!!! Bienvenido ¡¡¡

Gracias por entrar. Antes de irte, echa un vistazo y comparte con nosotros. Nos interesa conocer todo lo que quieras compartir. ¿Has hecho algún descubrimiento deslumbrante? ¿Una película, un poema, un cuadro, un disco? ¿Una ciudad, un paisaje? Ábrenos una ventana y nos asomaremos.

martes, 27 de noviembre de 2012

"Suave patria", por Gustavo Martín Garzo

"La única patria decente, dice Fernando Savater, es la infancia. Todos tenemos una patria así. En ella están los lugares en los que vivimos, la lengua con que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar el miedo a la ausencia de los seres amados. Están los juegos misteriosos, las olorosas fiestas en la cocina, las historias que escuchamos de los labios de los adultos, las primeras lecturas, las canciones que acompañaron nuestro despertar a la vida, los cines y las películas amadas. Y esa patria oculta, secreta, nada tiene que ver con las banderas, los himnos, las fingidas lecciones de la historia, los tertulianos y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a que tan proclives son todos los patriotismos. Tiene que ver con aquello de lo que no somos dueños, representa lo más íntimo y escondido de cada uno, pero es también la puerta por la que entra en nosotros el mundo con toda su diversidad.
(...)
No deberíamos olvidar esto en unos tiempos en que Europa se ha transformado poco más que en un casino donde solo el dios vulgar del dinero impone su ley. La Europa de la especulación, de las oscuras finanzas, de los paraísos fiscales, de los barrios financieros, de los políticos indiferentes al sufrimiento de los que representan, del recelo frente a los emigrantes y del desprecio a lo público, nada tienen que ver con aquella Europa de la solidaridad y la cultura con la que soñábamos. Era la vieja idea de “cultura” como paideia propugnada por la tradición platónica. La cultura como medio para proporcionar a la vida social los objetos correctos, justos y bellos; pero también como ejercicio crítico, como búsqueda de la justicia.
(...)
Me pregunto si entre nosotros aún es posible un lugar así. Esa sería nuestra verdadera patria, la única que merecería la pena salvar. Un lugar complejo, amigable y lírico, al que raras veces las ideas y las tareas cotidianas de la política actual hacen justicia. Un lugar modulado en nuestros sueños “al golpe cadencioso de las hachas / entre risas y gritos de muchachas / y pájaros de oficio carpintero”."

Os ofrezco tres párrafos del artículo firmado por el escritor Gustavo Martín Garzo, publicado por el diario El País el 25 de noviembre de 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario