Los abatidos, ilusorios robles
de nuestro norte celestial, cálido como piedra,
irguiéndose
en el aire endeudado
de sangre que prospera
en torno a estos viñedos casi en sazón. Más lejos aún
que la ebriedad
que habremos respirado,
el ala de una hurraca ha de girar
hasta prenderse en nuestra sombra.
Ven
a por la calderilla de tristeza
que tengo para ti.
La editorial Seix Barral publica la Poesía Completa de Paul Aster que recoge los poemas del escritor norteamericano desde su primera juventud hasta nuestros días. Todavía no he tenido ocasión de tener el libro en las manos, así que he seleccionado uno de los poemas que recoge el suplemento cultural del diario ABC el sábado 29 de septiembre. Junto a una espléndida entrevista firmada por Javier Montes, Auster explicita su declaración de principios: "Dedico estas palabras a las cosas de la vida que no comprendo, a todas y cada una de las cosas que mueren ante mis ojos. Dedico estas palabras a la imposibilidad de encontrar una palabra igual al silencio que se halla en mi interior".
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