El tamaño de las cosas. El del Estado, por ejemplo. Si le
preguntas a Rajoy, te dirá que debe ser lo suficientemente grande como para
atender a las necesidades de la banca corrupta, pero no tanto como para abrir
los oídos a las demandas de los enfermos de hepatitis C. Como cualquiera
entiende, eso es un contradiós, porque lo que nos tendríamos que gastar en
Sovaldi, comparado con lo que se han llevado los bancos, es pura calderilla. De
lo que se han llevado, por cierto, cabe deducir que aquí teníamos hasta hace
cuatro días un pedazo de Estado que entre unos y otros han dejado en los
huesos. No hay más que ir recopilando lo que se llevó este de la caja porque
sí; aquél, por la indemnización; el de más allá, por si las moscas… Ponemos
todas las cifras, una debajo de la otra, en forma de columna, rematamos su base
con una rayita horizontal y empezamos a contar con los dedos. Verán ustedes,
sale una fortuna, y eso dejando fuera los aeropuertos inútiles, los apeaderos
intempestivos y la evasión fiscal legalizada. Sale dinero como para construirse
un Estado con vistas al mar. Habría que averiguar con medios contables más
precisos el porcentaje exacto en el que nos hemos reducido y analizar la forma
en que se ha administrado esa disminución. Pero así como se puede hacer la
cuenta de la vieja de lo que nos han robado, se puede hacer de lo que no nos
han devuelto en salud, en dependencia, educación, pensiones y servicios
ciudadanos en general. Al extraer la diferencia entre ambas sumas, se comprende
que el déficit es ideológico. Y si es ideológico, mal asunto porque los
enfermos de hepatitis C, entre otros, son ahora mismo la carnaza que hay que
echar cada día a la industria farmacéutica para calmar su sed de plusvalía.
Juan José Millás, diario El País, 9 de enero de 2015
Me ha dicho un pajarito loco que en Europa (Dios mediante) se está cociendo (a fuego lento, eso sí) una revolución. Porque eso de tener a mucha gente preparadiiiiisssssima, enteradíííísima, cabreadíííísima..., y pretender que se resignen a que una Teresa de Calcuta pase por el barrio, cada anochecida, a cargar con los cadáveres de los que se mueren en las calles..., pues que dice el pájaro loco que va a ser que no: que esto estalla (se chupó el extremo de un alerón y dijo: "por estas").
ResponderEliminarJajajaja. Un poco loco, tu pájaro.
EliminarCreo que el único tamaño del que dependemos, es el del valor ético y moral de los dirigentes(por llamarles de alguna manera), no de las ideologías. En esa mal llamada suma algebraica, pues es una resta, nos han restado por la derecha, por la izquierda y por el centro y se lo han llevado "pa dentro" sin ningún tipo de vergüenza. El tamaño real del Estado depende del tamaño real de la ética y moral que tengan su clase política, y desgraciadamente en España es negativa por tanta resta. No me extrañaría que hubiera no un pájaro loco no, sino bandadas volando por toda Europa.
ResponderEliminarVeremos, este año nos deparará sorpresas. Un beso, cielo
EliminarMe dice el pájaro loco (nada que ver con otro pájaro, que siendo cuervo quiso ser paloma blanca: loco también el cuervito iluso, que poco o nada sabía del canto de las sirenas); me dice, digo, el pájaro loco, doña Sol, que, mal que le pese, o la revoluta o asumir postrados lo que denuncia Antoni Aguiló, filósofo político y profesor del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra, y que hoy puede leer usted en las páginas de PÚBLICO.es. Se iba a enterar de cosas que importan sobre lo que él llama el "fascismo financiero" (o sea, la Troika, la Mafia, etc.).
ResponderEliminarPues, ya sabe: o plantar cara, o ir aflojando el cinturón..., para teminar a cuatro patas (do you know?).
Estoy algo informada, querido. Saluda a ese pájaro de mi parte. Un beso
EliminarHola Sol Pau,
ResponderEliminarEstamos en un mundo lleno de seres humanos que no dejan de sorprenderme y dios me libre de querer estar en posesión de la verdad absoluta, los cubanos dicen una cita que me encanta "hay tres verdades, la tuya, la mía y la verdad", seguro que alguien puede leer el articulo del señor Millás y no estar de acuerdo con su análisis de la situación, pero si eliminamos, análisis, de la ecuación, lo que queda es la situación y esa es la única verdad y que me perdonen los cubanos, que desde aquí les mando un abrazo y animo en su nueva revolución, que como dijo el Che en las Naciones Unidas-por decir algo- esta es una libertad que tiene paredes invisibles.
Un abrazo.
Un abrazo fuerte también para ti, Juan María. Siempre me alegra verte por Mi casa
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