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jueves, 27 de junio de 2013

Ángel González, un poema

Meriendo algunas tardes

Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.

Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados,
luego las nubes cárdenas y el cielo
-escupo las gaviotas-,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.

Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
-tras haberles quitado las espinas-
y cuando se me acaban
me voy rumiando sombras,
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.

4 comentarios:

  1. Me ha gustado este poema. Salgo unos dias, Sol, a la busqueda de la sombra del magnifico Lorenzo. Antes lo hubieramos dicho. Ya te contare, hasta pronto.

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  2. Se te echa mucho de menos, Angelín. Mil besos, Sol. (José)

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