Que muchas de sus fotografías poseen intencionalidad erótica, está fuera de toda duda, y sin embargo, desde mi punto de vista, esa ambición de perfección, su obsesiva búsqueda de la belleza paliaba ese erotismo en mayor medida cuando se mostraba con mayor realismo. Siempre resulta más excitante lo que se sugiere que lo que se muestra. Los que me parecen absolutamente subyugantes son algunos de sus autorretratos, como estos que hoy traigo a Mi casa.
En especial los que abren y cierran este comentario. Mapplethorpe fue un personaje complejo y desgraciado, un ser sufriente que siempre me ha inspirado una gran ternura. Un ávido amante de la belleza. Y un hombre extraordinariamente hermoso, sin duda.
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