Nieva en la Sierra de Madrid. Yo me quedo algo más abajo, antes de llegar a Cercedilla, en un pequeño pueblo cercano a Guadarrama: Los Molinos. Uno de tantos pueblos de la sierra en los que todavía se adivina el encanto que tuvo antes de que las sucesivas corporaciones municipales se gastaran la hijuela en urbanizarlo a base de hormigón y losetas. La horterada institucionalizada, el latrocinio institucionalizado. Una vergüenza.
No os lo muestro, ya no merece la pena. En cambio sus alrededores, el campo salpicado de piedra berroqueña, las cercas graníticas, las zarzas, el musgo, los árboles desnudos, las gotas de lluvia como pendientes transparentes colgando de las ramas...
La niebla se traga el paisaje a pocos metros de distancia. Como siempre, pienso lo que un buen fotógrafo podría hacer con estas luces...
Bien, Sol; después de los ocres, de los verdes matizados, de los carmines desvahídos teutones..., el blanco y negro de la estepa celtibera. Qué descarnados resultan esos paisajes serranos, qué dura la entraña berroqueña de los granitos matritenses al lado de las areniscas, de los estratos sedimentarios alemanes, que son los aluviones de una cultura más abierta y receptiva que ha sabido convivir sin temor a que la palabra lleve inscrita una sentencia... de muerte. Lutero tenía un huerto con camelias, Cisneros un espino de Cartago. Unos celebran hoy la aromática fiesta de la cerveza, con las rubicundas mozas luciendo en las guedejas de oro guirnaldas de prímulas, rosas o violetas del invierno. Otros, asaltan la reja del Rocío, se flagelan en callejas sevillanas o soportan impotentes la saca del mayoral: "Tú, y tú... y tú, Manué..., los otro, irse".
ResponderEliminarDehesa, pedregal, estepa y mausoleo..., eso me evocan las afueras guadarrámicas de Madrid. Corazón de nardo andalusí, añoro las llanuras aluviales de los fértiles valles de la Bética. Y prefiero un naranjo de amargas naranjas de las que harán amarga mermelada de naranja amarga al gusto de los british, al madroño que hunde las raíces en una tierra capaz de dar ejemplares tan amargos, más amargos que las dulces naranjas amargas de Sevilla.
Y, ná, todo esto solo por ver las fotografías ateridas de Sol.
Por qué comparar, Fred? Por qué elegir entre dos tierras maravillosas? Yo me niego a hacerlo: adoro la sierra de Madrid, las Lagunas de Ruidera, el páramo y el bosque, el fino y la sidra... En fin, la piedra berroqueña, la jara y el tomillo... La tierra aterida, sí. Una belleza, querido.
EliminarAy, Sol, cómo me has evocado "mi" campo, con tus fotos (preciosos blanco y negros, por cierto) y con tus palabras...
ResponderEliminarYa mismo estás invitada (déjame que lo apañe un poquillo antes, que hace un mes que no lo piso y me escuece hasta esa médula entre la vértebras).
O sea y para intentar explicarme, invitada quedas.
Un abrazo.
Aceptada la invitación, sea cual sea. Y cuánto me alegro que te haya gustado. Un abrazo también para ti
EliminarEspectaculares paisajes, magnificamente fotografiados aunque no quieras reconocerlo.
ResponderEliminarEres un encanto, David!!! Feliz Navidad, amigo. Y un beso enorme
EliminarObviamente me he hecho un lío en la espicha: contraponía la dureza mesetaria a la porosidad germánica. Luego, ejemplarizando, se me escapó el timón y embestí contra algunas taras y costumbres procesionarias (mala plaga esa de la procesionaria) de la España profunda...meridional. Ergo, no todo lo granítico y escorial se reduce a la amurallada Madrí y sus pedregosos campos góticos; también en la fértil Bética existen ciudadelas intratables y Guzmán arrojó el puñal desde la muralla para que degollaran al hijo...Claro que Guzmán era mesetario, de León... Sí, he sido algo injusto con Madrí; pero no me desdigo de lo que dije, sino que lo he de hacer extensivo a otras partes de esta tierra tan peculiar.
ResponderEliminarQue me perdone Ana Botella si me he excedido en la critica de su taifa. Mal de muchos...
Sol, tengo la patrioestimulina mu bajita, mu bajita, mu bajita.
Y qué tiene que ver la patrioestimulina con el asunto tratado? El culo con las témporas? Hablamos de belleza, que se encuentra tanto en una roca berroqueña rodeada de jara y espliego como en un olivar de Jaen o en tus naranjos amargos sevillanos. O no? Sin prejuicios, querido mio. Juzgar la sierra madrileña porque en ella se enclave el Valle de los Caídos es como negar la belleza del Cañón del Colorado por que exista el Partido Republicano. Me parece a mi. Besos, y Feliz Navidad, querido.
EliminarEs que yo no soy capaz de abstraerme con la belleza del paisaje si median algunos detalles inquietantes o perturbadores.
EliminarEn un viaje que hice a unos bucólicos valles de la Polonia prusiana, recuerdo especialmente un paraje rocoso desde el que dominaba el curso de un río caudaloso. Me había dejado caer, cansado, al pie del tronco de un árbol reseco, la espalda bien aplicada al madero, y me complacía en ver a una cuadrilla de segadores que laboraban a mis pies, en una llanura que limitaba la corriente fluvial. Oía desde mi parapeto el charloteo, las risas de los segadores de ambos sexos. Todo muy amable y muy bucólico..., hasta que al levantarme para proseguir camino me dio por mirar hacia la "copa" del árbol seco... Y fue entonces cuando vi, colgado por el cuello de una cuerda de cáñamo, el cadáver andrajoso -pura piltrafa- de un ajusticiado (lo supe más tarde) que, oscilando levemente, colgaba del siniestro patíbulo..., que yo tomé por venerable árbol quizá hendido por un rayo machadiano. Sí, sí, que me hablen a mí de lo bonitas que son las afueras de Gromulka Ivtrania.,,
PD.- Cuando voy a Madrí y calo el tunel y miro a la derecha y veo el cruceiro gigantesco..., algo se me revuelve debajo del canesú. Y siento que estoy en un país propio de "El Señor de los Anillos". Que yuyu, colegas...
Jajaja. Mi pobre, cuanto sufres!!! Hay tiempo para todo, no? No permitas que la cólera te impida disfrutar del olor del tomillo. Faltaría más. No pueden seguir amargándonos la vida hasta ese punto, no crees? Besos
EliminarEl condenado a muerte más joven de EEUU es inocente 70 años después de su ejecución George StinneyGeorge Stinney
ResponderEliminarEra tan pequeño que tuvo que sentarse sobre una guía telefónica en la silla eléctricaHace setenta años, el pequeño George Stinney se convirtió en la persona de menor edad (14 años) en ser ejecutada por el gobierno de los Estados Unidos. Fue acusado de matar a golpes a dos niñas blancas en Carolina del Sur en 1944 y condenado a muerte solo tres meses más tarde. Era tan pequeño que tuvo que sentarse sobre una guía telefónica en la silla eléctrica.
El pasado mes de enero, un juez accedió a escuchar nuevos testimonios y argumentos sobre el caso y este 17 de diciembre, la juez Carmen Mullen retiró la condena contra Stinney.
Familiares y abogados defensores del menor llevaban 11 años intentando que el caso se reabriera, ya que creen que Stinney fue obligado por la policía a confesar.
Aime Ruffner -una de las hermanas del chico, de casi 90 años- aseguró que se encontraba junto a su hermano cuando ambos vieron por última vez a las chicas asesinadas. "Después de verlas, fuimos a casa a comer y a hacer los deberes".
El también abogado defensor Steve McKenzie señaló que al "no poner el caso del estado a prueba, no confrontar los testimonios de los testigos, no presentar una defensa, no dar un argumento de cierre, a George nunca se le dio una asesoría eficaz y, como consecuencia, se le violaron sus derechos de la Sexta Enmienda" de la constitución de EE. UU., la cual garantiza el derecho de los acusados a recibir un juicio justo.
Nota del acusador.- No estaré este Fin de Año en Times Square.
Qué truculento estás, querido!!! Una historia terrible, pero si con ella pretendes condenar a todo un país no me parece de recibo. Te pongas como te pongas.
EliminarPor cierto,l qué lástima no poder recibir el Año Nuevo en Times Square, verdad? Jajaja. Besoooosssss