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viernes, 15 de octubre de 2010

Julia Fischer y la Orquesta de Cámara de Europa, en Madrid



Esta maravilla escuché ayer en el Auditorio de Madrid, a cargo de la Orquesta de Cámara de Europa, dirigida espléndidamente por Yannick Nezet Seguin, y con la joven violinista Julia Fischer como solista. Extraordinaria interpretación, conmovedora, virtuosa, exacta. Este concierto ha sido siempre considerado uno de los más difíciles de interpretar, y Julia Fischer lo bordó. Si con 27 años es capaz de semejante maravilla, imposible saber dónde llegará.

El Concierto para violín y orquesta en Re mayor Op. 77 es una belleza y dentro de él, el adagio que os ofrezco una joya. Es Brahms.

Ayer también escuchamos otro adagio maravilloso, el de la Sinfonía nº 2 de Schumann, así como la Sinfonía nº 4 "Trágica" de Schubert, que nunca he sabido por qué la denominó así, cuando me parece más un canto apasionado a la vida y a la alegría. Creo recordar que el compositor la escribió a los 19 años, influido por las sinfonías de Beethoven, y quizá se le escapó la fuerza y el optimismo de la juventud entre los acordes.

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