Si tenéis ocasión, y sois amantes de los libros, os recomiendo una visita a La Central de Callao. Cuando estamos perdiendo muchas de las librerías tradicionales de la ciudad, cuando el mundo de los libros sufre su enésima crisis (crisis endémica, según parece) que se inaugure un nuevo centro con un proyecto tan ambicioso es una gran noticia. Más aún cuando sus responsables pretenden no llenar los estantes con los últimos best sellers y buscar la rentabilidad a través de la literatura-basura, sino priorizar la literatura de calidad, esa que tantas veces cuesta encontrar en otros establecimientos.
Me encanta como se ha armonizado la funcionalidad con la recuperación de los elementos ornamentales de la casa. A través de una escalera se accede a los pisos superiores, y en las distintas habitaciones, abarrotadas de volúmenes, las diferentes secciones: literatura en todos los idiomas, ediciones descatalogadas o de difícil adquisición, historia, poesía, narrativa, economía, teatro, filosofía, arte, música, cine, fotografía... Una locura. La ruina para alguien como yo.
Abajo os muestro el cimborrio de la capilla y uno de los frescos que adornan lo que antes debió ser el comedor. La vista vuela de los artesonados a los títulos. Un vicio.
Qué maravilla de librería Solpau. Me encantan los proyectos que destilan tanto amor a los libros, en el sentido de querer dotarlos de un escenario especial, de un ambiente que eleve el rito de mirar y comprar literatura a una dimensión casi espiritual.
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