El concierto de Chaikovsky me ha acompañado desde la juventud, una grabación en una cassette, música de fondo mientras estudiaba, por lo que la escucho con la sonrisa en los labios y una sensación de nostalgia agridulce. Pero cuando la orquesta se supera es cuando aborda la sinfonía de Berlioz, y allí se palpa la sabiduría del director. Es esta una sinfonía descriptiva que plasma una trama literaria, reflejo de su pasión amorosa por la actriz irlandesa Harriet Smithson, a la que vio interpretando a la Ofelia de Hamlet en el Teatro del Odeón parisimo. Una obra espléndida en la que descubrimos todos los estadios del amor, emocionante, apasionada, melancólica, desgarrada. Debussy escribiría en 1912: "La Sinfonía Fantástica es aún una enfebrecida obra maestra de ardor romántico, donde uno se admira de que la música pueda traducir unas situaciones tan excesivas sin perder el aliento".
Os dejo con ella:
El concierto para piano y orquesta nº 1 de Tchaikovsy se lo oí interpretar al malogrado y prometedor Jesús González Alonso, en el Jovellanos, creo que en los años ochenta. Pocos años después, 1988, fallecía en San Sebastián. Un pena.
ResponderEliminarUn concierto con un comienzo vibrante...
Sí, el comienzo parece presagiar más una sinfonía que un concierto. Yo ahora, a cuestas con mi gripe, estoy escuchando el Concierto para piano nº 3 de Prokofiev a cargo de Lang Lang, acompañado por la Filarmónica de Berlín. Una belleza. Muchos besos, Federico
EliminarEse concierto nº 1 creo recordar fue el primer disco (vinilo, claro) de música clásica que me compré allá por los albores de la humanidad. Me encantaba, ahora hace mucho que no lo escucho, quizás un día de estos lo busque, me has dado ganas. Un besito.
ResponderEliminarPues me alegro en el alma de habértelo recordado, y me hace gracia que a los dos nos traiga recuerdos de juventud. Un beso enorme, David
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