"Hay una paradoja profunda en la Sagrada Familia.
Defendida como paradigma, los Tres de Belén reproducen un orden irrepetible, que los convierte en una instancia monstruosa por única: una madre violada por una fuerza ajena, que no pregunta ni concede, que señala y decide sin remisión, que no admite réplica ni desacato. De todas las Anunciaciones que la pintura ha propuesto, el retablo de Simone Martini es la obra que interroga con más talento a propósito de esta tiranía del Logos. María es, en manos del maestro de Siena, una mujer recelosa que se separa de la buena nueva con gesto airado. Las enseñanzas del arcángel parecen molestarla, distraerla, incomodarla. Busca en el banco en que está sentada una distancia entre lo que se le comunica y lo que quiere defender. María, en esta pintura, es una mujer que no quiere involucrarse en las palabras de la potencia celeste.
Y qué decir de José, un hombre que debe aceptar la forma más incómoda de paternidad jamás impuesta. Si María es un cuerpo poseído, una voluntad no escuchada, José es un agente absolutamente pasivo, un hombre doblemente mutilado: en su potencia de varón y en su conciencia de hombre. La Iglesia nunca ha sido generosa con este carpintero pobre, siempre al borde del absoluto desprecio, condenado a vagar como un alma silenciada, ignorada y ofendida, que además, para multiplicar su desgracia, debe acatar con regocijo ser padre putativo de un hijo extraordinario.
Del niño, del vórtice privilegiado, podríamos hablar hasta el final de los tiempos."
Si a María se le ha puesto este mal careto por la preñez inesperada -¿os fijáis en el color ceniciento que le ha quedado?-, y eso que con ella se hacía famosa y hasta se aseguraba un escaño privilegiado a la diestra del vástago, ¿cómo les quedará la cara a las mujeres que se ven en el mismo trance pero que no tienen el chollo de ser las madres de un super star? Y que encima pueden terminar en el infierno.
ResponderEliminarYo que los militantes pro-abortistas, adquiría los derechos de la pintura y hacía un cartel con la cara de la Virgen.
Jajajaja, fantástica idea. Hazte con esta novela, Federico. Creo que te encantará. Te envío al cuervito multicolor con mil besos en el pico.
EliminarPero, ¿no habíamos quedado en pintarle de blanco la pecherita al pajarraco multicolor que se trajinó mis palomas, y que yo te lo iba a devolver completamente blanco, como paloma mensajera que te diese mis mensajes de viva voz?
Eliminar¿Do se fue la memoria? ¿Do la gratitud por el desvelo ajeno?
Mujeres...
Mi memoria se está esfumando poco a poco, Federico, y con mis antecedentes no creas que no me preocupa. Se hace lo que se puede, siempre con la mejor intención. Bienvenido cuervito multicolor, paloma blanca o cualesquiera ave que tú me envíes. Un beso
EliminarNo temas por tu memoria, yo la tengo por los dos. Pero no permitiré que ningún duende malvado ose mancillar tu frente, querida mía. Nunca: estate tranquila, yo respondo
ResponderEliminarGracias Federico, eso me tranquiliza. Un beso
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