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jueves, 28 de febrero de 2013

El legado de la Casa de Alba

Hace unos días os hablaba de la impresionante exposición de una selección de la colección particular del Ducado de Alba, que hasta finales de marzo se puede visitar en el Palacio de Correos de la plaza de La Cibeles de Madrid. No he podido encontrar en la red muchas de las piezas que más llamaron mi atención, como los escudos de armas de "el indio Don Diego", de 1536; de "el judío Don Martín de Moctezuma", de 1536; de Francisco Pizarro y Francisco de Arcos, de 1537 y 1565 respectivamente. Por no hablaros de una hermosísima Cabeza femenina de la divinidad, un mármol de siglo V a.d.C., o Herma de Dionisos, del I d.d.C.















Uno de los lienzos más hermosos es Camino del mercado, firmado por Rubens entre 1616 y 1630, con el que abro el comentario. Merece la pena dedicarle un tiempo y observar con calma la estructura del cuadro, la distribución de los personajes y la sensación de vida que transmite. Y sobre estas líneas dos retratos pintados por Mengs en 1760: el de Mariana de Silva y Sarmiento, duquesa de Huéscar, y el de su esposo, Fernando de Silva y Álvarez de Toledo, XII Duque de Alba, padres de María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, inmortalizada por Francisco de Goya en uno de sus cuadros más celebrados.















A la izquierda otro espléndido cuadro de Goya, La marquesa de Lazán, firmada en 1804. Me interesaron  menos las obras del XX, excepto el Renoir que os muestro y un precioso Chagall, Florero delante de la ventana, que veis abajo a la izquierda. Siempre es gratificante encontrarte ante cualquiera de sus obras, mágicas y vibrantes. A la derecha una foto que muestra uno de los rincones del Palacio de Liria, donde podemos distinguir sobre el sofá la que es, a mi juicio, la joya de la exposición, La Virgen de la granada, de Fra Angélico.













miércoles, 27 de febrero de 2013

Cosas de niños

Hace unos días, al recoger a mi nieto en el colegio, me mostró muy ufano la colección de máscaras que la dirección ha colgado en las paredes del vestíbulo, realizadas por su curso y algunos compañeros más pequeños. Siempre me sorprende la creatividad de los niños, la libertad con la que trasladan a cualquier soporte su mágico mundo. Me encantaron, y no me resistí a fotografiarlas y traerlas a Mi casa.















Este año no he podido asistir a ARCO, y lo siento porque, entre alguna obra para mi incomprensible (genial, como siempre, El Roto, con la viñeta que cuelgo hoy junto a este texto) se exponen cosas realmente interesantes, algunas piezas muy hermosas. ARCO te permite conocer por donde van los intereses artísticos del personal, al menos del que se mueve dentro de los circuitos comerciales. No es mucho, pero al menos es algo.













Recordé mi visita a la Feria del año pasado ante estas caretas infantiles. Qué delicia contemplar tanta creatividad en estado puro, tal falta de pretensiones,  tamaño disfrute. Por cierto, la careta realizada por mi nieto es la primera de la esquina superior izquierda, en la fotografía con la que abro el comentario. Fantástica, ¿verdad?.

El Roto

El Roto, diario El País, 14 de febrero de 2013

martes, 26 de febrero de 2013

La colección particular del Ducado de Alba

No conozco muchas colecciones privadas de arte. A lo más que alcanza la gente que me rodea es a ir adquiriendo, a lo largo de los años, y muchas veces a plazos, algún dibujo, unas cuantas serigrafías, rara vez un óleo de algún artista joven que descubrieron  en una galería sin pretensiones. Aún así, se me antoja que no debe haber en España muchas comparables a la que atesora el Ducado de Alba, de la que se expone una muestra en el antiguo Palacio de Correos, en Cibeles. Una exposición impresionante de cuadros, esculturas, mapas, libros y distintos objetos que estará abierta hasta finales de marzo, cuya visita creo imprescindible para cualquier amante del arte, aunque solo fuere por contemplar la maravilla que os muestro abajo a la derecha, la Virgen de la granada, pintada por Fra Angelico en 1426.















Pero son incontables los tesoros que alberga la colección, comenzando por la archiconocida Duquesa de Alba de blanco, con la que abro el comentario, pintada por Goya en 1795. María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, XIII Duquesa de Alba, contrajo matrimonio con José María Älvarez de Toledo y Pérez de Guzmán, XVI Duque de Medina Sidonia. Al morir sin descendencia, heredaron sus títulos y propiedades sus parientes los  Duques de Berwick, emparentados por matrimonio con Catalina Ventura Colón de Portugal, descendiente de Cristóbal Colón. Ese es el motivo por el que forman parte de la colección unas cartas del Almirante a su hijo Diego y a Gaspar de Gorricio, fechadas  en 1498; y  a Alfonso Morales, en 1501, además del mapa de La Española realizado por Colón en 1492. Me resultó apasionante poder contemplarlos.












Junto a la Virgen de la granada, del Maestro de la Virgo Inter Vírgenes, otro cuadro bellísimo, La Anunciación con el I Duque de Alba, de 1480. Sobre estas líneas El emperador Carlos V y la emperatriz Isabel de Portugal, un lienzo imponente que, como en tantos otros casos, no te explicas cómo no es patrimonio del Estado y cuelga en una sala del Museo del Prado. A su derecha, Retrato del Gran Duque de Alba, pintado por Rubens en 1628. Se trata de Fernando Álvarez de Toledo, un hombre singular, educado por Garcilaso y Juan Boscán, gran mecenas y protector de artistas como Fray Luis de Granada y Santa Teresa de Jesús. Puso su espada al servicio de Carlos V y Felipe II. Abajo, a la izquierda, le vemos retratado por Tiziano en 1570.
















A la derecha, otro cuadro hermosísimo, el Santo Domingo de Zurbarán, realizado entre 1635 y 1640. Y cierro con La última cena, de Tiziano, elaborada entre 1550 y 1555. Este imponente lienzo me mantuvo ante él mucho tiempo, observando los detalles, su viveza y movimiento, una frescura a la que hoy nos ha acostumbrado la fotografía. Una belleza.

Pero si los cuadros son obras maestras, otros objetos que allí se exponen no le van a la zaga. Recuerdo una primera edición de El Quijote, El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha; una Biblia de la Casa de Alba, de pergamino con encuadernación mudéjar, de 1424-1430; un grabado con buril firmado por Durero, Adán y Eva. Os contaré más en unos días.


lunes, 25 de febrero de 2013

"Searching for sugar man", una joya

He disfrutado enormemente viendo Searching for sugar man, de Malik Bendjelloul, y lo he hecho por varios motivos. Para empezar, se trata de un documental con estructura de reportaje periodístico y alma de thriller, en el que un investigador musical y un fan indagan sobre la identidad de un músico norteamericano, de ascendencia mexicana, llamado Sixto Rodriguez. De cortísima carrera artística a finales de los años sesenta (grabó dos discos que no obtuvieron ninguna aceptación popular y desapareció) su música se convirtió en himno para los jóvenes sudáfricanos antiapartheid durante las dos décadas siguientes. Sixto Rodriguez se transforma en leyenda para cuarenta millones de sudáfricanos, mientras su rastro se pierde en Dertroit.



Este es el tema de la película, espléndidamente desarrollado. Pero hay mucho más. Para empezar, la música de Rodríguez, un Bob Dylan que el mercado y la fatalidad nos hurtó, suena apasionada y conmovedora durante hora y media, y sales del cine con el propósito de hacerte con ella, rescatarla y disfrutarla urgentemente. Fantástica fotografía a cargo de Camilla Skagerstöm, imágenes bellísimas y sugerentes. Pero lo que realmente me conmovió fue el protagonista, Sixto Rodríguez, un ser humano lleno de dignidad, un hombre humilde y coherente al que me encantaría poder estrechar la mano.


Searching for sugar man ya colecciona premios, entre ellos el especial de jurado y público del Festival de Sundance y el Premio Bafta al mejor documental. Bajo este epígrafe se presenta a los Óscar que se entregarán esta madrugada (escribo la mañana del domingo 24). No he visto los otros tres trabajos seleccionados, pero me encantaría que recibiera ese homenaje.

Aquí tenéis el trailer:

domingo, 24 de febrero de 2013

"Esquiando en las nubes", por Juan Goytisolo

"A sobrevuelo de la fatal península, mientras contemplaba la ingente masa de nubes blancas suspendida a la derecha del avión, vislumbré por la ventanilla la silueta mirífica de un esquiador. Descendía velozmente, con levedad aerícola, como impulsado por una fuerza sobrenatural. Deslumbrado por tal maravilla rebusqué entre los enseres del equipaje de mano hasta dar con unos gemelos de la última generación. Los gradué al máximo y apunté con ellos al audaz deportista que se deslizaba sobre la intangible pista en mortal desafío a la fuerza de la gravedad. Ceñido por su anorak de marca, el rostro me resultó familiar: ¡Era Mariano Rajoy!

A los lados de la incorpórea vertiente nevada, los espectadores de la exhibición celeste —pues se trataba de un desfile de figuras célebres— le jaleaban con aplausos y gritos: ¡Adelante, Mariano, te apoyamos y confiamos en ti!, ¡Los durísimos planes de reestructuración y centenares de miles de dolorosos despidos son indispensables para la consolidación bancaria y la credibilidad de los presupuestos!, ¡Hay que adelgazar las plantillas y sanear los créditos para la recuperación suave de la economía y el cumplimiento ante Bruselas del ajuste fiscal!

Al desaparecer Rajoy de mi vista le sucedieron otros alígeros de fisionomía igualmente mediática revestidos todos ellos con lujosas prendas de esquiador: el yernísimo de las sociedades sin ánimo de lucro, el honrado atesorador y extesorero del PP Luis Bárcenas, asiduo de las pistas suizas, seguido de José María González Gargallo, Cristóbal Montoro, Luis de Guindos, Soraya Sáenz de Santamaría. Los vítores arreciaban: ¡la cifra de seis millones en paro es mucho menor de la de los que aún trabajan! ¡El PIB supera en un 02’4 a la deuda!, ¡La bendita lluvia de billetes al banco malo —treinta y siete mil millones de euros— mitigará a medio plazo el endeudamiento y restablecerá la confianza!, ¡Socialicemos las pérdidas y privaticemos las ganancias: ésa es la solución!

La levitación de José Ignacio Wert sobre la pista de esquí fue acogida a su vez con redoblados aplausos. El objetivo de mis gemelos se centró en uno de sus forofos de boca aulladora similar a la bostezadura de nuestros remotos antepasados en las jaulas del zoo o a la de Cristiano Ronaldo al marcar un gol: ¡Más clases de español en las escuelas catalanas para que lo aprendan de una puñetera vez!, ¡Estamos el cola de Europa en ciencias, matemáticas y comprensión lectiva, pero tenemos los mejores futbolistas!, ¡Más Religión verdadera y menos chorradas de educación para la ciudadanía!, ¡Los recortes en cultura no son salvajes sino razonables dadas las circunstancias y serán a la larga benéficos!, ¡Privatizad la sanidad y todos saldremos ganando, incluso los enfermos!, ¡El rigor es necesario para nuestro avance en las cuotas de mercado!, ¡Son tiempos de apretarse los cinturones y aguantar con temple sereno!, ¡En los próximos años España irá a más!"
(...)
Con un humor corrosivo y lúcido, Juan Goytisolo analiza la desoladora situación de nuestro país. Qué liberador resulta poder soltar una carcajada ante tanto desmán. No os perdáis este artículo, publicado por El País el 12 de febrero.

sábado, 23 de febrero de 2013

El Grupo "Zarabanda" trae al Auditorio los Conciertos de Brandemburgo

"La música de Bach muestra una grandeza espiritual como pocas otras: sus dimensiones espiritual, religiosa, técnico musical y artística son incomparables, impresionantes. La música legada por Johan Sebastian Bach constituye uno de los monumentos artísticos más grandiosos, bellos, perfectos y trascendentes de la historia".  Elijo las palabras del crítico musical José Luis García del Busto, palabras que, estoy segura, son suscritas por la práctica totalidad de los musicólogos. Bach pertenece a otro orden de cosas. En el Olimpo de los músicos le correspondería el papel de Zeus. Nada es comparable a su música, belleza en estado puro.

Hace unos días, el Grupo "Zarabanda",. una meritoria orquesta especializada en música antigua, bajo la dirección de Álvaro Marías, nos ofreció en el Auditorio una emocionante inmersión en Bach. Comenzó con el Triple concierto en La menor para flauta, violín, clave, cuerda y continuo BWV 1044, precioso concierto ante cuyos primeros acordes sentí como si una caricia  me recorriera por dentro diluyendo penas, preocupaciones y ansiedades. El poder pacificador de la música de Bach, su dulzura, su conmovedora belleza, y algo más. Esa trascendencia de la que habla el crítico, una espiritualidad intrínsecamente ligada a lo humano, al margen de lo puramente religioso, funciona como un bálsamo curativo y consolador.

Luego llegó lo mejor, tres de los seis Conciertos de Brandemburgo, los nº 5, 4 y 2. Qué decir de una de las obras de arte más hermosas de la historia. Cada uno con su propia personalidad, algunos muy ligados a momentos concretos de mi vida, muy interiorizados; otros siempre redescubiertos, como me ocurrió este día con el nº 2. Este concierto tiene la dificultad añadida de equilibrar el sonido dulce y sutil de la flauta con la sonoridad de la trompeta; un concierto que exige un enorme virtuosismo, más si tenemos en cuenta que el Grupo "Zarabanda" utiliza instrumentos de época, como la trompeta sin pistones, generalizados en el siglo XIX.

Os lo ofrezco:

viernes, 22 de febrero de 2013

"Lecciones de cosas y otros poemas", de Ángel González

No es una novedad editorial. Mi ejemplar de Lecciones de cosas y otros poemas, de Ángel González, está  fechado en enero de 1998. Una edición de Círculo de Lectores de un año antes.

Entregada a Bernhard, necesito sacar la cabeza de vez en cuando y respirar. Felizmente me he vuelto a topar con los luminosos poemas de González. Una delicia.

Cumpleaños de amor

¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo haya modificado mi estructura, y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano,
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

jueves, 21 de febrero de 2013

La dolorida obra de Antoine D'Agata


La imagen con la que encabezo este comentario lleva por título Autorretrato, y es obra del fotógrafo francés Antoine D'Agata. Me impresionó cuando la vi en el diario El País, es la viva imagen de la desolación y el desamparo. Cubierto de polvo blanco,los brazos caídos a lo largo del cuerpo, inerme ante el espectador; y el rostro: los labios parecen una herida, y los ojos dos agujeros negros. Brutal.











El reportaje del diario, titulado D'Agata, el fotógrafo del estupor, da cuenta de la exposición de su obra, Anticorps, en el centro de fotografía documental Le Bal, en París. Investigo y me encuentro con imágenes perturbadoras: seres dolientes, solitarios, escenas de sexo que inspiran una tristeza infinita. Parece como si D'Agata fotografiara su tormento.











"Las personas que fotografío son los anticuerpos de nuestra sociedad, que con sus estrategias de supervivencia dan la mayor muestra de dignidad", afirma el artista. "Siempre he visto el mundo como un espacio que compartimos a nivel político, social y, sobre todo, económico, en el que muchas personas son marginadas y expuestas a una violencia institucional, gélida, que anula su humanidad. Esas personas abandonadas a su suerte no tienen otra opción que reinventarse, generar una nueva identidad y existencia a través de su propia violencia. Solo les resta experimentar sensaciones, ya sea con el sexo, los excesos,los narcóticos o la delincuencia".











Pero al observar su obra siento que no es la marginación, el dolor ajeno el que transmite, sino el suyo propio. Un lamento desgarrador.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Martin Jarrie, ilustrador

Martin Jarrie es un pintor e ilustrador francés, afincado en París, al que acabo de descubrir y cuya obra me tiene encantada. Posee un mundo propio, mágico y surrealista, y un lenguaje limpio, a veces rondando lo naif. Cuenta en sus apuntes biográficos que abandonó el realismo en pos de una mayor libertad expresiva, una soltura y disfrute que se palpa tanto en las pinturas como en los dibujos.














El toque surrealista me recuerda algunas obras de Magritte, aunque el cuadro con el que abro el comentario es un claro homenaje a Almuerzo en la hierba de Manet.







Martin Jarrie ha trabajado en el mundo de la publicidad y de la edición y  colaborado con los principales periódicos y revistas franceses y americanos.



martes, 19 de febrero de 2013

Not Vital, primera individual en España

Let One Hundred Flowers Bloom (Que broten cien flores) es el título de esta espectacular instalación que el artista suizo Not Vital ha montado en la galería IvoryPress. No conocía la obra de Vital, poseedor de una dilatada carrera con exposiciones a lo largo y ancho de este mundo, y lo que estos días muestra la galería madrileña no logra impresionarme mucho, excepto estos cien capullos de acero inoxidable, todos diferentes, que os muestro en las fotos.












Cada uno tiene cuatro metros de longitud y el título alude a un slogan utilizado en 1956 por Mao Zedong en una campaña publicitaria. Contemplarlas desde el exterior, caminar entre ellas, produce una sensación contradictoria. Por una parte, el encanto de los capullos, sus superficies satinadas y brillantes evocan algo tierno y efímero; pero su colocación, todos en la misma dirección, recuerdan cuerpos atraídos hacia un punto, seres alienados, No miran al sol, parecen reptar por el suelo, hechizados.












Ocho picas sostiene otras tantas cabezas que van evolucionando hasta convertirse en cerdo. No me interesaron nada, como tampoco esta luna enorme de mármol de Carrara, de 140 cm. de diámetro, con la que el artista pretende invertir la órbita del satélite alrededor de la Tierra al invitar al público a rodearla.


lunes, 18 de febrero de 2013

Detrás de la ventana

Un atardecer en casa de mi hija, las dos tumbadas sobre la cama, mirando el cielo a través de la ventana. El caprichoso enrejado de las ramas en invierno, una tela de araña tejida al albur, me recuerdan los cuadros de Manolo Rivera, a veces la Naturaleza me lleva al arte.












Esta tarde (unos días antes de que vosotros leáis este comentario) he visitado el Museo Reina Sofía, donde Cristina Iglesias presenta Metonimia, una exposición antológica de su obra desde los años 80 hasta hoy. Una muestra espléndida, emocionante, de la que os hablaré uno de estos días y que os aconsejo encarecidamente. Paseando por sus espacios vegetales recordé este atardecer, el velo sutil que los árboles levantaban entre nosotras y el cielo. La belleza siempre remite a la belleza. Resulta consolador.

La London Philharmonic Orchestra interpreta a Rachmaninoff

Desconozco si la Segunda Sinfonía de Rachmaninoff es la mejor composición del maestro ruso, pero si no lo es no le va muy a la zaga. A mi me entusiasma. La compuso en Dresde, donde en 1907 alquiló una casa de dos pisos llamada Villa Jardín. Por aquel entonces ya había cosechado grandes éxitos como pianista y alcanzado la notoriedad con su Segundo Concierto de piano.

La Orquesta Filarmónica de Londres  centró su visita al Auditorio de Madrid en el compositor ruso, y nos ofreció una tarde emocionante. Comenzó con el Concierto nº 3 en re menor, con Simon Trpceski al piano. Las crónicas hablan del escaso éxito que esta pieza obtuvo cuando se estrenó con la Orquesta Sinfónica de Nueva York en 1909, con el propio Rachmaninoff como solista, aunque dicen las crónicas que el compositor no había disfrutado de suficiente tiempo para ensayarla y eso actuó en detrimento de su ejecución. Un año después pudo desquitarse al volver a interpretarla, esta vez con la Filarmónica de Nueva York dirigida por Gustav Mahler, que sí fue capaz de extraer de ella su apabullante belleza.

Fue un concierto gozoso. Os dejo con el Adagio, interpretado por la Sinfónica de Londres, dirigida por  Gennadi Rozhdestvensky.