Un jardín se transforma bajo la lluvia, Se abre como una ostra que deja entrever su perla. Brilla, palpita, se estremece. Se ahueca y se recoge, y si escuchas lo oyes susurrar. Un jardín bajo la lluvia es un lugar íntimo que arrulla los sentidos. El boj, la adelfa, el arrayán. El tintineo de la lluvia en el estanque. Las risas de la fuente. El temblor de las hojas. Los aromas.
Estoy sola en el jardín. El tiempo, destemplado, ahuyenta a los turistas. Bajo la lluvia, sonriendo, debo parecer la loca de Chaillot.
A veces siento nostalgia de usted, Sol. Y eso que casi no la conozco.
ResponderEliminarLo comprendo. Yo también siento nostalgia de cosas que nunca viví. Un abrazo
EliminarLa entrada es perfecta, las fuentes maravillosas, los húmedos grises refrescantes y las fotografías espléndidas. Te diría esto hace dos semanas cielo, pero hoy hay turistas a punta-pala, luce un sol radiante y hace calor, no obstante los jardines del "Sorolla" están siempre preciosos.
ResponderEliminarGracias cielo. Besos
EliminarNo imaginas, Sol, después de un tiempo que me roban las rutinas, los quehaceres y las ganas, entro a tu Casa y me encuentro con la lluvia (que amo! - así como al sol-) , los jardines bellos y esas fuentes que soñé alguna vez tener en mi casa. Increíble! .A esta altura creo que intuyo lo que voy a encontrar tras la puerta de tu Casa.Besos!
ResponderEliminarQué alegría leerte, Celia. Nada me gustaría más que Mi casa fuera para ti un lugar de paz y alegría. Todo mi cariño, amiga mía
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