El Palacio de Linares, hoy propiedad de la Casa de América, es una de las residencias más imponentes de Madrid. Situada en la Plaza de La Cibeles, en los terrenos de los antiguos Molinos de Plata y el Pósito Real, obra de los arquitectos Carlos Colubí, Adolf Ombrecht y Manuel Aníbal Álvarez, construido con piedra caliza, posee uno de los interiores más suntuosos de la arquitectura aristocrática madrileña. Su edificación comenzó en 1877, aunque las obras no concluirían hasta finales del XIX. En 1884 fijaron allí su residencia sus propietarios, José de Murga y Reolid y Raimunda de Osorio y Ortega, marqueses de Linares y vizcondes de Lanteno.
Lo visito una mañana de otoño y descubro un palacio bellísimo aunque prácticamente vacío, lo que resta encanto a la visita. Parece ser que a lo largo de los años los sucesivos propietarios se deshicieron de casi la totalidad del mobiliario, que solo en contadas ocasiones, a través de su adquisición en subastas, se ha logrado restituir. Es una lástima porque es el mobiliario y los objetos cotidianos los que dan calidez a las estancias y permiten al visitante hacerse una idea del modo de vida de sus habitantes. En contrapartida, su desnudez permite disfrutar sin distracciones de la belleza de sus estancias.
Lo primero que llama mi atención es el pavimento del zaguán, realizado en madera con el objeto de amortiguar el ruido de los cascos de los caballos, aunque imitando la forma y la textura de adoquines de piedra. La escalera es magnífica, como podéis observar en las fotografías. Construida en mármol de Carrara, los paneles de los paramentos, obra de Manuel Domínguez, están dedicados a las Artes, las Ciencias, la Arquitectura y la Industria.. La bóveda se remata con representaciones de las cuatro estaciones.
Aunque todas las habitaciones del palacio resultan imponentes, son las de la planta noble las que gozan de mayor suntuosidad. Dispuestas en la primera planta, recorremos el salón de baile con sus respectivas antesalas, el salón de tapices, el saloncito chino, el comedor de gala, que se abre al jardín posterior, el dormitorio, el baño y el boudoir Luis XV de la marquesa, y el salón de retratos.
En la decoración del palacio se distinguen distintos estilos, dependiendo del uso que se les asigne. Así vemos habitaciones estilo Luis XV y Luis XVI, otras estilo rococó y algunas de gusto más sobrio. Pero todas ellas magníficas. Maravillosos los techos, pintados con escenas mitológicas; los tapices de la fábrica de Gobelinos; las lámparas francesas; las alfombras de la Real Fábrica de Tapices; las telas que tapizan las paredes.
Pero no es solo la magnificencia del palacio lo que atrae hasta él al visitante. El Palacio de Linares alberga una de las leyendas más literarias de Madrid, según la cual por sus estancias vagarían los fantasmas de los marqueses y de su difunta hija, Raimunda. La historia comenzaría cuando José de Murga y Reolid confiesa a su padre Mateo Murga y Michelena su amor por una joven de extracción humilde, Raimunda Osorio, hija de una cigarrera de Lavapies. Mateo prohibe taxativamente esos amores, ya que Raimunda es hija bastarda del propio Mateo, por lo que Raimunda y José serían hermanos. Sin embargo José desoye la prohibición de su padre y contrae matrimonio con Raimunda. Sería a la muerte de Mateo cuando su hijo encuentra una carta en la que el padre le confiesa la verdad y entonces, horrorizado, solicita al Papa Pío IX una bula para seguir conviviendo con su medio hermana, permiso que este concede bajo la condición de no mantener relaciones sexuales.
Según la leyenda, desoyendo la prohibición papal, conciben a una niña, Raimundita, a la que asesinan siendo niña y emparedan en el propio palacio. El espíritu de la niña es el que hoy se pasea por las habitaciones llamando a sus padres y cantando canciones infantiles. A estas alturas los historiadores no se ponen de acuerdo sobre ese supuesto parentesco ni sobre la existencia de la niña. Abajo os muestro la llamada Casa de muñecas, una construcción encantadora anexa al palacio.
Conocia la leyenda y me acerque a su entrada en mi ultima visita pero desconocia que se pudiera visitar, creia que eran dependencias de la Casa de America. Me encanta visitar viejos palacios y ya tengo algunos vistos de Madrid. Me apunto este para mi proxima visita. Estupenda entrada, la del palacio tambien. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Sol. Gracias por esta visita al Palacio de Linares. Si esas paredes hablasen... Un abrazo.
ResponderEliminarMe encanta tu blog, en especial las fotografías de los lugares del palacio, es el sueño de toda niña vivir en un lugar así.
ResponderEliminarMe encanta tu blog, en especial las fotografías de los lugares del palacio, pues es el sueño de toda niña vivir en un lugar así.
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