Tampoco olvidaré fácilmente el que nos ofreció hace unos días en Madrid. Un programa de lujo: Francesca da Rimini (Fantasía), seguida de las Variaciones rococó para violonchelo y orquesta, de Chaikovsky, esta última con Pablo Ferrández como solista, muy aplaudido por el público, que como propina nos ofreció Zarabanda, de Bach, y El cant dels ocells, de Pau Casals. Tras el descanso, la Suite sinfónica "Sheherazade".
Francesca da Rimini es una pieza preciosa, que disfruté doblemente al haber visitado hace poco tiempo el lugar donde se desarolla la historia que inspiró al compositor ruso. Fue en el Castillo de Grandara, en la Umbría italiana, donde en 1285 tuvo lugar la tragedia que inmortalizó los amores de Francesca y Paolo al ser recogida por Dante veinte años después en La Divina Comedia. La joven era hija de Guido da Polenta, y estaba casada con Giovanni Malatesta de Rimini, pero amaba a su hermano Paolo, que la correspondía. Cuando el marido descubre el adulterio, les asesina. Os muestro el castillo y la habitación donde fueron sorprendidos y asesinados los amantes.
A partir del verso 121 del canto V de la Divina Comedia, Francesca inicia su relato:
“Nessun maggior dolore
che ricordarsi del tempo felice
nella miseria...”
Francesca y Paolo leían un día la historia del caballero Lanzarote y la reina Ginebra, cuando sufrieron un rapto amoroso y se besaron. Quel giorno piú non vi leggerno avante, concluye Francesca la crónica de su desgracia. A Dante le impresiona tanto la tragedia que lleva a los amantes al Infierno, y allí los encuentra Chaikovski. Escuchando su música revivimos su sufrimiento, los tormentos del Infierno y la dulzura de la voz de Francesca hablando de amor. Una belleza. Escuchadla:
No hay comentarios:
Publicar un comentario