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jueves, 31 de enero de 2013

"Argo", de Ben Affleck


En 1980, tras el derrocamiento del Sha de Persia y el ascenso al poder del ayatolá Jomeini, un grupo de estudiantes asalta la embajada americana en Teherán y secuestran a varios diplomáticos allí destacados. Seis de ellos logran huir y refugiarse en la Embajada de Canadá. Argo relata como fueron rescatados por la CIA y devueltos a Estados Unidos. La película, dirigida y protagonizada por Ben Affleck, resulta un thriller trepidante y muy entretenido, si logras prescindir de todos los tópicos "a la mayor gloria de los americanos" a los que nos tienen acostumbrados. 


Creo haber leído que el Gobierno Iraní ha elevado una queja oficial por la imagen de los iraníes que el filme traslada, y creo que no le falta razón, no en lo referente al fanatismo de las hordas que atacan la embajada (las multitudes encolerizadas son idénticas y actúan con la misma irracionalidad en todas partes del mundo), pero sí es cierto que muestran a los oficiales de aduana del aeropuerto como ingenuos e ineficaces, e incompetente al servicio de inteligencia. Una buena película, en absoluto memorable, que confundiré con tantas otras en pocos días, pero capaz de depararte un buen rato. No creo que se merezca Óscar alguno, pero veremos que opinan los patrióticos académicos. 

Os dejo el trailer:


miércoles, 30 de enero de 2013

El Roto

El Roto, diario El País, 24 de enero de 2013

"Seres rotos, sociedades divididas", por Violeta Assiego


"Un 73% de los ciudadanos piensa que nuestro país está al borde de un estallido social a causa del nivel de paro y pobreza. ¿Qué es lo que está frenando que este no se haya producido aún? La calidad de la red de apoyo social de los ciudadanos. Hasta el momento, la familia, las amistades, las organizaciones de carácter asistencial y los movimientos sociales más activos son los que están sosteniendo y asistiendo a la población que está pasando mayor necesidad. Sin embargo, la función social de las redes de apoyo —y el capital social que representan— se puede llegar a evaporar si persiste el deterioro sin precedentes de las condiciones de vida de la ciudadanía en España.

 La tasa de riesgo de pobreza y exclusión social es del 27% y afecta a casi 12 millones y medio de personas; se inicia el año con gastos y tasas hasta ahora inexistentes en el acceso a la salud y la justicia; suben los impuestos que repercuten directamente en la cobertura de necesidades básicas de los ciudadanos; y, lo más relevante, todo indica que el paro seguirá creciendo mientras el empleo existente se precariza y las prestaciones se agotan.

Que una amplia mayoría ciudadana piense que estamos al borde de un estallido social refleja, además de un alto grado de desconfianza en las instituciones políticas, que la sociedad española está a punto de tocar fondo y siente que no va a poder seguir haciéndose cargo del sufrimiento que representa esta crisis para más de una cuarta parte de la población. No hay mecha que arda más rápido que la de la impotencia e indignación por ver sufrir a las personas del entorno cercano y no poder ayudarlas. Cada vez hay menos brazos que puedan sostener, el peso es mayor y el nudo más apretado. Eso sí que parece inminente."

Violeta Assiego, diario El País, 20 de enero de 2013.

martes, 29 de enero de 2013

"Django desencadenado" de Quentin Tarantino

Pese a que me horroriza la violencia en el cine, las escenas truculentas de Tarantino son tan desmesuradas, tan teatrales, que las puedo soportar. Porque el resto de su película es fascinante.  Entra a saco en una etapa de la historia de los Estados Unidos oscura y vergonzosa, la sociedad esclavista de los estados sureños, y rompe los tópicos de una plácida y hasta cariñosa convivencia entre los señores blancos y sus criados negros para hablar de un mundo de extrema violencia y degradación moral. Lo hace con valentía y sentido del humor, a través de un guión espléndido y con el talento al que nos tiene acostumbrados.

Creo que a esta película no se le puede poner un solo "pero", y sin embargo parece ser que no ha logrado el beneplácito de los académicos para pugnar por los Óscar. Técnicamente es intachable, es ágil, convincente, y sus personajes dibujados con hondura y precisión. Aunque teóricamente es Django el protagonista (interpretado por un convincente Jamie Fox), me enamoró el personaje del doctor King Schultz (Christoph Waltz), y me abrumó el trabajo de Leonardo DiCaprio. Una actuación memorable, aunque solo fuera por ver la construcción que hace de su personaje merecería la pena toda la película. Pero, sorprendentemente, no ha sido a él a quien Hollywood a nominado para alzarse con el galardón del mejor actor de reparto, sino a su compañero Christoph Waltz. Inexplicable.

Os dejo el trailer:

lunes, 28 de enero de 2013

Taro Aso, Ministro de Finanzas de Japón

El Ministro de Finanzas japonés ha hecho unas declaraciones, recogidas por los medios de comunicación de medio mundo, en las que anima a los ancianos a morirse cuanto antes, para evitar el coste que les supone al Estado. Según recoge el diario inglés The Guardian, durante una reunión del Consejo Nacional de Seguridad Social  sobre las reformas necesarias para aliviar los costes que supone para las arcas públicas la asistencia sanitaria, Taro Aso, de 72 años de edad, manifestó que "el problema no se resolverá a menos que les digamos que se den prisa y se mueran".  He tenido serias dudas de si incluir estas declaraciones en la sección de MarXismos o colocarlas directamente en Bestiario. Bien es verdad que nuestros gobernantes, con mayor astucia y por medio de la privatización de la sanidad pública, alcanzarán el mismo objetivo sin escandalosos anuncios de intenciones.

"Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente"

Fuera, dentro

Un incierto día más. Otro espacio en blanco, otro agujero negro, otro torbellino amanece para engullirme. Desde mi observatorio, hacia afuera, un mundo pleno de promesas que no me conciernen. Despierta el día indiferente, sordo y ciego, y yo lo observo desde detrás del cristal de mi ventana, brillando fuera como si todo fuera posible, y nada lo es. Atrapada en este tiempo muerto, me cuesta respirar.


El interior de mi casa es solo desolación. Tiempo de resistencia.

domingo, 27 de enero de 2013

Sin palabras, por Fernando Vallespín


"De no haber sido demasiado extravagante, hubiera dejado esta columna sin texto, con el título desnudo sobre la caja que la acompaña, en blanco. Porque ya no nos quedan palabras a través de las cuales manifestar nuestra perplejidad e indignación ante la proliferación de tantos casos de corrupción, ante el espectáculo de una información política en la que cada día nos desayunamos con nuevos asuntos de políticos que se valen o se han valido de sus cargos para el beneficio económico propio o de su partido. Hasta ahora siempre hemos tenido mucho cuidado en diferenciar nítidamente entre unos u otros supuestos, entre los muchos que tienen una actitud ética y ejemplar y quienes denigran a su profesión. Hemos procurado advertir de que las prácticas desviadas eran la excepción y que determinados supuestos aislados no podían proyectar una visión unívoca de la política, que el hartazgo y el descreimiento general que se destilan ante todo lo político no podía, no debía, contaminar la legitimidad del sistema democrático como un todo. Pero ya apenas sabemos cómo hacerlo. Hemos entrado en una fase en la que, en efecto, es tan grande el desánimo que sobran las palabras, que estas se nos antojan huecas y vacías de tanto ser reiteradas. Estamos, como diría Sandor Marai, en uno de esos momentos en los que “las palabras se han vuelto inútiles, como los monumentos... se han convertido en ruido... su sonido se ha distorsionado, como cuando las gritan a través de un altavoz”.

Sí, no es el momento de las palabras, es el momento de la acción. Este país requiere una catarsis ética. Tanto o más que salir de la crisis económica. Precisa poder volver a confiar en aquellos que nos representan y que se erigen en portavoces de los intereses de todos. El problema es que aquellos destinados a llevarlo a la práctica han consumido el crédito del que hasta ahora gozaban, y una nueva clase política no se improvisa. Desaparecida la confianza, el más valioso de los intangibles en la política democrática, el sistema aparece desnudo y escindido entre unos dirigentes sin alma y una ciudadanía sin esperanza. El paisaje se nos antoja desértico y sin ningún oasis a la vista. Y bajo estas condiciones de poco sirve esperar que la redención venga por la vía de la recuperación económica. No, el problema es estructural, ya no se arregla con medidas cosméticas.

La crisis ha tenido el efecto de haber desenmascarado todo un conjunto de prácticas y componendas entre determinadas élites que bajo otras condiciones quizá hubieran pasado desapercibidas. Ha vuelto a poner en el centro del debate político el paradigma de la redistribución, la cuestión de quién se queda con qué parte de los recursos sociales, la justicia distributiva. Ha provocado una nueva re-politización de la desigualdad, algo inevitable en momentos de escasez y en los que los más menesterosos están cargando también con los mayores sacrificios. Una de sus consecuencias más inmediatas ha sido la toma de conciencia del dispendio de dinero público, su uso abusivo para satisfacer a clientelas electorales. A eso lo podemos calificar como gestión imprudente e interesada, aunque en sí misma no fuera la expresión de prácticas corruptas. Pero ahora sabemos también, si es que alguna vez lo ignoramos, que ha habido otra utilización de posiciones de poder y autoridad, con clara transgresión de la ética pública más elemental. Muchas veces asociada, además, a esa disposición tan libérrima de los recursos de todos.

Lo que comenzó en perplejidad acabó en indignación para desembocar después en una situación próxima al nihilismo político. Y la gran cuestión que se abre es cómo se va a encauzar este descontento, el indudable malestar provocado por la sucesión de escándalos que están salpicando la política española. Volvemos a la pregunta de antes. ¿Ahora qué? ¿Cómo se sale de una crisis moral e institucional que pone en cuestión los fundamentos mismos sobre los que se sustenta el sistema democrático? En sus Discorsi, el viejo Maquiavelo creía tener una respuesta para estos supuestos de “crisis de la república”: emprender su rinovazione mediante la búsqueda de un nuevo comienzo. En el lenguaje más vulgar de nuestros días, hablaríamos de resetear la democracia, de arrancar de nuevo el motor que le dio origen y aplicar las reformas necesarias dirigidas a evitar su corrupción definitiva. Para ello, siempre según el autor florentino, debería volverse al espíritu y las virtudes que permitieron hacerla durar, y restablecer los consensos sobre los que se erigió. Sin nostalgias, pero sí con la firme convicción de que es una tarea de todos y para todos. O sea, un nuevo pacto constitucional."

Fernando Vallespín, diario El País, 18 de enero de 2013

sábado, 26 de enero de 2013

"Descarga", por Manuel Vicent


"Aunque el hedor sea ya insoportable, hay que celebrar que toda la basura de la política salga a la superficie, porque eso significa que las bombas de achique funcionan perfectamente. Se da por descontado que, dejado a su aire, el poder es una fuente inagotable de perversión, pero la democracia, entre otras cosas, es una máquina de picar la carne de la clase política y servirla en bandeja a la opinión pública. En este caso se pueden hacer albóndigas para todos los gustos. El primer decreto de un dictador consiste en impedir que la corrupción emerja a la superficie para atribuirse el mérito de haber regenerado el sistema. Se trata solo de una apariencia. La mierda permanece sumergida. En este país la asfixia social que produce la corrupción ha llegado al límite. Los medios de información sacan cada día al portal la correspondiente bolsa de basura, mejor o peor clasificada, según su estilo, una basura que nadie recoge. Es como si en una huelga las bolsas negras malolientes acumuladas en las esquinas obligaran al ciudadano a transitar con mascarilla e incluso amenazaran con impedir la circulación. Debemos felicitarnos porque las bombas de achique funcionen, pero aquí ningún partido político se hace cargo ni se siente responsable de la basura amontonada en la calle. El humor y la sátira corrosiva contra el poder sirven de escape, pero en esta sociedad atormentada por la crisis el sarcasmo ya no vale. El escándalo de la corrupción creciente, agobiante y reiterada está a punto de provocar un salto cualitativo en la convivencia. Puesto que la clase política no asume la obligación de recoger la basura propia es posible que la ciudadanía decida quemarla en medio de las plazas con un ritual público de exorcismo y purificación del sistema. En este país los partidos políticos están jugando con fuego. Sin necesidad de invocar al profeta Isaías habrá que advertir que se acerca el momento en que una chispa, cualquier desgracia imprevisible, puede sintetizar toda la frustración, la cólera y el odio suspendidos en el aire, alimentados por la miseria, y producir una descarga explosiva, que se llevará por delante, no solo a esa pandilla de políticos golfos, sino el sueño de un país que un día apostó por la libertad y la democracia."

Manuel Vicent, diario El País, 20 de enero de 2013

"Anticorrupción", de El Roto

El Roto, diario El País, 20 de enero de 2013.

viernes, 25 de enero de 2013

En La Paz

No se trata de ninguno de esos atardeceres cinematográficos de Madrid, pero fue el primer atisbo de belleza que encontré cuando abandoné por unos minutos el Hospital de La Paz. El frío cortaba el aliento, y lo sentí vivificante, tan distinto a los densos olores hospitalarios. Una puerta separa la vida de la muerte, la salud de la enfermedad. Y qué privilegio poder traspasarla y volver a respirar el ritmo de la naturaleza.














Paseo junto a las torres que ocupan la antigua sede de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, a cuya piscina venía a nadar siendo niña. Cambia la ciudad, y desaparecen los escenarios en los que se desarrolló tu vida. Ahora estas torres, por otra parte hermosísimas, pretenden representar una ciudad que no existe.












Aterida, cámara en ristre, intento captar la belleza reflejada en su piel de cristal. Y este breve respiro me conforta. Vuelvo a cruzar el umbral y regreso al hospital.

"La Pared", Shakira

jueves, 24 de enero de 2013

Michael Baranovic, fotografía de "smartphone"


Las cámaras de los móviles se van convirtiendo en el arma de guerra del nuevo fotoperiodismo. Hace unos días, H. Llanos Martínez nos hablaba desde las páginas del diario El País de Mobile Photo Group, un colectivo que ha elegido el teléfono móvil como herramienta de trabajo para sus reportajes fotográficos,sean de carácter informativo o más explícitamente artístico. Y me descubre a un fotógrafo del que no tenía noticia, el australiano Michael Baranovic, uno de los fundadores del colectivo, cuya obra traigo hoy a Mi casa.












Vas caminando por la calle y de repente ante ti una imagen que te sorprende, o te conmueve, o te enamora, algo, en fin, que te deja prendida, y tienes tiempo para sacar el móvil y captarla. Esa luz, ese gesto, esa composición. Me rindo ante quienes son capaz de "ver" (cuantas veces os lo he confesado). En infinidad de ocasiones he salido a la calle cámara en ristre predispuesta a "mirar" y captar ese algo más que vemos, por ejemplo, en estas imágenes. Regreso a casa con mi mediocridad a cuestas, pero habiendo disfrutado lo indecible.












Las imágenes capturadas por Baranovic trascienden el fotoperiodismo, poseedoras de mayor intencionalidad artística. Así lo han comprendido los agentes artísticos y su obra se ha expuesto en salas y museos de Berlín, Nueva York y Sidney.











"Una vez que me acostumbré a la idea de que siempre he tenido una cámara en mi bolsillo me puse a mirar el mundo un poco diferente. Comencé a buscar imágenes dondequiera que iba", manifestó Baranovic a The weekend Australian Magazine. "Cuando usas el iPhone eres invisible. No eres más que otro tipo jugando con su móvil en la esquina".


miércoles, 23 de enero de 2013

La incertidumbre

"Tener por única certeza la sabiduría de la incertidumbre", aconsejaba Milan Kundera. Cuando tu vida se convierte en un estado de excepción, y compruebas hasta que punto resulta efímera la seguridad, ese vivir instalada en la consoladora rutina, cuando reina el caos, entonces eres plenamente consciente de la fragilidad de ese equilibrio que te salvaguardaba. Administrar el caos, lidiar con los embates  como un torero con el capote intentando que el toro no te empitone y la faena no devenga en tragedia. Vivir en la incertidumbre.

Siento que los días pasan sobre mi, engullida en un torbellino que intento controlar. Ni siquiera tengo tiempo para llorar. Un solo día eterno.

Sin embargo soy consciente de que esto es pura vida, no el anestésico sosiego en el que vivía y, si soy sincera, pretendo recuperar en cuanto me sea posible. El dolor es brillante, te sacude, te lacera. Solo con la muerte cobra sentido la vida. Sé que utilizo tópicos, pero no soy poeta y no tengo otras armas para expresarme que estas pobres palabras. Me siento viva, tanto como cuando el amor me clavaba en el cielo, ahora que percibo mis sentidos en carne viva.

La sabiduría de la incertidumbre. Yo solo siento miedo. Pero de todo ello tendré que aprender a extraer algo que me ayude a vivir.

Ayer llovió y el viento azotaba los árboles. Esta mañana solo algunas nubes grises ocultan un cielo radiante. Tras mis ventanas, las ramas desnudas se mecen suavemente. "Soy como un junco que se dobla pero siempre sigue en pie", hasta que un hachazo te derriba. Hasta entonces, el dolor también merece ser acunado con mimo.

martes, 22 de enero de 2013

"Amour", lo último de Michael Haneke

La Sociedad Nacional de Críticos de cine de Estados Unidos ha elegido Amour, de Michael Haneke, como la mejor película producida en 2012 y a su protagonista, Emmanuelle Riva, como la mejor actriz. El pasado Festival de Cannes la premió con la Palma de Oro y los Globos de Oro la galardonaron como mejor película extranjera. Instalada en la relación de intimidad con la enfermedad y la muerte en la que vivo desde que nació este año aciago, veo la película con profunda ternura y acepto con serena naturalidad una historia dramática que, en otras circunstancias, me habría dejado desolada. Cuenta el deterioro físico de una anciana aquejada de una enfermedad terminal, y su posterior muerte. Cuenta una conmovedora historia de amor, el de esta mujer y su también anciano esposo, un amor que ha perdurado a lo largo de toda su vida y que, cuando llega el final, brilla de lealtad, complicidad y dulzura.

 Una de las características del cine de Haneke es su capacidad para huir de los paños calientes y, con enorme simplicidad, inteligencia y valentía, poner el dedo en la llaga. Cuatro anécdotas aparentemente banales le dan al espectador las claves necesarias. Nada sobra. El director cuenta con la inteligencia del que mira para completar la historia. Y agradezco el respeto con que se enfrenta a la narración, la realidad del final de la vida, así de cruel y así de humana. "El sentimentalismo me pone enfermo", manifestó el director, "me resulta algo falso".

La factura, como nos tiene acostumbrados, es perfecta. Y espléndido también el trabajo de Jean-Louis Trintignant y de Isabelle Huppert. Haneke nunca me ha decepcionado. Recuerdo como me impresionaron La pianista y La cinta blanca. No os la perdais.

Os dejo el trailer.



lunes, 21 de enero de 2013

Henry Peach Robinson

Los últimos instantes, realizada en 1858, es quizá la obra más representativa del fotógrafo inglés Henry Peach Robinson. Me vais a perdonar que, en este momento de mi vida, sienta la necesidad de inclinarme hacia la representación del dolor y la muerte, en un intento, pretendo que consolador, de encontrar belleza en la desolación. En las imágenes de este artista, que viajó de la pintura a la fotografía, influido por los prerrafaelitas y el romanticismo, encuentro consuelo.









La imagen con la que abro es, en realidad, un fotomontaje a partir de cinco negativos distintos. Pese a lo dramático de la imagen, en la habitación se respira una dulce calma. La joven se va fluyendo suavemente bajo la atenta mirada de dos mujeres que, silenciosas, le acompañan, mientras una figura masculina, de espaldas, parece buscar refugio en el paisaje que se extiende tras la ventana. Una hermosísima escena.












Las escenas campestres son deliciosas, y en ellas queda patente el origen pictórico de su formación artística.












La atmósfera en la que envuelve sus escenas, su vinculación con el naturalismo, la exquisita sensibilidad que muestra al elegir el instante; todo ello otorga a su trabajo de un encanto especial. Cierro con una fotografía perteneciente a su serie sobre el cuento de Caperucita Roja.



domingo, 20 de enero de 2013

"Las joyas", de Charles Baudelaire


Las joyas

Mi querida estaba desnuda. Conocedora de mi corazón,
no se había dejado sino sus joyas sonoras,
y este rico atavío le daba el aire triunfal
que las esclavas moras saben tener en sus días felices.

Al saltar, con la danza, su tintineo vivo, burlón,
el mundo abrillanta de metal y de piedra,
y yo caigo en el éxtasis, y yo amo con furia
las cosas en las que el sonido se funde con la luz.

Pero ahora, acostada, ella se dejaba amar,
y desde lo alto del sofá sonreía complacida
a mi amor, como el mar, profundo y dulce,
que hacia ella se alzaba como hacia su rompiente.

Los ojos fijos en mí, como un tigre domado,
con aire vago, soñador, sus poses ensayaba,
y el candor unido a la sensualidad
le daba un nuevo encanto a su metamorfosis;

y sus brazos y piernas, sus muslos y nalgas,
como untados con aceite, como un cisne ondulantes,
pasaban frente mis ojos clarividentes, serenos.
Y su vientre y sus pechos, esas uvas de mi viña,

avanzaban mimosos como Angeles del mal
para turbar el reposo en que mi alma se instalara,
para voltearla de esa roca de cristal
deonde, calma, solitaria, mi alma se había sentado.

Creí ver unidos, en inédita pintura,
las caderas de Antíope y el busto de un mancebo,
tanto hacía su talle resaltar su pelvis.
Sobre ese lienzo pardo, feroz, el sombreado era soberbio.

Y como la lámpara se resignara a morir,
como sólo el hogar iluminaba el cuarto,
cada vez que lanzaba un suspiro de fuego
inundaba de sangre esa piel color de ámbar.

sábado, 19 de enero de 2013

"Las sesiones", de Ben Lewin

Se acercan la concesión de los Globos de Oro y los Óscar y los cines se llenan de películas atractivas que no me gustaría perderme: Los Miserables, The Master, La noche más Oscura, Más allá de las colinas, Amour, a las que se unen dos españolas que no quiero dejar pasar (cada vez me gusta más el cine español), Una pistola en cada mano y Operación E. Ni mi tiempo disponible ni mi presupuesto dan para tanto, así que me temo que alguna se quedará en el intento.

No así Las sesiones, una película espléndida que vi hace unos días, protagonizada por unos extraordinarios Helen Hunt, John Hawkes y un fantástico William H. Macy en el papel de Padre Breda, los dos primeros nominados a los Globos de Oro por sus interpretaciones.











Para el director del filme, Ben Lewin, la historia comienza cuando lee el artículo del poeta y periodista Mark O'Brien On Seeing a Sex Surrogate en la que habla de las dificultades de un discapacitado para tener una relación sexual y afectiva normal. Porque la película se basa en una historia real, la de este hombre paralizado desde el cuello hasta los pies, atado a un pulmón de acero del que solo puede librarse unas pocas horas al día, desde que sufriera en su infancia un ataque de polio. Decidido a no morir virgen, a los 38 años contrata los servicios de una terapeuta sexual (el papel de Helen Hunt) que le iniciará en la experiencia amatoria.










La historia es dramática, y sería dificilmente soportable sin pasarse la hora y media llorando a lágrima viva si no fuera por el humor y la frescura que imperan en el guión, firmado también por Ben Lewin y que resulta, a mi juicio, lo mejor de la película, junto con las interpretaciones de los actores principales. Pese a todo, nos narra un acontecimiento feliz de alguien que, superando sus limitaciones, logró disfrutar de la vida.  Toda una lección para muchos de nosotros.

Es una película maravillosa que os aconsejo no perderos. Os dejo el trailer. Un consejo: verla en versión original.

viernes, 18 de enero de 2013

Mallarmé y Bores en el Círculo de Bellas Artes

En 1943 el pintor español Francisco Bores recibió de E. Tériade, creador de ediciones Verve, el encargo de ilustrar el poema de Stéphane Mallarmé L'Après-midi d'un faune (La siesta del fauno) para su edición como libro de artista. Con este fin realizó más de doscientos dibujos y bocetos, pero el libro nunca llegó a editarse. El Círculo de Bellas Artes expone una muestra de estos trabajos, un conjunto  de preciosos dibujos acompañados de los versos a los que debían ilustrar.














"Más allá de la suave vaciedad desprendida de sus labios/ de ese beso que calladamente las delata en su perfidia/ mi corazón, aunque sin pruebas, da fe/ de la misteriosa dentellada de una boca augusta.
(...)
¡Pero basta! El arcano eligió por confidente/ a la gruesa, doble caña tañida bajo el inmenso azul/ que, advirtiendo la turbación de mi rostro/ sueña, en un largo solo musical/ que atraemos a la belleza con falsedad, confundiéndola/ en la inocencia de nuestro cántico/ y que, con tanta altura como la pasión sentida/ una vana y monótona sonoridad emana/ de mi sueño carnal, de la espalda y del delicado perfil/ que yo veo con los ojos cerrados.
(...)
Mis ojos, atravesando juncos, se prendían/ en cuellos inmortales que aliviaban su ardor en las aguas/ y hendían con penetrantes gritos/ la culminación celeste de los bosques./ El esplendor de los bañados cabellos se desvanecía/ / en claridades temblorosas, ¡oh pedrería refulgente!


Me acerqué y de pronto a mis pies, entrelazadas/ azarosamente reunidas por sus brazos/, vi a las durmientes/ lánguidamente heridas por el doloroso placer de ser dos y no una./ Y las rapté sin separarlas. Volamos/ a un macizo de rosas que, desdeñadas por la indiferencia de la sombra/ entregaban su perfume al sol allí, donde/ nuestro retozo se hiciera semejante a la plenitud del crepúsculo.












Yo adoro el furor de las vírgenes, la salvaje delicia/ de la desnuda y divina carga que, incorporándose/ al temblor de un relámpago, huye/ hurta a mis encendidos y sedientos labios/ el temor secreto de la carne.Así es/ desde los pies de la más cruel hasta el corazón de la más tímida/ a la que ya abandona su inocencia, húmeda/ de enloquecidas lágrimas, o, quizá, a causa/ de otras emanaciones menos tristes.












Feliz por haber vencido falsos temores, mi crimen no fue otro/ que romper el enmarañado manojo de los besos/ que los dioses mantenían apretadamente urdido./ Cuando me disponía a ocultar mi hirviente gozo/ bajo los graciosos pliegues de la primera y más cruel/ (acariciando con un solo dedo a la otra, a la pequeña, ingenua/ y ajena al rubor; a fin de que su inocente blancura/ se tiñese de la encendida pasión de su hermana)/ mi amorosa presa, infinitamente ingrata/ abandonó mis brazos debilitados por el tempestuoso tránsito/ sin apiadarse de mi aún sollozante ebriedad."