Antes de continuar, os invito a echar un vistazo a los cuadros que os muestro hoy en Mi casa. Cada uno de ellos es una belleza y nos remite inmediatamente a sus autores. ¿Quién pondría en duda que el que abre la página es un Matisse, quién no identificaría los restantes como obras de Picasso, Modigliani, Dufy, Van Dongen o Monet? Nos encontramos ante el copista, para otros el falsificador más conocido de finales del siglo XX, Elmyr de Hory, a cuya obra dedica una exposición el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Obra gráfica, dibujos, acuarelas, óleos firmados por Hory y titulados A la manera de ... Picasso, Signac, Vlaminck, Derain, Degas, Léger ... Elmyr de Hory, que se definía a si mismo como aquel "a quién le gusta jugar con la verdad". Se dice de él que llegó a pintar más de mil cuadros que se expusieron en museos de todo el mundo bajo la firma de los grandes de la pintura a los que copiaba con una maestría excepcional.
Os podéis hacer una idea de la impresión que produce entrar en la sala y encontrar reunidos tantos cuadros soberbios, y parece evidente que su resolución es magnífica cuando ha podido engañar a tanto experto. Esta muestra plantea una reflexión muy interesante sobre la autoría y la originalidad, sobre lo verdadero y lo falso. No hay duda de que la genialidad está de parte de sus creadores, pero os aseguro que, al menos en mi caso, la emoción ante la belleza es idéntica ante la copia que ante el original.
La exposición se completa con algunos óleos y un conjunto de dibujos cuya autoría pertenece a Hory en exclusiva, y ahí es donde la magia se rompe porque, aunque la destreza en el trazo o en la distribución del color se mantiene intacta, sí se resiente la belleza. Una obra sin alma, carente del soplo mágico de las copias.
"Fraude", desde luego, pero delicioso de contemplar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario