarse a una de aquellas chicas de cara lavada a Oliver y después a la cama. Algunos troskoeróticos se fundieron con el hipismo, ensayaron la comuna y probaron el intercambio de pareja. Este hedonismo era también una frontera. No lograron la ruptura política, pero hicieron suya la ruptura en el placer.

La derecha los zahirió hasta el escarnio, pero a esa generación de progres, muchos de ellos hijos de vencedores en la guerra, le debe este país la libertad y la democracia. Venían de las tinieblas, fueron los primeros en viajar, en estudiar masters en Harvard y al principio ocuparon puestos de subdirectores generales técnicos en la administración del estado estando todavía los franquistas en el aparato y luego se incorporaron a las filas de UCD y del socialismo, ocuparon las instituciones y terminaron por trasformar el país. Finalmente los sueños de aquella generación se fueron al diablo."


Muchos de los visitantes de Mi casa que pertenezcan a mi generación, estoy segura, sentirán al leer estas líneas una ternura similar a la que he sentido yo !Benditos años¡ El artículo de Manuel Vicent no acaba aquí; su objeto es comparar a los jóvenes de entonces con los actuales. Merece la pena leer el artículo completo, aparecido en el diario El País ayer, 25 de agosto de 2013.

domingo, 25 de agosto de 2013

"La belleza encerrada" en el Museo del Prado

Si me preguntaran cual es la mejor exposición que se puede ver ahora mismo en Madrid, respondería sin dudarlo que La belleza encerrada. Es, probablemente, una de las mejores que he contemplado nunca. El Museo del Prado, falto de presupuesto para organizar muestras costosas, ha optado por rescatar de sus sótanos parte de los tesoros que custodia, y ha montado una exposición extraordinaria a base de pequeños formatos de grandes maestros, desde una Atenea Partenos del 130 d.C. hasta Adán dormido, de Juan Samsó, de 1882.













Me va a resultar imposible traeros a Mi casa todas las maravillas que he visto, ni siquiera una selección decente, pero en entradas sucesivas intentaré mostraros algunas de las obras que más me han maravillado. Salí de la exposición pensando que algo bueno nos traerá esta crisis si conlleva desempolvar obras de esta magnitud, normalmente vedadas al común de los mortales. El Prado atesora tanta belleza como muestra.












La Mesa de los pecados capitales, de El Bosco, preside una sala en la que también podemos contemplar la Extracción de la piedra de la locura, del mismo pintor, que os muestro al final de la página, a la derecha, y la solemne Piedad de Roger van der Weiden. La Mesa es una obra extraordinaria, con la que El Bosco vuelve sobre el tema del pecado, la condena y el infierno, mostrándonos distintas escenas de la vida cotidiana que simbolizan la soberbia, la avaricia, la gula, la envidia,la pereza y la lujuria. Un óleo sobre tabla realizado entre el año 1500 y el 1516.















Durante todo el siglo XVI los seguidores de El Bosco imitarán esta temática hasta la saciedad, pero ninguno alcanzará su maestría. Esa pincelada sin apenas retoques, la innovación que supone su colorido, más atrevido de lo que era común en su tiempo, ese punto caricaturesco de sus personajes, su exacerbada imaginación. Es un pintor que me fascina. Os invito a ampliar las fotos y descubrir el detalle.












viernes, 23 de agosto de 2013

"Paraíso: Amor", de Ulrich Seid

Paraíso: Amor es la primera entrega de la trilogía de Ulrich Seidl que acaba de estrenarse en España, a la que seguirán Paraíso: Fe y Paraíso: Esperanza. Llegó acompañada de excelentes críticas, de modo que me apresuro a verla. No suelen durar mucho en cartel las películas de autor. Y salgo en la misma medida encantada y conmocionada. Es un filme excelente, realizado con sensibilidad y mesura, valiente y arriesgado, un retrato atroz del turismo sexual, de la explotación que ejercen los países ricos sobre los subdesarrollados y de cómo estos utilizan las debilidades de aquellos para sobrevivir. Habla de soledad y desamor.




Salgo conmocionada. Cualquiera que haya visitado  África o el Caribe, por poner dos ejemplos, ha sido testigo de las escenas que nos muestra la película Recuerdo la conversación que mantenían dos españoles sentados a mi lado en el avión que nos llevaba a Cuba, uno informando al otro sobre las experiencias sexuales con jovencitas que le aguardaban en la isla. Días más tarde coincidí con ellos por las calles de Santiago. Caminaban abrazados a tres muchachas muy jóvenes; cuando nos vieron nos hicieron el signo de la victoria. Sentí ganas de vomitar. Pero juraría que en aquellos no encontraría ni la fragilidad ni la ternura que Seidl nos muestra en su película. No me perderé las siguientes entregas; ya os contaré.

 Os dejo con el trailer.

jueves, 22 de agosto de 2013

Xuan Bello, un poema

Vultur in fabula

DE UN TEMA D’ALEKSANDR BLOK

Dando vueltas alrededor un buitre se cierne
--que pudo escribir Fernán-Coronas—sobre el campo yermo
y esquilmado. En la casa gris (esto sí que lo dijo)
la madre enloquecida llora y al hijo le dice:
“Abrígate, mi niño, abrígate en mí
y crece como yo crezco en ti
abrazándote como la hiedra que agosta el manzano”.

Pasan los siglos,
pasan los días de yerba quemados
por la derrota y el abandono.
Pueblo mío, ¿vas a ser siempre el mismo,
trágico y bárbaro sin remedio?
¿Te leo como en 1982
los poemas de Espriu o de Ferreiro
como una canción de cuna que junto al río te meza?

Pero, ¿cuánto tiempo ha de gemir la madre?
Pero, ¿cuánto tiempo el buitre, alrededor,
ha de cernirse hasta que en el campo
nazca un silencio que desasosiegue
un poco menos que la muerte íntima?

No le pesa a quien deserta. También nosotros
como el buitre solitario, trazamos signos
alrededor para los que se fueron
con diverso acento idéntico y plural.

La madre, loca, se desvanece
como un eco que se apaga
en palabras que adquieren sentido
y orden y consistencia y pulso y armonía
mientras se olvida el desasosiego y la esencia;
y cuando por fin a la madre entendemos
le tapamos la boca y la herida de madre

y exigimos: «Madre, crece
en mí». Se lo decimos como si las madres
por advertirnos de la muerte no se muriesen
y en la casa gris fuesen capaces, con un gesto imperceptible,

de conciliar la pesadilla, el amor tremendo y el espanto».

miércoles, 21 de agosto de 2013

Perplejidades de la vida

Una mañana, sin razón aparente, recordé de pronto la novela Gramática parda, de García Hortelano, un libro que me fascinó en su momento y que, como tantos otros, desapareció un buen día de mi librería y nunca volví a saber de él. Sospecho que tiene doble fondo y que allí atesora muchas de las obras que me son más queridas. O eso, o mis amigos se han puesto las botas a su costa. La cosa es que ese mismo día, paseando por la Plaza de Santa Bárbara de Madrid, encontré en una librería de segunda mano un ejemplar idéntico al mio. Ni que decir tiene que lo compré.

Viene a cuento la anécdota porque vivo a menudo estas casualidades, que me dejan bastante perpleja. Recordar a un amigo del que llevo tiempo sin noticias y recibir inmediatamente una llamada; una película y ver anunciada su reposición en televisión; o lo que me ocurrió ayer mientras tomaba un café en una terraza.
Todo comenzó con dos anécdotas que me sucedieron hace algún tiempo en diferentes días. No es que me pase la vida sentada en las terrazas, pero allí estaba cuando se me acercó un hombre de alrededor de sesenta años, con el pelo en punta teñido de rubio platino y un Yorkshire en brazos. Sin mediar palabra me espetó: "¿Sabe que el crítico ha dicho que Sara Montiel fue la mujer más bella del mundo?" "¡Ah!", respondí, "sí, era muy guapa". Sin añadir más, se dio media vuelta y se fue. Pues me volvió a ocurrir ayer. El mismo hombre con el mismo perro e idéntica pregunta.

La otra anécdota la protagoniza la paloma de la foto. Entre los millares de palomas que pululan por Madrid, una tarde en la que vigilaba a mi nieto mientras jugaba en el parque me fijé en una en particular, una paloma bastante poco lustrosa, una de cuyas patas era un muñón y de la otra solo conservaba un dedo. La misma que ayer se posó en mi mesa y, ni corta ni perezosa, dio cuenta de los restos de una tostada con tomate que había dejado en el plato. Desayunó sin prisas y, al rato, saltó a la silla, de allí al suelo y se alejó contorneándose. Yo volví, atónita, a mi periódico.

martes, 20 de agosto de 2013

Jorge Manrique, "Coplas a la muerte de su padre"

Coplas a la muerte de su padre

  Recuerde el alma dormida,         
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte             
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,            
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

  Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,                          
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar          
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.

  Nuestras vidas son los ríos       
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;                        
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos        

y los ricos.

lunes, 19 de agosto de 2013

"La Cuina dels Ángels", en Mahón

Hace unos días os adelantaba que os mostraría un restaurante fantástico que descubrí en Mahón. Se trata de La Cuina dels Àngels, un "espacio gastronómico" que si viajáis a Menorca os aconsejo no olvidar. Lo primero que me llamó la atención fue su decoración, una mezcla de objetos variopintos colocados con un gusto excelente, objetos bellos, en ocasiones restaurados por los dueños, que conforman un ambiente gratísimo y muy original.












Como veis, la cocina está unida al comedor, lo que permite compartir con las cocineras sus quehaceres culinarios, aunque si se pretende mayor intimidad en la planta inferior cuenta con un espacio más recogido. Si os gustan esos objetos de la vida cotidiana cuya belleza se nos escapa, o aquellos ya en desuso que guardan todo su sabor; si os interesa la decoración, cotillead las fotos y disfrutareis.












Pero  lo que realmente justifica una visita es su carta, una lista de exquisiteces, una cocina imaginativa de excelente factura, elaborada con productos de alta calidad. Un disfrute, os lo aseguro. Placer de dioses. Y muy asequible. Ángeles, la cocinera, hace magia en los fogones.

domingo, 18 de agosto de 2013

"Ciudadanía fraccionada", por Fernando Savater

"En una de sus cartas, Voltaire asegura que los humanos tenemos un número determinado de dientes, cabellos e ideas que con los años vamos perdiendo paulatinamente hasta quedar reducidos al despojado modelo que la vejez presenta al público. Puedo dar fe personal de ese desguace, pero no todos sus registros me parecen igualmente deplorables. En concreto el adelgazamiento de la provisión ideológica tiene bastante de beneficioso.


La experiencia demuestra que rebosar de ideas no es señal de gran inteligencia, sino más bien de lo contrario: los sabios las someten al mismo régimen que las juergas y se permiten muy pocas. A quienes no lo somos, nos viene bien que el tiempo nos desbroce de la excesiva facundia, sobre todo en lo político. A mí me ha dejado reducido al ideal socialdemócrata y poco más. Ya sé que el término les suena peyorativo y anticuado a amigos a los que intelectualmente aprecio, porque les recuerda la propaganda ineficaz o nociva de ciertos socialistas al hispánico modo, pero a mi juicio equivale al sentido común (un punto escéptico) aplicado a la gestión de lo común. Aún más, creo que se trata ni más ni menos de lo que George Orwell (a quien por cierto ahora algunos, a propósito de Snowden, confunden con Mercedes Milá) llamaba common decency, la decencia corriente en lo que toca a lo común.

Ahora estamos viendo que la socialdemocracia, con su combinación cívica de derechos y deberes, su énfasis en la defensa de un espacio vital y unos servicios públicos no sometidos a la mera regulación comercial y su principio de que toda riqueza es social y por tanto debe ser socialmente responsable, no es una aspiración política facilona ni aburridamente modesta como algunos han podido suponer. Aún menos, desde luego, una suerte de totalitarismo light que marchita o proscribe la excelencia individual. Más bien se trata del auténtico esfuerzo revolucionario de la era contemporánea, contra la que han ido creciendo obstáculos institucionales y económicos que revelan el fondo subversivo de sus aparentemente sosegadas propuestas. Lo que parecía un ideal domesticado se ha convertido por la zapa de intereses reaccionarios en casi una utopía. En efecto, la socialdemocracia nunca ha pedido el sol a media noche, sino una red de alumbrado público eficaz cuando se pone oscuro. Eso la enfrenta por igual a quienes claman que debemos resignarnos a las tinieblas pues son naturales (salvo para los héroes capaces de conseguir su propia linterna) y a los que recomiendan apedrear las pocas farolas que pueda haber y exigir el amanecer ya o nada."

Os traigo un extracto del artículo Ciudadanía fraccionada, firmado por Fernando Savater y publicado por el diario El País el 15 de agosto de 2013. Me interesó fundamentalmente el arranque, aunque no estoy muy de acuerdo con todas las tesis que defiende. Sin embargo, es un filósofo que respeto cuya opinión siempre me hace reflexionar. En el link tenéis el artículo completo.

Edvard Grieg, "Sonata op. 36"



Hoy os ofrezco lo que estoy escuchando  ahora mismo, una de mis piezas favoritas. Una belleza.

sábado, 17 de agosto de 2013

Cosas

Como veis, esta entrada no tiene mucha razón de ser, solo mostraros estas fotos que tomé en Mahón, un objeto hecho con ramas secas y paja que colgaba de un hilo de nailon, suspendido en el aire. Bailando en el aire. Me gustaron las caprichosas formas que dibujaba sobre el intenso azul del cielo.














En esta terraza  vive un pequeño perro, un mil leches blanco y canela, uno de esos perritos que nunca nos llaman la atención por la calle, pero que poseen toda la viveza e inteligencia de aquellos a los que nada les ha sido regalado. Pues bien, todas las mañanas, cuando salíamos con el desayuno a la terraza, nos lo encontrábamos en la de enfrente, sentado junto a la puerta, tieso como un soldado. De vez en cuando pegaba un salto extraordinario para su tamaño y se asomaba a la contraventana de la puerta, yo creo que con el objetivo de empujar el pasador y acceder al interior. Una y otra vez, acompañado de un suave lamento, el perrito intentaba entrar en su casa. Tratábamos de hacerle gracias desde enfrente, hablarle dulcemente para consolarlo. Nos miraba con sus ojos redondos un instante, y enseguida volvía a su posición, alerta, aguardando. Cuando salíamos hacia la playa, bastante tiempo después, aún seguía en guardia, expectante. Mi pobre.














viernes, 16 de agosto de 2013

Mahón, noches de insomnio

Pasear de noche por el puerto de Mahón, el paseo salpicado de pequeños restaurantes con sus terrazas abiertas al mar. Va cayendo la noche. Ha refrescado y no apetece volver a casa, así que dilatamos el paseo. Entre las sombras, grupos de jóvenes ríen y fuman; varias parejas cenan a la luz de las velas; paseantes solitarios acompañados por sus perros; familias con niños. Pero la noche está en calma, no se siente el bullicio de otras zonas de la ciudad. El silencio permite disfrutar mejor del atardecer.













En la bocana del puerto, la Fortaleza de la Mola, y hermosos edificios entre palmeras. Cuando volvemos a casa y llega la hora de acostarse, comienza mi suplicio. El insomnio me mantiene la mayor parte de la noche en pie, asomada a la ventana, espiando a los escasos noctámbulos que deambulan por mi calle, al camión de la basura. Subo a la azotea y fotografío la luna. Demasiado cansada para leer, me desespera la lentitud con la que llega el amanecer. Entonces, cuando comienza a clarear, aparece el sueño.












jueves, 15 de agosto de 2013

Un paseo por Mahón

Esta es una ciudad deliciosa, donde el turista se confunde con los mahoneses (quizá por que en agosto todos vamos disfrazados de veraneantes), una ciudad plácida de calles estrechas y casas encaladas, palmeras y buganvillas. Y tiene uno de los mejores puertos naturales del mundo, por lo que siempre fue una plaza apetecida por las grandes potencias. La ciudad fue fundada por el general cartaginés Magón, hermano de Anibal, por lo que una vez anexionada al Imperio Romano fue denominado como Portus Magonis.












Luego fue de los vándalos, bizantinos, normandos y musulmanes, hasta que pasó a formar parte, en el siglo XIII, del Reino de Aragón. En el  XVIII pasó a soberanía británica tras la Guerra de Sucesión, convirtiéndose en un centro comercial y de contrabando. Todavía quedan vestigios de la presencia inglesa en la arquitectura de la ciudad.

























Aunque en pleno agosto el calor resulta asfixiante, efecto multiplicado por el altísimo índice de humedad, resulta encantador pasear por sus calles, sentarse en una terraza mientras escuchas a un grupo interpretando música de los ochenta, o antiguas piezas de jazz; o entrar a picar algo en la antigua Lonja. Allí tiene un pequeño local el restaurante  La Cuína dels Àngels, donde Ángeles nos preparó unas cuantas exquisiteces. En otro momento os mostraré el restaurante, un espacio gastronómico, como la propietaria gusta llamarlo, muy especial.