Copy Shop es el título de este inquietante corto del director vienés Virgil Widrich, nominado al Óscar en 2002 y con el que se dio a conocer internacionalmente. Un trabajo minucioso en el que empleó 8 meses para el que fueron necesarios 18.000 fotogramas rodados en vídeo digital que posteriormente fotocopió, manipuló para crear los efectos visuales y volvió a filmar uno a uno con una cámara de 35 mm. Un trabajo arduo con un excelente resultado. Merece la pena que lo veais.
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