El sábado acompañé a mi nieto a un partido de baloncesto que enfrenta en un campeonato a distintos colegios, en un polideportivo cercano a su casa. Era la única abuela entre un grupo de padres entusiastas que lo mismo aplaudían y vitoreaban las canastas de sus hijos que las del equipo contrario (qué gusto tratar con gente bien educada). Todos pertenecen a sexto de Primaria, así que rondan los once años. Jugaron con pasión, pero en ningún momento percibí un ápice de agresividad ni un mal gesto por parte de ninguno de los jugadores. Me llamó la atención la variedad de razas que componían los dos equipos: chicas y chicos blancos, orientales, negros, mestizos, indios. Y recordé una anécdota que viví con mi nieto hace unos años. Un día me confesó que tenía novia (una compañera de clase) y cuando le pedí que me explicara como era me dijo que simpática, graciosa, guapa y que olía muy bien. "Huele como esto", me dijo, tendiéndome un paquete de celofán que tenía en la mano y que olía a caramelos. A los pocos días me la enseñó: era una preciosa niña de color. Me encantó que no hubiera utilizado este dato como seña de identidad a la hora de describírmela. Y pensé que si logramos un mundo en el que nuestros nietos no caigan en la cuenta de la raza de los otros, no lo habremos hecho todo tan mal.
Sol el sábado voy a estar en Sol: Te espero. Llevaré un paraguas grande, una manta, un termo de café y una barrita de manteca de cacao. En clave de sol, esperaré al sol de Sol a Sol.
ResponderEliminarFantástico. Yo iré de Isadora Duncan. Allí nos vemos.
EliminarLlévate un foulard corto, no vaya a enredarse en los radios de mi cuádriga dorada. Así me he de presentar en el Foro: como Febo triunfante que se mira en el espejo. Y ve a Sol, claro.
EliminarMamitina guapa:
ResponderEliminarGracias por haberme enseñado, cuando tú eras más joven y yo monísima ;-), que no se puede ni se debe juzgar a nadie a la ligera, que hay que ponerse en la piel del otro y ni aún así llegamos a comprender, y que la libertad no tiene precio. (Ni signo político, ni credo, ni raza)... Y a defender la alegría a toda costa.
Y gracias por ayudarme con Ramón, con quien tanto queremos. (Y de paso plagio a M. Hernandez)
Y tantas cosas más, tanta belleza en mi infancia, a pesar de todo, que no acabaría nunca...
Y gracias por estar. Por seguir estando. A pesar de todo. :-)
Y no hace falta decirte lo que te quiero.
Mi niña, tú me enseñas a mí mucho más todos los días. No te cambiaría ni una cana del pelo :) Adelante como los de Alicante!!!! Y yo te quiero hasta el infinito y más allá. :)
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