La Fundación Juan March nos acerca los tesoros que guarda el arte británico, exposición de la que comencé a hablaros en una entrada anterior. Un viaje que nos lleva de la mano a través de seis siglos, del XIV al XX, da para mucho, y son muchas las joyas que aquí podemos encontrar: desde salterios del XIV hasta las cubiertas del disco Sargento Pepper de The Beatles; desde una Pietá de alabastro hasta una litografía de Ian Fleming como James Bond.
Como siempre, la selección que hago para vosotros es incompleta y responde más a los caprichos de mi gusto que a cualquier otro criterio. Encontré deliciosos estos dos retratos infantiles firmados por John Everett Millais, un pintor que me encanta, responsable del lienzo Ofelia que podéis encontrar más abajo, entre los post que mantengo fijos en Mi casa. Los que nos ocupan los pintó en 1863 y 1864, respectivamente, bajo el título Mi primer sermón y Mi segundo sermón. Se trata de dos de las primeras obras del que llegaría a ser el pintor más popular de la época victoriana.
De los prerrafaelitas os traigo tres espléndidos cuadros. Encabeza el comentario El corazón de la rosa, firmado por Edward Coley Burne-Jones en 1889, y que representa el momento en que un peregrino es conducido por Cupido, el dios del amor, al interior de un jardín secreto para que conozca al Amor, una joven vestida de verde con un rosal como trono. El tema se inspira en el poema medieval francés Roman de la Rose, escrito por Guillaume de Lorris hacia 1237. Sobre estas líneas, dos cuadros impresionantes: Electra en la tumba de Agamenón, de Frederic Leigthon, fechado en 1868-69, y Proserpina, uno de los más hermosos cuadros de Dante Gabriel Rossetti, firmado en 1878. Es muy probable que la modelo fuera Elizabeth Siddal, la misma que protagonizó muchas de sus obras, como la Venus Verticordia o Lilith (también os muestro ambos cuadros en los post fijos del blog, abajo a la derecha).
A la izquierda una obra del que fue considerado el retratista más brillante y solicitado de su época, John Singer Sargent, representando a Ena y Betty, hijas de Asher Wertheimer y su esposa. Y termino con Un grupo familiar, de Stanley Spencer, pintado en 1937. Representan a la familia del artista poco antes de que se produjera su ruptura matrimonial, tras haber engañado a su mujer con la modelo Patricia Preece. En el cuadro observamos como la niña mira de frente, confiadamente, a su padre, mientras que su madre, con gesto agrio, desvía la cabeza hacia la derecha. Las muñecas, con los ojos vacíos, otorgan un plus de dramatismo al lienzo.
Hermosa selección, Sol. Y encima bien documentada. ¿Se puede pedir mas?. Un beso, guapa.
ResponderEliminarUn beso david
EliminarMe interesa el mito de Eros y Psique que ha sido interpretado por varios artistas.
EliminarLo analizo desde la literatura , por ejemplo, como aparece en "El asno de oro" de Apuleyo.
No sé cómo interpretarlo en otras manifestaciones del arte.Aprendo mucho contigo
Gracias
Celia Romero