Vale la pena reflexionar sobre los riesgos de oponerse, no
ya al poder político, sino más arduo aún, a la presión social de nuestro
entorno, rompiendo con el entramado ideológico dominante, incluido el más recio
que configuran los prejuicios. Nada parece más encomiable que atreverse a
pensar por uno mismo, dispuesto a quedarse solo, si fuere preciso, al obrar en
consecuencia. Al fin y al cabo, pensar por uno mismo es el precepto
constitutivo de la ilustración que se complementa con el coraje y audacia que
se necesitan para comportarse de manera consecuente. Pensar y actuar por uno
mismo constituyen el núcleo central de la cultura europea, que en un largo
proceso de secularización nos ha librado de obedecer de manera acrítica a
cualquier autoridad por el simple hecho de serlo."
Esta reflexión de Ignacio Sotelo sobre lo imprescindible de saber decir "no", publicada por el diario El País el 12 de febrero, cuyo extracto traigo a Mi casa, me retrotraen a otros momentos de mi vida, hace muchos años, cuando trabajosamente iba construyendo mi identidad, aceptando mis límites y revelándome, con toda la furia de mi juventud, a todo lo que se me presentaba impuesto. Entonces vivía en primera persona un convencimiento que aún no me ha abandonado: lo imprescindible de reevaluar la realidad, cuestionarla y tratar de modificar todo lo que se aparte del ideal de justicia, libertad e igualdad para todos los seres humanos. Luego, siendo ya madre, me recuerdo animando a mi hija en esa rebelión contra lo establecido, incluida mi autoridad.
Pasada más de media vida, con más escepticismo y menos fuerza, no me gustaría descubrirme sentada al borde del camino, aunque a veces, en algunos asuntos, temo haber tirado la toalla. Cuando escucho a mi hija hablar, convencida e indignada, me consuela pensar que, al menos, le pasé el testigo.
Estas son bellas palabras con las que todo el mundo estará de acuerdo pero la justicia, la libertad y la igualdad se defiende también en las pequeñas cosas. Los nazis representaban literalmente a los judíos como ratas y la propaganda de Stalin pintaba a los capitalistas occidentales como cerdos a punto de reventar. Con esto no pretendo llamarla fascista porque evidentemente ni usted ni los trabajadores de los hospitales lo son pero si se hace eco de pancartas como la de su anterior post, se hace al mismo tiempo cómplice de las mismas simplificaciones injustas que buscan manipular para ir directamente al corazón de la gente y atraerla a su causa.
ResponderEliminarNo conozco a ningún gestor de compañías privadas de hospitales pero no creo que ninguno de ellos tenga como objetivo en la vida matar a nadie para así engordar su cuenta corriente. No soy del PP pero entiendo que sus dirigentes tampoco tienen en mente dejar devastado al país ni ese será el resultado de sus políticas, sin que ellos se den cuenta, a no ser que les paren los pies. Para devastar a España se necesitan muchos PP's juntos y no es ese el caso.
En dos o tres años, una vez pagadas parte de las deudas, las inversiones y el dinero volverán otra vez a circular por aquí, tal y como lo hacen ahora en otros países que nos llevan ventaja. Entonces todo esto que estamos diciendo ahora se habrá olvidado. Ver las cosas no en el día a día que los periódicos sobredramatizan casi siempre, en interés propio, sino con amplitud de miras dentro del sistema que nos movemos y abarcando varios años, es la verdadera reevaluación de la realidad imprescindible pero viendo esos posts, diría que usted no demuestra estar dispuesta a ponerla en práctica.
Bienvenido a Mi casa, Raul. Agradezco enormemente tus comentarios y, ni qué decir tiene, respeto tus opiniones aunque no las comparta en su totalidad. Pero nada enriquece más que confrontarlas, verdad? Espero contar con ellas a menudo. Un saludo
EliminarEstoy con el comentario anterior de Tomás. Vivo en Argentina. Medicina prepaga? 34 años afiliada. Suspendo por unos meses, sale la Ley que permite no aumentar a afiliados con más de 10 años de antiguedad, y aceptar afiliados de más de 65 años..y Qué hacen? Para escaparle a la ley cierran toda posibilidad de afiliación a TODOS.
ResponderEliminarY estoy con Sol Pau, con la crítica, con la libertad de pensamiento y qué decirde acá,todo está "sobredimensionado" por los medios, palabrita que escuchamos todos los días del oficialismo.El periodismo tiene la culpa( excepto los periódicos ofiales, por supuesto, y por las emisoras radiales y de Tv compradas por el gobierno.)NO hay inflación,NO hay pobreza, No hay inseguridad.Ese es el discurso oficial y no te le opongas, no opines, no pienses, no hagas pancartas, no te muestres en una protesta..
besos Sol Pau, estoy contigo
Los culpables no son los mensajeros, aunque a veces magnifiquen el mensaje. Los culpables son los que provocan esos mensajes y en este momento, en España, son los que son. Afortunadamente hay todavía mucha gente que es capaz de ver la realidad y decir ¡NO, NO ES ÉSTO!
ResponderEliminarA pesar de mi escepticismo (yo también he pasado algo más de media vida) cada día me convenzo más de no haber tirado la toalla, pues mi indignación va en aumento, sobre todo viendo que nuestros políticos (y ésto va para Raul)no actúan pensando en el futuro, sino en contentar a los mercados que son los que, en definitiva, nos han llevado a esta situación.
Menos mal que aún puedo disfrutar con, por ejemplo,Rachmáninoff.
Gravias por traerlo a tu casa Sol, un fuerte abrazo.
Un beso grande para las dos. Hay cosas que no nos podrán quitar. Brindemos por ellas.
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