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viernes, 5 de junio de 2015

La capilla de Miquel Barceló en la catedral de Palma

Empezaré diciendo que la capilla del Santísimo de la Catedral de Palma de Mallorca me ha parecido sencillamente maravillosa, digna obra de un artista extraordinario, como es Miquel Barceló. Me gusta todo lo que conozco del artista mallorquín, y presuponía que así ocurriría con este enorme retablo de cerámica que preside una de las tres naves de la catedral, pero no adiviné la magnitud de la belleza que me aguardaba.















La primera impresión que me produjo fue la de total armonía con el entorno. Me gustan los contrastes, pero a priori resulta un propósito al menos atrevido insertar la obra de un artista tan peculiar en lugar tan preferente de una catedral gótica, que por otra parte cuenta ya con una lámpara de Dalí perfectamente hermanada con su entorno.












Observo el retablo del altar mayor, vuelvo sobre mis pasos y me coloco a igual distancia del milagro de los panes y los peces, ideado por Barceló, y nada me rechina. Qué belleza.











La Catedral de Palma de Mallorca, como una enorme fortaleza, se mira en el Mediterráneo, bañada por su luz, el mismo mar que Barceló a traído a su retablo. A la izquierda, coronado por olas y su espuma, el fondo del mar, pletórico de vida. A la derecha, los frutos de la tierra: panes, frutas, verduras, tinajas de vino que evocan las bodas de Canaan. En el centro, un cúmulo de calaveras y la figura de Cristo. Sobre el retablo, cinco vitrales en las que se representan espinas, ondas, raíces, las ramas de un árbol y algo que me recuerda a las algas.













Me sorprende que la Iglesia, siempre tan conservadora, haya confiado a Barceló este encargo y respetado su libertad creativa. Les felicito por ello. Esta capilla es una joya que no desmerece en absoluto la majestuosa belleza de la Catedral.

3 comentarios:

  1. Contigo comparto y admiración por Barceló y creo que si algo me moviera a volver a Mallorca tras casi cuarenta años de mi única visita sería esta capilla principalmente. Mientras me deleitare con tus fotos. Un beso, amiga.

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  2. No ´se por qué razón, pero cuando estuve por allí no pude entrar, estaba cerrado, vos hiciste que pudiera mirar. Gracias por hacerlo

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  3. Creo que se refiere usted a la lámpara-baldaquino de Gaudí, Miss Pau.
    Tuve ocasión de ver el boxing de Barceló contra la pared de arcilla fresca. La atacaba por detrás, con profundos directos de derecha que la distendían en bollos y protusiones cuasiorgánicos, a riesgo de adelgazarla tanto que se perforara la burbuja de barro. Con los ganchos de izquierda lograba conos ahuecados como gorros que se desplomaban sobre sí mismos en la punta. Pateó algunos zócalos con suerte diversa, pero siempre interesante.
    Cuando vi la obra culminada, una penumbrosa tarde de otoño mallorquín, pensaba en usted, señora.

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