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sábado, 30 de julio de 2011

Blackthorn


Lo he pasado muy bien la hora y media larga que dura Blackthorn. Me ha gustado el segundo largometraje de Mateo Gil, que se estrenó en 1999 con Nadie conoce a nadie. Hasta entonces lo conocíamos en su faceta de guionista, generalmente al lado de Alejandro Amenábar: Tesis, Abre los ojos, Mar adentro, Ágora. En esta ocasión el guión (bien trabado, buen ritmo) es de Miguel Barros.

Se trata de un western con todas sus características: la lucha de los buenos contra los malos (aunque el final depara sorpresas y nada es lo que parece), grandes espacios, persecuciones a caballo, tiroteos y un emocionante canto a la libertad. Sam Shepard, ese grandísimo actor, llena la pantalla y dota a su personaje de hondura y matices; Eduardo Noriega le da bien la réplica, lo cual no es nada fácil, y hace un buen papel. Una película muy disfrutable. Imprescindible verla en versión original. Os dejo el trailer.

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