"Mi condición de hombre libre conquistada a duras penas invita a la modestia. La mirada desde la periferia al centro es más lúcida que a la inversa y al evocar la lista de mis maestros condenados al exilio y silencio por los centinelas del canon nacionalcatólico no puedo menos que rememorar con melancolía la verdad de sus críticas y ejemplar honradez. La luz brota del subsuelo cuando menos se la espera. Como dijo con ironía Dámaso Alonso tras el logro de su laborioso rescate del hasta entonces ninguneado Góngora, ¡quién pudiera estar aún en la oposición!"
"Dudar de los dogmas y supuestas verdades como puños nos
ayuda a eludir el dilema que nos acecha entre la uniformidad impuesta por el
fundamentalismo de la tecnociencia en el mundo globalizado de hoy y la
previsible reacción violenta de las identidades religiosas o ideológicas que
sienten amenazados sus credos y esencias."
(...)
"Alcanzar la vejez es comprobar la vacuidad y lo ilusorio de
nuestras vidas, esa “exquisita mierda de la gloria” de la que habla Gabriel
García Márquez al referirse a las hazañas inútiles del coronel Aureliano
Buendía y de los sufridos luchadores de Macondo. El ameno jardín en el que
transcurre la existencia de los menos, no debe distraernos de la suerte de los
más en un mundo en el que el portentoso progreso de las nuevas tecnologías
corre parejo a la proliferación de las guerras y luchas mortíferas, el radio
infinito de la injusticia, la pobreza y el hambre.
Es empresa de los caballeros andantes, decía don Quijote,
“deshacer tuertos y socorrer y acudir a los miserables” e imagino al hidalgo
manchego montado a lomos de Rocinante acometiendo lanza en ristre contra los
esbirros de la Santa Hermandad que proceden al desalojo de los desahuciados,
contra los corruptos de la ingeniería financiera o, a Estrecho traviesa, al pie
de las verjas de Ceuta y Melilla que él toma por encantados castillos con
puentes levadizos y torres almenadas socorriendo a unos inmigrantes cuyo único
crimen es su instinto de vida y el ansia de libertad.
Sí, al héroe de Cervantes y a los lectores tocados por la
gracia de su novela nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo
aquejado de paro, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y
exilio profesional de los jóvenes como en el que actualmente vivimos. Si ello
es locura, aceptémosla. El buen Sancho encontrará siempre un refrán para
defenderla."
(...)
"Como dije hace ya bastantes años, la locura de Alonso
Quijano trastornado por sus lecturas se contagia a su creador enloquecido por
los poderes de la literatura. Volver a Cervantes y asumir la locura de su
personaje como una forma superior de cordura, tal es la lección del Quijote. Al
hacerlo no nos evadimos de la realidad inicua que nos rodea. Asentamos al revés
los pies en ella.
Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro
primer escritor no nos resignamos a la injusticia."
El discurso de Juan Goytisolo en la ceremonia de entrega del Premio Cervantes no tiene desperdicio. Por cuestiones de espacio, os ofrezco algunas frases iluminadoras. El texto completo, en este link.
A la llana y sin rodeos debría de haber explicado porqué dijo y escribió que nunca aceptaría el premio Cervantes.
ResponderEliminarNo sé si lo dijo, pero si así fue, benditas contradicciones!!!
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