La Orquesta Sinfónica de Radio Suecia no está considerada una de las grandes del mundo, y sin embargo hace unos días su interpretación de la Sinfonía núm. 1 en Re mayor Op. 66, "Titán", de Mahler no tuvo nada que envidiar a ninguna de ellas. La temporada de música del Auditorio madrileño ha comenzado con un nivel de calidad extraordinario. Daniel Harding es un joven director, mahleriano confeso, que dejó a la sala conmovida hasta el punto de que no se escuchara una tos ni un suspiro durante su interpretación (asunto milagroso, sin duda), o quizá fue que Mahler me trasportó muy lejos de mi asiento y no me enteré de esos tísicos conciertos con que acostumbra regalarnos el público madrileño. Sonó la Primera tal como es: a veces grandilocuente y exuberante, otras dulce y melancólica, transparente, profunda, envolvente, bellísima siempre.
Pero la sesión había comenzado con Paul Lewis al piano, interpretando el Concierto para piano núm. 3 en Do menor de Beethoven. Adoro todos los conciertos para piano de Beethoven, y el número 3 es una belleza. El segundo movimiento me dejó en la gloria.
Os dejo con Mahler, en esta ocasión interpretado por la Filarmónica de Viena bajo la dirección de Bernstein.
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