Huyendo de la gente, provista de un plano para no perderme, me voy adentrando en el parque. Se trata de un jardín iniciático, con constantes referencias al cosmos, al infierno y al paraíso, en el que al viaje por el exterior corresponde un recorrido por el mundo subterráneo. Todos los escenarios están conectados íntimamente, y el trayecto responde a un plan preestablecido por su propietario. Plan que incluye adentrarse en los pasadizos que se abren a diversas cuevas diseminadas por el jardín.
Algunos pasadizos sortean lagos subterráneos para luego adentrarse en la roca. Las paredes y el techo rezuman humedad, camino insegura y, cuando tras varios recodos pierdo el sentido de la orientación y la absoluta oscuridad me obliga a caminar palpando a mi alrededor, abandono. Dejo la experiencia a los caballeros templarios.
Arriba, a la izquierda, podéis ver la Fuente del Balneario y, sobre estas líneas, la Fuente de la Regaleira, a cuyo frente se encuentra, en semicírculo, el banco corrido de piedra que os muestro a la derecha, en el centro, ante la mesa, el sitial de honor para el Gran Maestre (esto me lo invento, pero el escenario me lo inspira).
El parque es enorme. Varios caminos laberínticos, cruzados por pequeños senderos y diminutas escaleritas de piedra, que de repente se abren a pequeñas terrazas con bancos de piedra, escondidas entre el follaje, te guían hasta el siguiente punto en este viaje hacia las fuerzas ocultas. Al menos, yo así lo vivo. Tras la Gruta de Oriente, entrada a los recorridos iniciáticos con conexión al Pozo Iniciático, al que llegaremos luego, llego al Portal de los Guardianes, precedido por la semicircular Terraza de los Mundos Celestiales, donde se yergue el árbol que os muestro a la derecha. Debajo veis el frente del portal, con sus dos torres almenadas en los lados, y un detalle de la entrada. Por aquí también puede accederse a los subterráneos que desembocan en el Pozo Iniciático.
El camino asciende suavemente y, por fin, descubro el Pozo, tras la gruta que veis arriba a la derecha. Si os fijáis distinguiréis la losa de piedra que sirve de puerta, girando sobre sí misma. Y aquí tenéis el Pozo, una torre invertida que se hunde en la roca cerca de 27 metros, con acceso a través de una monumental escalinata en espiral. Se trata de un espacio de consagración de connotaciones herméticas y alquímicas. La unión del cielo y la tierra. Abajo podéis distinguir a un grupo de vociferantes adolescentes que habían accedido desde el interior de los pasadizos. Esperé pacientemente a que se fueran. Sus compañeros los fotografiaban desde arriba y, al irse, empujaron la puerta. Cuando quise darme cuenta, estaba encerrada. Instante de pánico, pero no tuve más que hacer lo propio para verme de nuevo en el exterior.
El Lago de la Cascada es un rincón delicioso que se abre, como no, a una serie de grutas que preferí no explorar. A la derecha, la Torre de la Regaleira, cerca de la que se encuentra la Gruta de Leda, que os muestro abajo. Terminé agotada, sentada en este precioso banco. Otro día os cuento más.
Más entradas sobre Sintra.
SolPau, te agradezco enormemente este viaje por Portugal. Yo que también soy propensa a la nostalgia, me paseo de tu mano por Lisboa y Sintra disfrutando de tu mirada que sabe mirar como a mí me gusta. Y luego transmitirlo aquí con toda la sensibilidad de las almas nostálgicas. Es una característica que compartimos, aunque yo no tengo la posibilidad de viajar. Por eso, entrar en tu casa es para mí salir al mundo.
ResponderEliminarBellísima escapada, no será un sueño, pero lo parece.
Un abrazo.
Gracias amiga mía, qué gusto tenerte de nuevo en Mi casa. Ha sido un viaje fantástico, que me ha servido para mucho más que para disfrutar de lugares llenos de encanto y belleza. Y me hace feliz que los disfrutes conmigo. Un abrazo muy muy fuerte,
EliminarSol, sigo cada etapa de este viaje que hacemos de tu mano, con el placer de una novela romantica, con una serenidad que se ha perdido, sin prisas, con todos los sentidos a flor de piel. Y ahora me conduces por ese lugar soñado, ese jardin iniciatido que siempre he buscado. Mi sueño frustrado ha sido tener un lugar y medios para crear algo asi. Conocia ese pozo por fotos pero no lo tenia situado. Ahora ya se donde encontrarlo. Las fotos preciosas, pero acompañadas de tu relato, ganan. No veo el momento de que nos muestres que esconden las paredes de ese magnifico edificio.
ResponderEliminarQué alegría que te guste mi relato, David. Tienes que organizar en cuanto puedas una escapada a Sintra. Este jardín, bajo tu cámara, sería doblemente mágico. Y sé cómo lo disfrutarías. Te seguiré contando. Un beso enorme.
EliminarQuerida amiga, tu relato sobre Sintra y sus imágenes me han conmovido. Y este de la Quinta da Regaleira lo comenté con una amiga viajera que estuvo allí. Con ella,hace ya unos cuantos años, estudié Cábala y Tarot con el Arbol de la Vida Cabalístico. Allí estuvo Crowley Aleister, con quien mantuvo Pessoa largas conversaciones. Me recomedó la película "La novena puerta" ( de 1999) con Johnny Deep. "Vas a reconocer los Arcanos del Tarot porque los estudiaste" No la vi, estoy buscándola.Hablas de la unión del cielo y la tierra en tu relato, y en el Ärbol eso es el centro, el corazón. "Como es arriba es abajo" señala "El Mago" , con su brazo elevado y debajo, la mesa con los cuatro elementos. Claro, El Mago no es más que un intermediario entre lo que está arriba y lo que está abajo, entre el Cielo y la Tierra.
ResponderEliminarTu relato me ha llevado por senderos del Arbol de la Vida. El Pozo de ese lugar es el pozo de Saturno, así como la piedra, y es el pozo donde cae Alicia en el "País de las maravillas", persiguiendo al conejo.Y Perséfone, y el barquero Caronte, Ese pozo en el¨que uno cae, es iniciático.Las cuevas, el agua...
Como dice Dante en la Divina Comedia, "Nel mezzo del cammin di nostra vita, me ritrovai per una selva oscura..." al comienzo de Inferno,y recorre los senderos del Arbol de la Vida, una experiencia inciática.Las pruebas.
Amiga, disfruté todo,y mira por dónde me fui. Qué placer leerte, si hasta puedo oír el canto de las aves, el susurro de las ramas, y sentir el fresco olor que desprenden. Vaya, qué días de vacaciones me tomé!
Besos
Celia Romero
Gracias, amiga mía, por todo lo que aportas a mis comentarios. Información interesantísima. Y me hace feliz que lo disfrutes. un beso muy fuerte.
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