Hace dos días os hablaba del espléndido concierto ofrecido por la Royal Philharmonic Orchestra londinense, que nos ofreció una magnífica interpretación de la Sinfonía num. 10 de Shostakovich, y hoy comparto con vosotros otra tarde memorable, en la que la Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart, dirigida por Stéphane Denève, nos ofreció para abrir boca el Concierto para violín y orquesta en mi menor de Mendelssohn, interpretado espléndidamente por Nokolaj Znaider, seguido de una apabullante, vibrante y magnífica Sinfonía nº 4 en mi bemol mayor "Romántica" de Bruckner. Mi primer acercamiento a este compositor fue a través de esta Sinfonía, que me impresionó vivamente hace años, una fuerza de la naturaleza que te arranca del asiento y te eleva hasta el infinito. Todas las sinfonías de Bruckner son extraordinarias (Celibidache las dirigió como nadie), pero esta tiene para mí una significación especial.
Aquí la tenéis. Disfrutadla.
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