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jueves, 18 de noviembre de 2010

Las viejas glorias del grafiti neoyorquino toman la calle




En 1980 los usuarios del metro de Brooklyn, en Nueva York, se quedaron desagradablemente impresionados al encontrar uno de los vagones decorado con este impactante grafiti: Mano de la muerte. El responsable era el artista conocido como Seen. El texto hacía referencia a la canción del grupo Black Sabbath. Treinta años después, según informa The New York Times, en una pared de ladrillo de la parte meridional del Gowanus Canal de Brooklyn ha aparecido un gran mural con una recreación del anterior. Aunque en esta ocasión, no tan truculento.

El verdugo y la bomba de relojería han sido sustituídos por Juana de Arco y la mano de la muerte por su nombre aunque, eso sí, atravesado por un enorme puñal y profusión de sangre y símbolos siniestros. Pero esto no es todo. Parece ser que una fiebre revisionista hace estragos entre los neoyorquinos, que se han lanzado a emular aquellos que se hicieron célebres hace treinta años, con mínimas variaciones. Se trata de un plan perfectamente orquestado por un colectivo de ex grafiteros con el objetivo de devolver a la calle unas obras que hoy sólo pueden encontrarse en los libros. Historia del arte del metro, se denomina el proyecto.


No deja de tener su gracia: lo que fue símbolo de rebeldía, la expresión de un NO mayúsculo estampado en el rostro de la sociedad, hoy tiene su lugar en los libros de historia y sus protagonistas lo reivindican como viejas glorias. Con la diferencia de que ahora cubren las paredes de dibujos con la aquiescencia del dueño del local y las autoridades competentes.

Un ex grafitero de 32 años confiesa al diario neoyorquino: "Las pintadas son una especie de cosa de la adolescencia: "Jamás acabaré siendo como mi padre, jamás haré algo que se parezca a lo que ha hecho otra persona" y al final, claro está, acabas siendo como tu padre". Resulta entrañable. Leyéndolo recordé una pintada que vi hace unos días, creo que cerca de la Plaza de las Comendadoras, en Madrid. La fotografié. Os la muestro.

Debería aplicarme el cuento.

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