Visito a unos amigos que están disfrutando de una beca a la creación, otorgada por el Gobierno de Baviera, que les posibilita alojamiento en el palacete que veis arriba a la izquierda. De manera que, tras un viaje cansado y algo accidentado, amanezco con estas vistas desde la ventana de mi habitación. De un lado, la Catedral; de otro, una imponente iglesia parcialmente cubierta de andamios, que responde al nombre de Obere Pfarre. Un lujo asiático, como veis.
Por dentro la decoración es espartana, y la pureza de las líneas, las aristas de las bóvedas y los quiebros de las escaleras dibujan unos espacios y unos juegos de luces que mi impericia con la cámara me impide captar, pero quizá podáis daros una idea de su belleza.
En este palacio barroco de principios del XVIII, a la orilla de uno de los canales de Bamberg, de nombre Villa Concordia, se encuentran otras dependencias a disposición de los becarios. El lugar es hermosísimo. En la otra orilla el camino que conduce al parque que mañana temprano caminaré.
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