Esta tarde, al regresar a mi hotel después de pasar el día visitando el Palacio Monserrate, en Sintra (a uno de cuyos estanques corresponde la fotografía con la que abro el comentario, un grupo de niños reflejados en el agua), me llamó la atención una pequeña acequia de aguas remansadas, tapizadas de verdín, junto a una de las fachadas de la Quinta das Murtas, donde me alojo. Una camelia vecina deja caer allí sus flores. Otras se dispersan por los aledaños y allí van muriendo, colores de otoño en primavera.
Esta escalera la descubrí ayer, dando un paseo al atardecer por las inmediaciones de la Quinta, y me entristeció. No va a ninguna parte, se mantiene ciega junto a la ventana. Para compensar, la campana.
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Qué mujer esta Sol tan sensible y laboriosa que, pese a la inercia de la costumbre que hace que tantos sean obedientes (de alguna manera lo son) observadores de los preceptos de la liturgia (hasta en la tele nos siguen poniendo un cine de faldellín y sandalia), ella -digo- no sale de su jardín encantado(r) de Sintra y nos hace copartícipes de un esplendor en ese punto glorioso que indicia de la cercana decadencia...
ResponderEliminarPerdóname la osadía, Sol, pero una de esas camelias caídas en el estante ...é você.
Gracias, Federico. Un abrazo
EliminarTodas tus fotografías contienen un halo de nostalgia, están cargadas de soledad y poesía.
ResponderEliminarPrecioso blog Sol.
Un abrazo
Muchísimas gracias, Clara, por tus amables palabras. Espero que te sientas a gusto en Mi casa, y verte por aquí a menudo. Un abrazo muy fuerte
EliminarSol querida,tu fotografía es inspiradora y en mi libro de haikus encontré este de Busson (1716-1783). Para ti.
ResponderEliminarSólo al caerse
se alza en su esplendor
la peonía.
Abrazos
Celia Romero
Precioso, Celia. Muchísimos besos, querida.
EliminarQuerida Sol, no seas critica con tus fotos. He aqui la prueba de que eres injusta,una serie que es pura poesia. La de los reflejos de los niños me parece preciosa, un lujo de foto. En cuanto a lo que nos muestras, no veo el momento de poder ir. Un beso.
ResponderEliminarEres un encanto, David. Conste que te recordé mientras las hacía. No sabes cuánto aprendo de ti.
EliminarNo dejes de ir a Sintra, sé que te encantará. Un beso grande.
Querida...este paseo por Sintra -se ha convertido en una escapada mental diaria para mi- está resultando delicioso y estos remates fotográficos lo leva aún más. Me encantan las fotografías, me encantan los detalles que describes y me encanta como lo vives.....Saudade.
ResponderEliminarA mi me pasa lo mismo con las entradas de tu blog, así que estamos a la par. Muchísimas gracias, Enrique. Y muchos besos
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