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domingo, 23 de diciembre de 2012

El fin del mundo

Pasó el día del fin del mundo y seguimos aquí, como era de esperar. La vida continúa con sus luces y sombras, para algunos más luminosa que para otros. Federico Mayor Zaragoza, en un artículo aparecido el viernes en El País, cuenta que entre el 20 y el 26 de diciembre tendrá lugar una alineación de astros que no volverá a ocurrir hasta que transcurra otra "cuenta larga" o B'aktún, la unidad más extensa del calendario maya, equivalente a 44.000 días. El día 21 fue el último día del decimotercer B'aktún. La cuenta se inició el día 21 de agosto del año 3.114 antes de Cristo. Da vértigo pensarlo, impresiona pensar que entonces existía una civilización con conocimientos astronómicos tan extraordinarios.  Así que, finalizado un ciclo, hace dos día hemos comenzado otra cuenta de 44.000 días (294 años y medio) que, por si fuera poco, coincide en el calendario maya con el final de un ciclo de más de 5.000 años llamado quinto sol . Acabamos de entrar en el sexto.

En vista de que llegaba el fin del mundo me dediqué a montar el árbol de Navidad con mi nieto, comencé a cocinar la cena de Nochebuena y charlé largo y tendido con gente a la que quiero. Termina un ciclo, comienza otro. Cuántas veces a lo largo de la vida he tenido esa sensación, en cuántas ocasiones se alinearon mis astros particulares de tal forma que ya nada volvió a ser lo mismo. Y desde la distancia creo que en general los cambios de rumbo fueron para bien. Sin embargo, ahora, quizá porque varias cosas sustanciales en mi vida penden de un hilo, quisiera que nada cambiara.

" Pero este fin del mundo de hoy lo que nos ofrece es una oportunidad maravillosa para celebrar los pequeños fines del mundo de cada día. Porque el mundo no se acaba nunca con un paff o un persistente olor a gas, sino que se le acaba cada día a mucha gente. Y ahora más que nunca. Se le acaba a quien pierde el empleo, a quien le quita la casa un banco, a quien le abandona la salud o se encuentra en el desamparo sin haberlo perseguido. Son esos fines del mundo a los que nadie concede ni la menor importancia, a los que apenas se les dedican películas de catástrofes. Porque esos sí que dan miedo y asco. No son carne de chirigota ni de película angustiosa a la que poner un final feliz para que funcione la taquilla. Porque nadie es presa del pánico porque el mundo se acabe hoy. Pero sí porque cualquier mañana se te acabe el mundo a ti". Así termina David Trueba su artículo "Fin", publicado en el diario El País . Sí, hay muchos motivos por los que se nos puede acabar el mundo que hasta entonces conocíamos, sin necesidad de que ningún meteorito se estrelle contra la Tierra.

La viñeta es de El Roto.

4 comentarios:

  1. Siendo que un fin del mundo siempre conlleva otro principio del mundo, confiemos en que este que ahora comienza nos pille un poco mas preparados, mas sabios y como todos los principios venga cargado de ilusión que es el motor que nos sacara poco a poco de este pozo. Que asi sea. Besos.

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  2. Sol Feliz Navidad para tí y todos tus seguidores desde http://fraguandoversos.blogspot.com.es/

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