La Residencia Nueva se encuentra enfrente de la Catedral, junto a la Alte Hofhaltung del que os hablé hace unos días. Cuando los príncipes-obispos consideraron que ni este ni el Palacio Geyerswörth (os lo mostré en una entrada anterior) resultaban suficientemente representativos de su poder, mandaron edificar la Nueva Residencia, a principios del siglo XVII.
Cuenta este palacio con un pequeño jardín, diseñado en 1705, aterrazado sobre el casco viejo de la ciudad, con unas vistas fantásticas sobre él y sobre la colina Michaelsberg. Compuesto por campos simétricos, al principio estaba adornado de todo tipo de flores, como era propio de la época. Más adelante se colocaron las esculturas barrocas y se modificó su estructura, tal como hoy se conserva. En el siglo XIX se plantaron distintos tipos de rosas.
El lugar es delicioso. Me siento en uno de los bancos y me permito el lujo de empezar a añorar Bamberg. Sigo añorándolo.
Me pongo al dia nuevamente y veo que has vuelto con ganas. A riesgo de repetirme (ya sabes que lo mio no es la palabra), me has descubierto una zona de Europa que desconocía absolutamente (al contrario que don Fred no soy nada germanofilo, sin duda por ignorancia). Tus fotografias, magnificas. Tambien las de los dos fotografos que nos presentas. De la fotógrafa americana conocía alguna foto y cierto es que se respira mucho sufrimiento interior en su obra. La Navidad no es lo mio, aunque presentada así, casi que me apunto a ella. La llevare con dignidad. Un besazo, guapa-
ResponderEliminarGracias guapo, ha sido un viaje precioso del que siento mucha nostalgia. Disfruta de la Navidad, aunque entiendo perfectamente que no te apetezcan mucho estos días. El día que falten mis padres, no sé cómo los viviré. Un beso grande
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