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lunes, 31 de marzo de 2014

En el centenario de Octavio Paz

Lecho de helechos

En el fin del mundo, frente a un paisaje de ojos inmensos, adormecidos pero aún chisporroteantes, aún destellantes, me miras con tu mirada última -la mirada que pierde cielo. La playa se cubre de miradas, escamas resplandecientes. Se retira la ola de oro líquido. Tendida sobre la lava que huye, eres un gran témpano lunar que enfila hacia el ay, un pedazo de estrella que cintila en la boca del cráter. En tu lecho vertiginoso te enciendes y apagas. Tu caída me arrastra, oh herida que parpadea, círculo que cierra sus pestañas, negrura que se abre, despeñadero en cuyo fondo nace un astro de hielo. Desde tu caer me contemplas con tu primer mirada - la mirada que pierde suelo. Y tu mirar se prende al mío. Te sostienen en vilo mis ojos, como la luna a la marea encendida. A tus pies la espuma degollada canta el canto de la noche que empieza.

Libertad bajo palabra

domingo, 30 de marzo de 2014

El Roto

El Roto, diario El País, 21 de marzo de 2014

"Fronteras", por Fernando Vallespín

En un libro de Z. Bauman que, ¡cómo no!, lleva el título de Vigilancia líquida, el anciano y lúcido profesor nos hace ver que las fronteras ya no coinciden con los límites geográficos. Ahora se ubican generalmente en los aeropuertos o en las bases de datos que en muchos casos están incluso fuera del país en cuestión. En este nuevo mundo las fronteras se han hecho, en efecto, móviles o “líquidas”. Si no, que se lo digan a la NSA, que nos espía allí donde estemos, sin necesidad de que sus funcionarios se muevan de Washington, Utah o dondequiera que tengan sus sedes. Tampoco hay fronteras para los satélites. El control se ha des-espacializado, la geografía es secundaria.

Y, sin embargo, nos empeñamos en pretender que todo sigue siendo “sólido”, que nada ha cambiado, y que la seguridad solo es posible al modo tradicional, afirmando el Estado territorial. Lo piensa Putin, desde luego, y también esta temerosa Europa de la renacionalización de todo, amenazada ahora incluso por nuevas fronteras interiores. O los países a los que se ha pedido que informen del seguimiento del desafortunado vuelo del avión desaparecido de Malaysian Airlines, que se niegan a dar la información de sus radares para que no se sepa la vigilancia efectiva que son capaces de ejercer sobre sus “fronteras”. ¡Increíble!

No es de extrañar así que respecto a la inmigración predomine una visión que S. Sassen ha calificado como de “imaginería de las invasiones masivas”, que tanto y tan profundamente están calando en la conciencia europea. La “violación” de las fronteras se convierte en algo insoportable; la de los derechos humanos parece, por el contrario, bastante más llevadera. La afirmación de las fronteras ha devenido en el signo de la incapacidad de nuestro mundo para tomar conciencia de que todo ha cambiado, que aquí también hace falta una nueva política; una política que tome como punto de partida la vulnerabilidad, la nuestra y la de ellos, la de los pobres “bárbaros” del sur; que nuestra seguridad pasa por su bienestar, y no por el filo de las cuchillas o la altura de las vallas; que solo mediante mecanismos de gobernanza global conseguiremos resolver los problemas de unos y de otros; que somos interdependientes, no sociedades aisladas y amuralladas, y que esas interdependencias son lo que hemos que gestionar.


Hoy se nos enfrentan dos imágenes, la de Putin con el ceño fruncido en su encendido discurso ante la Duma, tan lleno de resabios y remembranzas del mundo de ayer, y la de la alegría y los bailes de quienes consiguen saltar la valla de nuestra “frontera”, aquellos a quienes negamos un porvenir. A estos últimos les expulsaremos o les pondremos a ganarse la vida en las calles. A aquel le consentiremos casi cuanto se proponga. Somos enanos geopolíticos con ínfulas de grandes potencias a la antigua. Siempre mirando al pasado, el futuro queda como un mero tiempo verbal.

Fernando Vallespín, diario El País, 21 de marzo de 2014

viernes, 28 de marzo de 2014

The four Disgracers

The four Disgracers, es el título de estos cuatro grabados realizados en 1588 por el pintor y grabador Hendrick Goltzius, a partir de los diseños de su compañero de taller Cornelis Cornelisz van Haarlem. Ayer os hablaba de Las Furias, y de la exposición que protagonizan en el Museo del Prado. Aquí volvemos a encontrar a jóvenes arrogantes castigados por su imprudencia: Icaro, Faetón, Ixión y Tántalo, cuatro excelentes grabados al buril, un ejercicio de dominio técnico por parte de su autor, y de fascinación por la representación del cuerpo humano en los escorzos más forzados. Cuatro cuerpos en caída libre, como cuatro ángeles expulsados del paraíso precipitándose al infierno.
















Ícaro, cuyo afán por volar más y más alto, desoyendo los consejos de su padre Dédalo, le acercó tanto al sol que derritió la cera que mantenía unidas las plumas de sus alas, precipitándole al océano; Faetón, arrojado por Zeus del carro en el que guiaba al sol, cuya impericia sumió a la tierra en un período de frío polar seguido de otro de tan altas temperaturas que desertizó gran parte de África y oscureció la piel de sus habitantes; Ixión, castigado por haber tratado de seducir a Hera, esposa de Zeus; y Tántalo, castigado a hambre y sed insaciable por haber ofrecido a los dioses como manjar a su propio hijo.


jueves, 27 de marzo de 2014

Las Furias, en el Prado

Hace unos días os hablaba en una entrada de como María de Hungría había colgado en el salón de su palacio de Binche los cuatro cuadros de las Furias, que previamente había encargado a Tiziano, con el fin de agasajar a su hermano, Carlos V, y amedrentar a sus enemigos. Las Furias representaban a los príncipes alemanes que se habían alzado contra el emperador y a quienes este había derrotado en Mühlberg. De aquellos cuatro grandes lienzos hoy solo se conserva Sísifo, con el que abro el comentario, inspirado en el Torso Belvedere de Apolonio de Atenas. Tártalo se perdió en el incendio del Alcázar de Madrid, en 1734. Tampoco se conserva el Ticio original, aunque sí el que pintó posteriormente para el Duque del Infantado, muy similar al primigenio.  Ixión tampoco ha llegado hasta nosotros.















Las Furias, tema recurrente en la pintura los 120 años posteriores al trabajo de Tiziano, protagonizan estos días en el Museo del Prado una exposición magnífica, quizá lo mejor que se puede ver estos días en Madrid. En España se conocieron como Furias a cuatro moradores del Hades greco-latino, al que habían sido condenados por desafiar a los dioses. Son, pues, la personificación de la venganza. Ticio, cuyo hígado es devorado por un buitre como castigo por haber intentado violentar a una amante de Zeus; Tántalo, castigado a procurarse en vano alimento por servir a un hijo de festín a los dioses.












Sísifo, eterno portador de una enorme piedra por haber delatado las infidelidades de Zeus; e Ixión, castigado a dar vueltas sin fin en una rueda por intentar seducir a Hera. Con el paso de los años la representación de las Furias perdió su carácter intimidatorio y fue abordado por los pintores como un ejercicio de dominio técnico, ya que les permitía someter a los cuerpos a brutales escorzos y demostrar su pericia en la representación del cuerpo humano.













Os traigo algunos de los lienzos que más me han impresionado, comenzando con el Sísifo de Tiziano, realizado entre 1548 y 1549. Abajo a la izquierda, también de Tiziano, el Ticio al que me refería anteriormente, fechado entre 1560 y 1565. A ambos podemos contemplarles habitualmente en la exposición permanente del Museo. A su derecha Prometeo encadenado, de Rubens, y debajo dos de los cuadros más sobresalientes de la muestra, el Ticio, a la izquierda, e Ixión, a la derecha, de José de Ribera, realizados en 1632, ambos propiedad de Museo del Prado. El rostro del personaje que empuja la rueda de este último es sobrecogedor.  Sobre estas líneas Prometeo, de Luca Giordano (su modelo fue Hamán crucificado, de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, a su vez deudor de el Laoconte); y a su derecha Tántalo, de Giovani Battista Langetti.  Y cierro con un dibujo que, por si solo, merecería la visita: el Ticio de Miguel Ángel.


miércoles, 26 de marzo de 2014

Forges

Forges, 22 de marzo de 2014

La muerte de Adolfo Suárez

Como a muchos españoles, la muerte de Adolfo Suárez me ha producido mucha tristeza. Nunca le voté; a mis ventipocos años quería un cambio más radical, más rápido, un maremoto que borrara de la escena política cualquier vestigio del pasado. Adolfo Suárez era para mí un señor de derechas algo más civilizado que otros, pero facha al fin. Sin embargo viví aquellos años con el entusiasmo y la intensidad propia de mi edad, deseando que algún día la izquierda se hiciera con el poder y nos pudiéramos librar al fin de la carcundia que nos ahogaba. Como para tantos, su figura se ha ido agigantando con el tiempo, y ha ido apareciendo un sentimiento de ternura que es el que ha prevalecido estos días por encima del agradecimiento y la admiración. Fue un hombre con coraje, y la vida le maltrató en sus últimos años. Después del suicidio de la UCD, la enfermedad y muerte primero de su mujer, luego de su hija, y el alzheimer. No pudo disfrutar del reconocimiento de los españoles, los últimos recuerdos que le acompañaron fueron experiencias dolorosas, y eso me resulta atroz. Quizá estoy más sensibilizada al tener la enfermedad en mi propia casa.
Pero  lo que más tristeza me ha producido es la sensación de que con Suárez desaparece definitivamente mi juventud, una época trascendental de mi vida. Y de repente me he sentido vieja, me ha pesado todo lo que tengo detrás.
La vida es un proceso de desistimiento. Te vas alejando, vas soltando amarras. Qué nostalgia.

martes, 25 de marzo de 2014

Vivian Maier, la pulsión por fotografiar

Pocas cosas tan conmovedoras para mí como contemplar a un anciano durmiendo. En esa actitud de abandono se patentiza toda su fragilidad, su indefensión, y me inspira una enorme ternura. Me gusta mirar a mis padres mientras duermen y quiero pensar que puedo protegerles; espiar su respiración con la tranquilidad de saber que enseguida volverán conmigo.
Esos recuerdos me ha traído la fotografía con la que abro el comentario, una imagen tan espontánea, tan magnífica en su simplicidad. Dos ancianos se apoyan uno en el otro y dormitan.















El espléndido trabajo que hoy os muestro pertenece a una fotógrafa aficionada, una niñera norteamericana que jamás se separaba de su cámara y fotografiaba cuanto veía sin más afán que hacerse con aquel instante. No siempre revelaba los rollos para ver el resultado. Seguramente su situación económica tampoco le permitiría grandes dispendios. Se trata de Vivian Maier, un descubrimiento que debo agradecerle a una amiga, excelente fotógrafa a su vez: Ana Müller.















Vivió gran parte de su vida en Nueva York y Chicago, donde tomó la mayoría de sus fotografías. Escenas banales que, sin embargo, despiertan una enorme curiosidad por saber más de los personajes que retratan: a dónde iban esos tres hombres que se suben al coche y miran con cierto desafío a la cámara (el del centro parece un ganster: se me desboca la imaginación). Y ese anciano al que ayudan a caminar, ¿por qué llama la atención de la transeúnte? ¿hay algo que se nos escapa en esta imagen, quizá la función del edificio a donde se dirige?




Las pequeñas cosas, los rincones, los personajes anónimos, los objetos humildes, las ciudades tal como fueron, la vida en blanco y negro. 


lunes, 24 de marzo de 2014

La Orquesta Sinfónica de Montreal interpreta la 7º de Mahler

La Orquesta Sinfónica de Montreal interpretó hace unos días en el Auditorio la Séptima Sinfonía de Mahler, dirigida por su titular, Kent Nagano. Dicen los expertos que se trata de la orquesta americana de sonido más europeo; yo no entiendo lo suficiente para constatarlo, pero la ejecución de esta pieza me pareció brillante y misteriosa, aunque lo cierto es que la Séptima siempre me inquieta. Algo hay en ella desasosegante, incluso amenazante para mí. Sin embargo me atrapa y me mantiene tensa hasta el acorde final.
Esta sinfonía está formada por cinco movimientos concéntricos, organizados en torno a un núcleo (el Scherzo), que aparece rodeado de dos movimientos lentos (las Nachtmusik I y II), rodeados a su vez de otros dos que conforman el inicio y el final (Allegro y Rondó- Finale). El Scherzo, sobre el que gira toda la obra, es "descarnado hasta el hueso", en palabras de José Luis Pérez de Artega. No da tregua. Música hermosísima de enorme intensidad. Sólo los Nocturnos te dan algo de árnica.

Os dejo con ella:

domingo, 23 de marzo de 2014

Forges

Forges, diario El País, 21 de marzo de 2014

"Deshinchado", de David Trueba

Es fácil observarlo. Los globos cuando se deshinchan provocan más ruido. Algo así pasa con el patriotismo, que suele ser inverso al patrioterismo. Este último presume de fortaleza y mete mucho ruido, pero en realidad está deshinchando lo que dice defender. No hay más que oír las defensas retóricas de la Constitución, mientras la verdadera defensa del texto brilla por su ausencia ya sea en los desahucios o la protección de los servicios públicos. Una imagen perfecta de este fenómeno donde el ruido impide ver la pérdida de poder es la nueva legislación de urgencia para boicotear la justicia universal. En la anterior legislatura, los dos partidos mayoritarios pactaron un limado de competencias para salir del paso de las presiones israelíes en un caso concreto rodeado de muerte de civiles ignorado por la jurisprudencia de aquel país. Pero ahora la solución, en busca de agradar de manera sumisa a la autoridad china, nos lleva a un atolladero donde están en peligro los derechos de nuestros propios ciudadanos.

Dos jueces, Pedraz y Andreu, han sido los primeros en apuntar hacia el vaciado de la Constitución que conlleva plegarse a los deseos de las grandes potencias económicas en nuestro ordenamiento jurídico. Mientras generamos una alarma ridícula sobre nuestras fronteras valladas con alambradas y por defender la integridad nacional estamos dispuestos a saltarnos unos mínimos de protección de los derechos humanos, hemos puesto en venta la nacionalidad española, que puede comprar cualquier turbio millonario con tal de que adquiera una propiedad en nuestro suelo. La doble vara de medir utiliza el patrioterismo, pero sienta las bases del trato diferente a ricos y a pobres de una manera tan transparente que da náuseas.


Renunciar a ejercer la justicia contra los acusados de asesinar a cuatro religiosos españoles en El Salvador nos debería hacer pensar. Archivar la causa que trata desde hace años de esclarecer la muerte de José Couso en Bagdad rebaja nuestra dignidad de país. Ya estamos acostumbrados a que presuman de patriotismo quienes manejan cuentas en Suiza y caja B. Mientras muchos aseguran defenderla, la Constitución se vacía cuando niega el amparo a sus ciudadanos. Pero estamos demasiado distraídos con el ruido del globo como para ver que en realidad se está deshinchando.

David Trueba, diario El País, 21 de marzo de 2014

sábado, 22 de marzo de 2014

El taller de Francis Bacon

Interesantísimo el libro de Franck Maubert El olor a sangre humana no se me quita de los ojos, que recoge las conversaciones del autor con el pintor Francis Bacon. Arranca con una descripción de su estudio que me gustaría compartir:

"Finalmente la habitación importante, el taller. El antro. Un lugar protegido con celo.La realidad supera con creces lo que hasta entonces había entrevisto en catálogos y revistas. Cierto que no es el primero ni será el último artista en acumular tantas cosas: el pintor Walter Sickert acompañado de su mujer en su estudio muestra el suelo cubierto de estratos de periódicos y de detritos diversos...Sobre el entarimado de Bacon hay residuos de todo tipo que forman una especie de compost de sedimentos, una costra rugosa: lo opuesto a la limpieza "clínica" de sus cuadros, que sin embargo nacen aquí, y cuya anchura no puede exceder la diagonal de la ventana. Zapatos desparejados, guantes de goma rosa, platos, esponjas viejas, libros abandonados con páginas rasgadas, fotografías arrancadas... y pirámides de pinceles. Se disculpa:"Es que toda mi vida no ha sido más que un vasto desorden". Regueros de colores-anaranjado, violáceo, amarillo vivo, rosa estridente- corren por el suelo y trepan por la puerta y las paredes. El taller, iluminado por una claraboya en el techo y una bombilla desnuda, no es sino una paleta inmensa. Y una invitación a pintar. Este desbarajuste es el centro mismo de la imaginación pictórica de Bacon. Lo he visto engancharse a un tríptico dedicado al torero Ignacio Sánchez Mejías, muerto en combate, a partir de un poema de García Lorca. Más adelante sabré que solo conservará el cuadro de la derecha del tríptico. El artista no revela todas sus fuentes, no cuenta sus secretos de fábrica, algunos de los cuales se han descubierto después de su desaparición al investigar los documentos amontonados en su taller."











viernes, 21 de marzo de 2014

Ada Salas, un poema

El frío ha convocado a la ceniza.

No es oro el amarillo que pone sobre el cielo
un rictus lívido.
Nos tirita la lengua.

Y sin embargo anduve miles de millones
para llegar aquí
y quitarme una a una la piel de los zapatos
los jirones de ropa (no, perdón, dije sombra)

hasta quedarme en hueso

en palabras que suenen
como suena la caña
de los huesos
cuando silba por ellos la verdad
de la sangre.

Asomada al balcón
veo un vuelo de imágenes
(una urraca un vencejo una cotorra
-¿qué hace aquí un cotorra?-).
Un poco a mi derecha apenas
perceptible (describir para qué, ada, ada,
sólo el ruido con mueve) veo cómo se anuncia
(no describo hago ruido)
-y a pesar de la terca sequía-
en el talud
la hierba.

El frío ha convocado a la ceniza.

Pero insisto
he venido hasta aquí
para quedarme.
Ya en otro tiempo dije no es éste
nuestro tiempo. Pero lo haremos
nuestro.
Con palabras hirientes que penetren
en él y palpiten
con él.

Prepárate por tanto para el grito.
Para que todo suene
como suenan los cuerpos que se abren
para darle a otro cuerpo
la soledad
el blanco aburrimiento y la pasión
la plenitud la ira
el amor y la muerte.

Como suena
la lluvia


sobre el rostro llagado del desierto.

jueves, 20 de marzo de 2014

Grabados de Matisse en la galería Marlborough

Me gustan especialmente los pequeños formatos de los grandes pintores. Me fascinan los apuntes, los dibujos esbozados, los cuadernos que guardan esos estudios de un escorzo, un pie, una cabeza girando, de trazo rápido y espontáneo, con su frescura y sus errores. Me gusta mucho la obra sobre papel. Estos días podemos contemplar en la galería Marlborough la exposición Matisse, la esencia de la línea, una colección de grabados realizados entre 1900 y 1950.  Matisse sin color (el extraordinario cromatismo de Matisse): una ocasión fantástica para disfrutar de su trazo en toda su pureza, sin su apabullante protagonismo.



























Aguafuertes, punta secas, ochenta grabados que recorren  toda su época de producción. Los que más me gustan son los más abocetados, los de líneas más puras, en los que reconocemos a sus odaliscas y esos ambientes exóticos de los que tanto gustaba. Dibujos de líneas sensuales y contundentes que transportan inexorablemente a sus óleos, y las memoria los completa con su luz y su color. Una exposición deliciosa.











miércoles, 19 de marzo de 2014

"Joven y bonita", de François Ozon

Resulta inevitable recordar la Belle de jour de Buñuel al contemplar la peripecia de esta adolescente de 16 años, una hermosa niña bien sin grandes problemas ni en sus relaciones familiares ni en su trato con jóvenes de su edad, estudiante por la mañana y prostituta de lujo por las tardes. Decía el crítico de cine del diario El País, Carlos Boyero, que lo más inquitante de esta película era que el director en ningún momento apunta una motivación para tal comportamiento. La chica no goza particularmente en sus encuentros sexuales, no ansía nada concreto en lo que gastar su dinero, ni se intuye que pretenda experimentar con ello. No disfruta, tampoco sufre. El poder que su extremada juventud y enorme belleza ejerce sobre los hombres lo vive con una naturalidad fría y distante. Tampoco el director te sugiere en ningún momento que pretenda infringirse un castigo. Sin explicaciones, el espectador se convierte en testigo de su secreto.



















No me pareció una gran película, pero se ve con agrado y resulta inquietante y entretenida. A mi me conmovió en más de una ocasión: las madres de hijas no podemos sustraernos a la ternura ante la fragilidad que sabemos esconde la adolescencia, aunque esté recubierta de tanto hielo. Me gustó el trabajo de Marine Vacth. Os dejo el trailer:

)

martes, 18 de marzo de 2014

El Roto

El Roto, 17  de marzo de 2014

El Ministro del Interior impone una medalla a la Virgen

Acabo de enterarme, con bastante retraso, de que el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha impuesto la medalla de oro al mérito policial a la Virgen María, concretamente a Nuestra Señora María Santísima del Amor. Válgame Dios, me he quedado sin palabras. El día menos pensado se lo otorgan a la Santa Compaña, a la Comunión de los Santos o al don de la ubicuidad. Mientras tanto, ordena a la guardia civil disparar pelotas de goma a un grupo de emigrantes que intentan alcanzar nuestra costa a nado. En manos de este personal estamos.


"Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente"

lunes, 17 de marzo de 2014

La Colección Masaveu en el Palacio de Correos

Buena noticia para Madrid, pésima para Asturias. No hace mucho se hacía público que la colección de arte de la Fundación Masaveu (familia asturiana) abrirá próximamente sede en Madrid, en un palacio situado en el número 6 de la calle Alcalá Galiano, muy cerca de la Plaza de Colón. Como residente en la Villa y Corte me felicito por ello: los madrileños podremos disfrutar de una de las colecciones privadas más importantes de este país; como asturiana no comprendo como el gobierno regional ha dejado escapar un conjunto de joyas artísticas que, por lógica, tenían que haberse quedado en mi tierra.












La colección está compuesta por 1500 piezas que abarcan desde el siglo XII hasta la actualidad. Estos días tenemos ocasión de ver una fantástica muestra en el antiguo Palacio de Correos de la Plaza de la Cibeles, una selección de pinturas y esculturas de entre los siglos XII y XIX. Obras del Greco, Luis de Morales, Fernando Gallego, Joan Reixach, Mathis Gerung, el Bosco, Ribera, Murillo, Zurbarán o Alonso Cano, 63 piezas excepcionales.















Abro con un cuadro que me apasiona, la Santa Catalina de Alejandría  de Zurbarán, fechado en 1640, uno de los más hermosos óleos perteneciente a la serie que el pintor dedicó a la representación de santas ataviadas como aristócratas. Imponente la colección de tallas románicas y góticas expuestas en la muestra. En la entrada, un bellísimo Calvario, anónimo castellano de mediados del siglo XIII, que os muestro arriba a la izquierda. Sobre estas líneas una de las figuras que acompañan al Cristo, un precioso San Juan de madera policromada. Y, a la derecha, Santa Ana con la Virgen y el Niño, anónimo castellano del círculo del Maestro de Covarrubias.











En cuanto a la pintura, he seleccionado cuatro cuadros de excepcional calidad: de Mathis Gerung, El campamento de Holofernes, óleo sobre tabla fechado en 1538; a la derecha, un cuadro extraordinario, Las tentaciones de San Antonio Abad, de El Bosco; y cierro con El expolio de Cristo, de El Greco, y Virgen con el Niño, de Murillo. En el tintero quedan piezas tan relevantes como Santa María Magdalena de El Greco; San Diego de Alcalá de Pedro de Mena o San José y el Niño, de Alonso Cano, entre otras muchas. Una ocasión perfecta para ir abriendo boca de lo que será, en un futuro próximo, la visita a la Fundación.