"La calle estaba desierta y una neblina cálida descendía flotando de las colinas. En la acera de enfrente, los eucaliptos permanecían inmóviles bajo la luz de la farola. Parecían una banda de amonestadores, observándome en silencio mientras me metía en el Oldsmobile. ¿No me lo habían advertido? ¿No me habían dicho que era un idiota cuando, aquella noche, me quedé quieto en los escalones de secuoya en lugar de intentar detener a Clare Cavendish en su precipitada marcha?
Crucé la ciudad a una velocidad excesiva, pero afortunadamente no me topé con ningún coche patrulla. La luna creciente flotaba en la niebla frente a mí cuando, al llegar a la costa, giré a la derecha. Olas fantasmales rompían bajo la luz de la luna; más allá de las mismas la noche era una oquedad negra y sin horizonte. Necesito a alguien, me había dicho, necesito a alguien.
Giré el volante para atravesar la verja del Pavbellón Langrishe y apagué las luces de cruce, tal como me había pedido Clare. No quería que nadie se enterara de mi llegada; imaginé que al decir "nadie" se refería a su madre; tal vez también a su marido. Conduje hasta el lateral de la casa y aparqué frente al invernadero. Algunas ventanas estaban iluminadas, pero no parecía haber nadie en ninguna de las habitaciones."
Banville metamorfoseado en Black resucita a Raymond Chandler en esta novela negra que tiene el olor y el sabor del clásico y que se lee de un tirón. Perfecta para descansar. Muy entretenida.
¿Todavía con la novela de la rubia ochichórnica? Eso ya es desgana, camarada.
ResponderEliminarVenga, a votar que hay que echarlos.
Algo de desgana, sí, e intereses más perentorios. Pero volveré.
EliminarUn beso
Si alguna vez fui bello y fui bueno
ResponderEliminarfue enredado en tu cuello y en tus senos
si alguna vez fui sabio en amores
lo aprendí de tus labios cantores.
Si alguna vez ame si alguna día después
de amar amé fue por tu amor
Tus recuerdos son cada día más dulces
el olvido solo se llevo la mitad
y tu sombra aún se acuesta en mi cama
con la oscuridad entre mi almohada y mi soledad
No hay nada más bello que lo que nunca he tenido
nada más amado que lo que perdí...
("Lucía", J.M. Serrat).
Preciosa, verdad? Estoy aprendiendo a tocarla en la guitarra.
EliminarRecuerda que Mi casa es la tuya. Te ecribiré largo, querido.
Un beso
Como tú, volveré querida Sol, que extraño tanto poder visitarte con frecuencia y leerte, a igual que a nuestros amigos. Ni de leer con desgana puedo. Muchos besos a tí y mi recuerdo al marinero de tierra.
ResponderEliminarCelia
Un abrazo fortísimo para ti, Celia
Eliminar¡Celia...!
ResponderEliminar(Permiso, Sol, como ella dice).
Muchos días han pasado desde tu escrito del 28 de mayo...Probablemente ya no estés pendiente de la ventana de esta Casa (tan poco ventilada, por cierto, pero da igual) y lo que escriba servidor quedará prendido en un ganchito de electrones pixelados, inédito para tus ojos transatlánticos (siempre que pienso en vos me viene a mientes Soledad Villamil, divina en "El secreto de sus ojos", de J.J. Campanella),
No alcanzo a saber qué es lo que tanto de aflige, tanto te parece amargar la existencia... Yo llegué a este muelle -marinero en tierra sin enrole a la vista- cuando quizás ya hubieses expuesto tus cuitas a la Patrona... Las ignoro y creeme que me gustaría saber de ellas, por si estuviese de mi mano aliviarte un poco, siquiera diciéndote alguna de mis acrobacias verbales (qué, si no). Así que si tienes un blog o cosa parecida y quieres compartir la información conmigo..., a vuestros pies señora. Hablaríamos.
Mañana leo en público algunas cosas que vengo escribiendo últimamente... Se me ocurre que, ya que has venido a nos y está fresco tu recuerdo, voy a incluir entre la broza que he de soltar un escrito mío de hace dos o tres años; era un micro-relato impostado e impostor, en el que simulaba ser un porteño que desgrana su pasado y que termina en puro suspiro de añoranza de Buenos Aires... Por el medio, como cañamazo literario, un pretendido (solo eso) slang de argentino en el exilio, trufado de giros tangueros (o milongueros). Vos te reirás de lo camelístico del lenguaje, pero te aseguro que por esta orilla del mar se hace algo creíble.
Quiero (permiso, Sol) transcribírtelo para que te rías de mi pretenciosidad. Mañana, cuando a eso de las 20 horas lo lea, me acordaré de vos.
Un beso, Celia (otro a Sol, claro).
ESCRITOS PORTEÑOS DE FEDERICO BENEDETTI
Recordada Amanda:
¿Por qué pensás que yo sea uruguayo y no altagraciano, porteño, patagón o ushuaiano?
Nacido en la Boca bonaerense, me replantaron pibe en el Stanley malvino, que un ebrio Galtieri rebautizó como Puerto Argentino; aunque poco le duró el crisma: lo que tardó en hundirse el Belgrano desde que la virago de la Pérfida Albión golpeó con su taconcito la tarima de los Comunes. Y así la crisma argentina resultó quebrada.
Tresquilé rebaños de merinas hasta mozo y después... vino el mar.
Y ahora, manumiso, me bebo el mate y los minutos en galpones de lunfardo y bandoneón.
Cuando la guita da licencia, sesteo en las terrazas de Corrientes y a medida que la plata escamotea, me corro hacia San Telmo o hacia la Boca, que allí los pesos parecen pesar más.
¡Pobre Argentina mía, que tenés el alma inquieta de un gorrión sentimental...! Sos así, siempre lo fuiste, te dejás embaucar por cualquier pelotudo ansioso de guita y cambalache y así te derrumbás, una y otra vez, con las patas boleadas por gauchos de Corrientes, 3,4,8, que te doblegan y te marcan el caminito que el tiempo no acaba de borrar.
Y así, con la zozobra, por una cabeza, por esta cabeza, me tenés piantao, piantao...
Esto escribía yo hace veinte años. Y veinte años es nada.
Volver.
¡Ah, mi Buenos Aires querido...! ¿Cuándo te volveré a ver?
PD.- No sé cuando lo leerás, Celia.
Ahí va. Besos a los dos.
EliminarHola Federico! (Con el permiso de Sol) Apenas abrí la puerta un aluvión de palabras, acrobacias- como dices- me recibieron.Claro, tuyas, y que tanto agradezco y también a Sol generosa..
EliminarMe reconfortan, me divierten, me alegran, me traen añoranzas de otros tiempos tan felices.
En realidad, la "Patrona" sabe qué me aqueja y qué me tiene ocupada como para no escribir.Mi cerebro parece que está a disposición del problema y aunque trato de despejarme de a ratos aparece alguna noticia que me absorbe.
Tiene que ver con una lucha de 17 años por mi casa. El abogado civil no logró éxito y empecé con otro, lo penal, que marcha bien pero los movimientos son diferentes; te llaman, hay audiencias, rechazan algo, pasa a la Cámara, te citan otra vez y así. Pero persevero, no importa el tiempo.
Tengo un blog que hace tiempo que no abro ni escribo.Te doy la dirección y también un mail si quieres.
El blog celblue.tumblr.com y mi mail celiafcanepa@gmail.com Creo que puedes escribir al blog y si no al mail.
Algo más, no tengo el más leve parecido con Soledad Villamil, ya mandaré foto. Y...cuando tenía quince años escribí , una estrofa entre otras: "Sirena, palabra y llanto
se me colgaron del brazo,
cuando bajaba del muelle
éramos cuatro bajando"
Los marineros solamente en los barquitos de papel que me gustaba hacer navegar en el agua que corría por la calle...
Gracias Federico por la ternura, Gracias Sol por recibirme!
Besos a los dos, que los tengo siempre presentes!
Celia
Celia: acabo de llegar de la Bahía de Cádiz, en donde he estado estos días pasados. Entre otros lugares, paseé cerca de la casa de Rafael Alberti, en el Puerto de Santa María. Él, sí que era un convincente marinero en tierra...
ResponderEliminarDe allí, tomaba ayer un catamarán y cruzaba la bahía hasta Cádiz. Desde la cubierta veía en lontananza los feos cascos grises de los barcos de guerra yankis amarrados en la base naval de Rota, hoy objetivo de primer orden en caso de conflicto nuclear, por causa de nuestros despreciables gobiernos recientes...
Acabo de llegar tras darme una paliza manejando de un tirón desde Jerez de la Frontera -en Andalucía- hasta esta casa cantábrica; y aún tuve tiempo de escaparme esta tarde hasta la formidable Elvas, en el Alentejo portugués, cerquita de Badajoz.
Y ahora echo un vistazo a mis cosas de la Red y leo con mucho gusto tus palabras. Te prometo que voy a tomar buena nota. Hablaremos.
PD.- Un beso a Sol y deseos de equilibrio y fortaleza.
De "Marinero en tierra" esta Elegía que me trae dulces nostalgias...
EliminarInfancia mía en el jardín:
Las cochinillas de humedad,
las mariquitas de San Antón,
también vagaba la lombriz
y patinaba el caracol.
Infancia mía en el jardín:
¡Reina de la jardinería!
El garbanzo asomaba su nariz
y el alpiste en la jaula se moría
Infancia mía en el jardín
La planta de los suspiros
el aire la deshacía.
Rafael Alberti
Para Federico viajero y a Sol, todo mi cariño.
Mi enorme cariño a los dos
EliminarTal día como hoy, guillotinaban a mi amada María Antonieta.
ResponderEliminarFersen.
Descanse en paz......
EliminarY con tu espíritu.
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