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miércoles, 9 de noviembre de 2011

"El vigilante", de Harold Pinter


Magnífico texto de Harold Pinter: afilado, lúcido, creíble. Demoledor. La acción se va desarrollando en El vigilante suavemente, con la naturalidad de lo cotidiano. Los perfiles de los tres personajes protagonistas se dibujan pincelada a pincelada, con sus claroscuros, se van agigantando en el texto. Es una crónica anunciada de los desastres que la ambición, el miedo, la mediocridad desatan. "Todos, en mayor o menor medida, somos víctimas de nuestro propio sistema, como el pez que se muerde la cola. El miedo a la carencia nos lleva al exceso, el miedo a la opresión nos lleva a oprimir, el miedo al vacío nos lleva al deseo, el miedo a la libertad nos lleva a dios. El miedo hace la vida irrespirable. El que tiene poder lo sabe y lo aplica. Nos hemos fabricado un sistema de relaciones humanas que genera permanente tensión, incomunicación, con una lucha cíclica por el poder, y ay de aquel que se atreva a contestar, pues será alienado por el poderoso de turno", afirma Miguel Torres, director de la obra, en el programa.

La sala Lagrada de Madrid es un espacio pequeño, casi familiar, y esta cercanía con los actores redunda en favor del texto. No quiero desvelaros el argumento, pero sí os diré que me hizo reflexionar y las sensaciones que me produjo no me abandonan. En cuanto a las interpretaciones, encontré notable el trabajo de Miguel Torres como Davis, el vagabundo versus vigilante, y correctos a Héctor Tomás y Oscar Nagar. Si no tenéis ocasión de acercaros a la sala, merece la pena hacerse con el texto.

Tendremos más Pinter en Madrid. En esta misma sala la compañía Espacioscuro, dirigida por Torres, representará El Montaplatos y Pinter&Politics (Polvo eres y La última copa).

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