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sábado, 31 de marzo de 2012

Presuntos Implicados, "La Flor de La Mañana"

Leonardo, Matisse, Gentileschi y Newton en París


Hace unos días os hablaba de mi frustrado viaje a Londres y mi disgusto por no poder disfrutar de algunas maravillas que allí se exponen estos días. Pues algo parecido me ocurre con París, tan cerca y tan lejos. Cuatro botones de muestra: el Centro Pompidou expone 60 cuadros de Matisse que dan cuenta de su obsesión por las repeticiones, su afán de trabajar una y otra vez un motivo en pos de un algo más que siempre ambicionaba; el Museo Maillol reúne 42 obras de Artemisia Gentileschi, pintora extraordinaria del siglo XVI de la que os hablé en una entrada anterior; y, en otro orden de cosas, Helmut Newton protagoniza una muestra en el Grand Palais, fotografías de gran formato que me encantaría ver.














Parejas y series es el título de la exposición de Matisse en la que se va a poder ver, por ejemplo, Les Capucines à la danse I y Les Capucines à la danse II, el primero procedente del New Yorker Metropolitan Museum of Art, mientras que el segundo es un préstamo del museo Pushkin de Moscú. En ambas pinturas se observan figuras que bailan en círculo alrededor de una mesa con un florero. El formato y los motivos que en ellos aparecen son los mismos, pero los cuadros son diferentes.

Artemisia, poder, gloria y pasiones de una mujer pintora, se titula la exposición del Museo Maillol, seguramente una oportunidad única para conocer más en profundidad la obra de una artista que me apasiona y de la que solo he podido contemplar contadas obras. Una personalidad singular que fue capaz de abrirse camino como artista en un tiempo imposible para la mujer, que conquistó su libertad personal a base de coraje y fortaleza.

















Los Louboutin, Ives Saint Laurent y Newton formaron un trio explosivo. Si Artemisia mostraba mujeres poderosas no lo son menos las retratadas por el fotógrafo alemán. Otra exposición fantástica que me perderé.













Pero lo que peor llevo es no poder disfrutar del homenaje del Louvre a Leonardo da Vinci, una exposición que reune 136 obras del maestro italiano, entre las que se encuentran la Virgen con el niño y Santa Ana recientemente restaurado, San Juan Bautista y La Gioconda del Prado, que ha viajado hasta París para encararse con La Mona Lisa francesa. Los trabajos de restauración llevados a cabo por El Prado han dejado al descubierto detalles de una obra que se realizó a la par que la de Leonardo por uno de sus discípulos, y que ha vuelto a poner sobre el tapete la posibilidad de afrontar la limpieza de La Gioconda francesa, cada año más oscurecida por los sucesivos barnices y el paso del tiempo. Sobre estas líneas os muestro la obra española antes y después de su restauración. Una exposición excepcional, muy probablemente irrepetible.

viernes, 30 de marzo de 2012

Extraordinario "La Pasión según San Mateo"


"El oratorio de La Pasión según San Mateo de Juan Sebastian Bach sobrepasa en perfección, en inspiración, en elevación espiritual, en carga expresiva y emocional, en grandeza... a cualquier otra composición del género. Yendo más allá, cabe decir, sin temor a pecar de exageración, que es una de las creaciones más hermosas, hondas y trascendentes de la historia de la música occidental y, también, una de las creaciones más bellas que ha dado el pensamiento humano, sin necesidad de limitarnos al ámbito de la cultura musical", afirma en el programa de mano el crítico musical José Luis García del Busto. Poco más se puede añadir, no puedo estar más de acuerdo. La Pasión según San Mateo trasciende cualquier calificativo, constituyendo más que un placer estético un "acontecimiento espiritual", utilizando nuevamente sus palabras. Es hondo, transparente, tan conmovedor, tan íntimo. Cada recitativo, cada aria.

"Quiero entregarte mi corazón,
sumérgete en él, Salvador mío.
Quiero abandonarme en tus brazos.
Si el mundo es pequeño para Tí.
sé Tú solo para mí
más que el cielo y el mundo."

Aquí, en el aria núm. 19, cantada por una soprano, se me hizo un nudo en la garganta, se me llenaron los ojos de lágrimas y ya no pude contenerme más. Es difícil soportar tanta belleza.

Les Musiciens du Louvre Grenoble, dirigidos por Marc Minkowski, estuvo soberbia. Me encantó que fuera una orquesta pequeña y solo 12 personas entre solistas y coro. Este oratorio hay que escucharlo quedo, en la intimidad. Extraordinario el tenor que daba voz al Evangelista, Markus Brutscher, con unos recitativos magnificamente dichos y una voz preciosa. También me gustó mucho Christian Immler como Jesús.

Os dejo con el recitativo 74 y con el aria 75, a cargo de un bajo. Dice así:

"Al atardecer, cuando refrescó,
se hizo patente el pecado de Adán.
Al atardecer, el Salvador lo redimió.
Al atardecer volvió la paloma
trayendo una rama de olivo
en el pico.
¡Oh, hermosa hora!
¡Oh, atardecer!
Ya está hecha la paz con Dios,
pues Jesús ha soportado ya su cruz.
Su cuerpo descansa al fin.
Alma bienamada,
ruega, ve y pide
que te entreguen a Jesús muerto.
¡Oh provechoso,
oh preciado regalo!

Purifícate, corazón mío,
yo mismo quiero enterrar a Jesús.
Pues Él hallará en mí por siempre
dulce reposo.
¡Mundo, aparta,
deja que Jesús penetre en mí!


Cerca de 1000 mujeres asesinadas en Pakistán por "honor"


Al menos 943 mujeres fueron asesinadas en 2011 en Pakistán en los mal llamados crímenes de honor, en los que se mata a una mujer para lavar la "vergüenza" de sus hombres. El motivo: "relaciones ilícitas" en 595 casos y "pedir casarse con quien querían" en 219, según informa la página web m24Digital.

jueves, 29 de marzo de 2012

Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia

"La maternidad libre hace a las mujeres auténticamente mujeres", ha manifestado en el Senado Alberto Ruiz-Gallardón, flamante ministro de Justicia, según recoge el diario El País.


"Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente"

Emil Cioran, "Breviario de podredumbre".


"En sí misma, toda idea es neutra o debería serlo; pero el hombre la anima, proyecta en ella sus llamas y sus demencias; impura, transformada en creencia, se inserta en el tiempo, adopta figura de suceso: el paso de la lógica a la epilepsia se ha consumado… Así nacen las ideologías, las doctrinas y las farsas sangrientas. Idólatras por instinto, convertimos en incondicionados los objetos de nuestros sueños y de nuestros intereses. La historia no es más que un desfile de falsos Absolutos, una sucesión de templos elevados a pretextos, un envilecimiento del espíritu ante lo Improbable. Incluso cuando se aleja de la religión el hombre permanece sujeto a ella; agotándose en forjar simulacros de dioses, los adopta después febrilmente: su necesidad de ficción, de mitología, triunfa sobre la evidencia y el ridículo. Su capacidad de adorar es responsable de todos sus crímenes: el que ama indebidamente a un dios obliga a los otros a amarlo, en espera de exterminarlos si se rehúsan. No hay intolerancia, intransigencia ideológica o proselitismo que no revelen el fondo bestial del entusiasmo.

(...)

Patíbulos, calabozos y mazmorras no prosperan más que a la sombra de una fe, de esa necesidad de creer que ha infectado el espíritu para siempre. El diablo palidece junto a quien dispone de una verdad, de su verdad.

(...)

Los verdaderos criminales son los que establecen una ortodoxia sobre el plano religioso o político, los que distinguen entre el fiel y el cismático.

(...)

Jamás el espíritu dubitativo, aquejado de hamletismo, fue pernicioso: el principio del mal reside en la tensión de la voluntad, en la ineptitud para el quietismo, en la megalomanía prometeica de una raza que revienta de ideal, que estalla bajo sus convicciones y la cual, por haberse complacido en despreciar la duda y la pereza -vicios más nobles que todas sus virtudes-, se ha internado en una vía de perdición, en la historia, en esa mezcla indecente de banalidad y apocalipsis… Las certezas abundan en ella: suprimidlas y suprimiréis sobre todo sus consecuencias: reconstituiréis el paraíso. ¿Qué es la Caída sino la búsqueda de una verdad y la certeza de haberla encontrado, la pasión por un dogma, el establecimiento de un dogma? De ello resulta el fanatismo -tara capital que da al hombre el gusto por la eficacia, por la profecía y el terror-, lepra lírica que contamina las almas, las somete, las tritura o las exalta… No escapan más que los escépticos (o los perezosos y los estetas), porque no proponen nada, porque -verdaderos bienhechores de la humanidad- destruyen los prejuicios y analizan el delirio.

(...)

Toda fe ejerce una forma de terror, tanto más temible cuanto que los 'puros' son sus agentes."

Emil Cioran, "Breviario de podredumbre".

miércoles, 28 de marzo de 2012

"Libertad", de Jonathan Franzen


"A modo de concesión, sí llevó a Walter a conocer a su familia en primavera, antes de casarse. Para la autobiógrafa es doloroso admitir que le dio un poco de vergüenza que su familia lo viera y, más aún, que acaso eso fuera otra de las razones por las que no deseaba una boda. Lo quería (y lo quiere, lo quiere de verdad) por unas cualidades que para ella tenían pleno sentido en su mundo privado de dos personas, pero que no eran necesariamente visibles para la clase de ojo crítico que sin duda sus hermanas, en particular Abigail, posarían en él. La risita nerviosa de Walter, su propensión al rubor, la circunstancia misma de que fuera tan buena persona: dichos atributos le eran entrañables en el contexto más amplio del hombre en sí. Motivo de orgullo, incluso. Pero la parte malvada de ella, que siempre parecía aflorar con contundencia al verse expuesta a su familia, no podía evitar lamentar que él no midiera un metro noventa y fuese muy guay.

Joyce y Ray, justo es reconocerlo, y quizá por el alivio oculto que experimentaron al descubrir que Patty era heterosexual (oculto porque Joyce, por su parte, estaba preparada para brindar una vigorosa Acogida a la Diferencia), exhibieron su mejor comportamiento. Al enterarse de que Walter nunca había estado en Nueva York, se convirtieron en gentiles embajadores de la ciudad, instando a Patty a llevarlo a exposiciones que la propia Joyce, ocupada como estaba en Albany, no había visto, y reuniéndose luego con ellos para cenar en restaurantes aprobados por el Times, incluido uno en el SoHo, que por entonces aun era un barrio oscuro y emocionante. La preocupación de Patty ante la posibilidad de que sus padres se burlaran de Walter dio paso a la preocupación de que éste se pusiera del lado de ellos y no viese por qué a ella le resultaban insoportables: de que empezara a sospechar que el verdadero problema era Patty, y de que perdiese aquella fe ciega en su bondad, una fe de la que ella, en menos de un año de relación, ya dependía desesperadamente."

The New York Times Book Review ha calificado a Libertad, de Jonathan Franzen, como "una obra maestra de la narrativa norteamericana". Un poco exagerado para mi gusto, pero desde luego se trata de una gran novela, ambiciosa, inteligente, entretenida y profunda. Muy americana. La he leído con placer, aunque sé que no tendré tentaciones de releerla. Habla de la libertad de equivocarse, de decidir quién quiere uno ser. Habla de lo que oculta el amor. Casi 700 páginas de buena literatura. Insisto, buena, no excepcional.

Joan Margarit, un poema


Detrás de las palabras sólo te tengo a ti.

Triste quien no ha perdido

por amor una casa.

Triste el que muere rodeado

de respeto y prestigio.

Yo me creo lo que sucede en la noche

estrellada de un verso.

martes, 27 de marzo de 2012

"Una vida de héroe", de Richard Strauss, en el Auditorio


Seguramente no será la mejor interpretación que se haya hecho de Una vida de héroe, de Richard Strauss, pero es una pieza tan extraordinaria que yo cuando la escucho caigo irremisiblemente en sus redes con tal de que se ejecución sea simplemente correcta. Y, para mi, la que nos ofreció la Royal Philharmonic Orchestra, conducida por su director titular Charles Dutoit, lo fue sobradamente.

"Maestro de la orquesta, de la que obtiene efectos sorprendentes y con la que realiza la más deslumbrante pirotecnia sonora, ha sido el primero en desquiciar las tesituras en beneficio del efecto expresivo; tan geniales son sus hallazgos imitativos, como personal su acierto en encontrar siempre trazos característicos intensos y seguros". Así definió este llamado "autorretrato sinfónico" el musicólogo francés Romain Rolland. Bellísimo poema sinfónico, emocionante, épico, dulce, melancólico: la vida del héroe lo abarca todo.

He comenzado por la segunda parte del concierto porque Richard Strauss me arrebata siempre, pero la primera fue igualmente espléndida, con el Concierto para piano y orquesta Núm. 4 de Beethoven y la pianista Elisso Virsaladze como solista.

Os dejo con Strauss.

"Pereira sostiene", por José Manuel Fajardo


"Ha muerto Antonio Tabucchi. Y en la asamblea dolorida de sus personajes, Pereira sostiene que la muerte nunca sabe lo que hace. Que se equivoca una y otra vez, que es ciega y necia. Que todo lo rompe torpemente. Sostiene que es un deber rebelarse contra ella, si no para vencerla (¿cómo vencer a lo que no es?) sí al menos para arruinar su victoria con una memoria imperecedera.

Pereira sostiene también que la literatura está agazapada en la mano que procura la verdad, una verdad concreta: a veces pequeña, otras veces deslumbrante como una galaxia, pero siempre luz en las penumbras de esta loca carrera hacia el fin. Que la literatura se abriga en los tiempos mediocres en corazones tenaces como el de Tabucchi. Y desde allí nombra el mundo y nos nombra y distribuye su maná de inteligencia y belleza. Y sostiene Pereira que son los libros de verdad, los inevitables, los que sostienen el mundo. Nuestro mundo. Esa sigue siendo su tarea."

He encontrado estas hermosas palabras en el blog del escritor José Manuel Fajardo, Fuera del Juego, un sitio muy disfrutable. Sirvan también como homenaje mio a un escritor que nos dejó algunas perlas inolvidables. La ilustración es de LPO.

lunes, 26 de marzo de 2012

La Quinta de los Molinos

Muy cerca de la Alameda de Osuna, cerca también de los jardines de El Capricho del que os hablé hace algún tiempo, se encuentra una de las poquísimas fincas agrícolas que se conservan en Madrid, La Quinta de los Molinos, hoy propiedad del Ayuntamiento y abierta a los visitantes como parque público. Una tarde de marzo, aprovechando esta primavera adelantada que disfrutamos y sufrimos (los índices de contaminación madrileños a índices estratosféricos) con El corazón es un cazador solitario, de Carson McCullers en ristre (os hablaré uno de estos días de esta extraordinaria novela) me voy a pasear y a ver pasar la vida a La Quinta.














El espectáculo de los almendros floridos es una belleza. Entre pinares se extienden los campos de almendros, como una nube blanca y algodonosa acostada en la tierra. Me siento bajo la copa de uno de ellos, me apoyo en el tronco, cierro los ojos y olfateo el aire. Es como si una campana hubiera aislado la atmósfera del parque de la contaminación de la ciudad: huele dulce, apetece morder el aire.













En su origen esta finca perteneció al conde de Torre Arias, que en 1920 se la regaló al arquitecto y profesor de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura César Cort Botí. A base de sucesivas adquisiciones Cort fue ampliando la finca, hasta alcanzar unas dimensiones de 28,6 Ha. en los años 70. Su propietario intentó recrear una finca agrícola típicamente mediterránea, plantando almendros, pinos y olivos, a los que hoy se unen eucaliptos, cipreses y mimosas.













La finca está llena de rincones deliciosos, como este estanque que os muestro en la foto, escondido entre árboles, con ese banco que imagino serviría para acceder a las barcas con las que navegarlo. El agua para el riego se extraía por medio de molinos de viento (os muestro dos más abajo), de pozos y manantiales subterráneos y se almacenaba en albercas, que aún se conservan en los jardines. Por la finca circulaban dos pequeños arroyos: el de Trancos al norte y el de la Quinta, al sur.



















En 1925 se inició la construcción del palacete, al norte de La Quinta, con influencia de la llamada Secesión Vienesa y, en especial, de la obra de Hoffman. Un estilo que, aunque incluido en el modernismo, cuenta con algunas peculiaridades como la búsqueda de la sobriedad, la elegancia y una cierta severidad de líneas. Abajo a la izquierda os lo muestro, y a la derecha la llamada Casa del Reloj, un edificio de utilización agrícola construido en la misma época y rehabilitado recientemente. Camino alrededor del palacio, cerrado a cal y canto. Da la impresión de haber perdido su distribución original tras las obras de rehabilitación. Está vacío e inutilizado.














En 1978 muere César Cort y cuatro años después los herederos llegan a un acuerdo con el Ayuntamiento mediante el que ceden la propiedad de 21 Ha., las que hoy conforman el parque, a cambio del permiso para construir en las siete restantes. Efectivamente, las casas se asoman a este paraíso desde cualquier esquina, en ocasiones parecen partir la Quinta en dos. Una lástima.














Pese a todo resulta delicioso pasar la tarde aquí, fuera del mundanal ruido. Frente al invernadero, ahora vacío, me siento a leer en el banco que veis arriba y el tiempo se va sin sentir. Luego, caminando hacia la salida, descubro la exuberancia de la mimosa con la que cierro. Su olor me devolvió mi tierra.

domingo, 25 de marzo de 2012

El enigmático y fascinante mundo de Odilon Redon

El pintor de la imaginación y el subconsciente, poseedor de un universo personalísimo, enigmático, misterioso, Odilon Redon ha sido todo un descubrimiento. La Fundación Mapfre ha organizado una magnífica muestra de su obra.
















"Tras un esfuerzo por copiar minuciosamente una piedra, un perfil o cualquier otro objeto de la vida viva o inorgánica, siento llegar una evolución mental; entonces tengo la necesidad de crear, de abandonarme a la representación de lo imaginario. Dosificada e infundida de otra manera, la naturaleza se convierte en mi fuente, mi levadura, mi fermento. Por este origen considero mis invenciones verdaderas", manifestaba Redon. Mientras sus colegas se volcaban en el impresionismo, él caminó en solitario por el mundo de los sueños, creando las bases para el movimiento simbolista, los nabis y el surrealismo.















La exposición es apasionante, adentrarse en su mundo una aventura llena de sorpresas y descubrimientos. Su amistad con el botánico Armand Clavaud, quien le enseñó experimentos científicos, a mirar a través del microscopio, las teorías de Darwin y le hizo participar de una concepción panteísta de la naturaleza, marcaría su obra. Enamorado del aguafuerte, gran admirador de Durero y Rembrandt, la exposición nos muestra varias de sus series más características, entre las que se encuentra En el sueño, a la que pertenece el dibujo que veis arriba a la derecha. También me fascinaron sus dibujos de arañas, amables e inquietantes a un tiempo.














A la izquierda, Busto de mujer desnuda, de perfil hacia la izquierda, y a la derecha un aguafuerte perteneciente a la serie A Edgar Poe, cuyo título es El ojo, como un globo grotesco, se dirige hacia EL INFINITO. En ocasiones los títulos de los dibujos componen un poema, como en el caso de la serie homenaje a Goya, compuesta por seis litografías: "En mi sueño, vi en el cielo un rostro misterioso/ La flor del pantano, una cabeza humana y triste/ Un loco, en un paisaje apagado/ Hubo también seres embrionarios/ Un extraño malabarista/ Al despertar divisé a la diosa de lo inteligible, con perfil severo y duro".
















"Mi padre me decía a menudo: "¿Ves esas nubes? ¿Distingues como yo sus formas siempre cambiantes? Y me mostraba entonces, en el cielo mudable, la aparición de unos seres extraños, quiméricos, maravillosos. (...) Toda mi originalidad consiste, pues, en hacer vivir humanamente a seres inverosímiles, poniendo en lo posible la lógica de lo visible al servicio de lo invisible." Arriba a la izquierda El pólipo deforme llegaba por las riberas, cual suerte de cíclope sonriente y horrible, perteneciente a la serie Los orígenes. Me maravillan sus títulos; ellos sitúan al personaje representado dentro de una historia, le otorgan personalidad y sentido. Nada es gratuito en Redon, todo tiene un significado profundo, un mundo detrás de cada imagen.















A partir de 1890 fue evolucionando paulatinamente hacia el color, que terminó enseñoreándose de toda su producción posterior. Sin dejar de ser enigmática, la dulzura fue calando en sus cuadros. A esta etapa pertenece el cuadro con el que abro el comentario, Ojos cerrados. La exposición da perfecta cuenta de esta evolución, hasta llegar a los murales que pintó para decorar algunas estancias del castillo del barón Robert de Domecy. Entrar en estas salas resulta sorprendente. De repente, una explosión de color y delicadeza. Jardines, marinas, mariposas, frutas, flores y plantas, esa relación panteísta con la naturaleza de la que antes os hablaba y un sentido poético que recuerda a los paisajes japoneses. No dejéis pasar esta exposición, merece la pena descubrir a un artista tan especial.