En verano de 2013, la Fundación Mapfre organizó una exposición sobre Giacometti de la que fui incapaz de escribir. A veces me ocurre. Ha habido algunos conciertos de los que no he podido hablaros, porque no me sentí capaz de poner en palabras lo que sentía. Y algunas exposiciones, algunos paisajes. Tal me ocurre con Giacometti, especialmente con alguna de sus obras.
La muestra organizada por Mapfre fue extraordinaria, y allí contemplé algunas piezas que me cortaron el aliento. Y, más que ninguna otra, el Hombre que camina. Existen numerosas versiones de este hombre caminando, que el artista convirtió en el símbolo de su constante búsqueda de la perfección. Pero siempre es él mismo, y a mi se me agarró al corazón. Camina algo inclinado hacia adelante, los hombros algo vencidos, los brazos caídos, y esas piernas interminables. De espaldas, es la imagen de la desolación. Parece que se dirige a algún sitio pero yo siento que está perdido. Y cuando vi de cerca su rostro ya no lo pude olvidar.
Sus ojos.
La Fundación Canal a vuelto a traer a Giacometti, os lo comentaba hace unos días. Un hombre que mira, es el título de la exposición. Antes de hablaros de ella, he querido traerle a él.
Me gusta lo que dices... piernas interminables... igual que la búsqueda
ResponderEliminarGracias. Un abrazo
Eliminar