Las cámaras de los móviles se van convirtiendo en el arma de guerra del nuevo fotoperiodismo. Hace unos días, H. Llanos Martínez nos hablaba desde las páginas del diario El País de Mobile Photo Group, un colectivo que ha elegido el teléfono móvil como herramienta de trabajo para sus reportajes fotográficos,sean de carácter informativo o más explícitamente artístico. Y me descubre a un fotógrafo del que no tenía noticia, el australiano Michael Baranovic, uno de los fundadores del colectivo, cuya obra traigo hoy a Mi casa.
Vas caminando por la calle y de repente ante ti una imagen que te sorprende, o te conmueve, o te enamora, algo, en fin, que te deja prendida, y tienes tiempo para sacar el móvil y captarla. Esa luz, ese gesto, esa composición. Me rindo ante quienes son capaz de "ver" (cuantas veces os lo he confesado). En infinidad de ocasiones he salido a la calle cámara en ristre predispuesta a "mirar" y captar ese algo más que vemos, por ejemplo, en estas imágenes. Regreso a casa con mi mediocridad a cuestas, pero habiendo disfrutado lo indecible.
Las imágenes capturadas por Baranovic trascienden el fotoperiodismo, poseedoras de mayor intencionalidad artística. Así lo han comprendido los agentes artísticos y su obra se ha expuesto en salas y museos de Berlín, Nueva York y Sidney.
"Una vez que me acostumbré a la idea de que siempre he tenido una cámara en mi bolsillo me puse a mirar el mundo un poco diferente. Comencé a buscar imágenes dondequiera que iba", manifestó Baranovic a The weekend Australian Magazine. "Cuando usas el iPhone eres invisible. No eres más que otro tipo jugando con su móvil en la esquina".
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