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jueves, 8 de noviembre de 2012

"Il prigioniero" y "Suor Angelica" en el Teatro Real

Mi primera tarde de ópera de la temporada. Me estreno con una coproducción del Teatro Real y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, dos óperas de corta duración, escritas en el siglo XX, muy distintas pero con un sustrato temático común: Il prigioniero, de Luigi Dellapiccola, y Suor Angelica, de Giacomo Puccini. Enorme disfrute. No conocía la pieza de Dallapiccola y me ha gustado mucho. Georg Nigl, poseedor de una voz espléndida y gran bis dramática, dibuja un personaje conmovedor en su desesperanza, doliente y resignado, que sin embargo descubre un rayo de luz cuando su carcelero olvida abierta la puerta de su celda y ve posible alcanzar la libertad.












Estamos en una cárcel de Zaragoza, en la España de Felipe II, que Dellapiccola retrata como un ser infernal. Cosas de nuestra leyenda negra. Pero ese rayo de esperanza se transforma en una última tortura, una trampa urdida por sus carceleros, anticipo de su muerte. Nigl contó con una magnífica "partenaire", la soprano Deborah Polaski, una maravilla de voz e interpretación que ya he disfrutado en otras ocasiones en este mismo recinto. Ayer hizo doblete: fue la madre de Il prigioniero en la primera parte, y la princesa, tía de Suor Angelica, en la segunda.


La ópera de Puccini es una joya, una pequeña pieza perfecta, según muchos expertos no suficientemente apreciada. También habla de la falta de libertad, en este caso la de una joven noble que es encerrada en un convento al quedarse embarazada fuera del matrimonio. La culpa y la expiación. Julianna Di Giacomo, que interpretó a Sor Angelica, tiene una voz maravillosa y cantó con una dulzura enorme.

La Orquesta del Teatro Real cada vez suena mejor, creo que acertó Mortier cuando optó por no fichar a un director titular e ir trayendo a expertos en cada una de las óperas que se presentan. En este caso, Ingo Metzmacher. Tuve la suerte de sentarme casi a su lado, así que pude observar de cerca su trabajo. Un lujo verle dirigir, la orquesta sonó espléndidamente.

Tanto Il prigioniero como Suor Angelica compartieron decorados, un espacio frío y claustrofóbico que tanto podía sugerir una cárcel como un convento. Buen trabajo de Lluís Pascual como director de escena.

Os dejo con la escena final de Suor Angelica, interpretada por Renata Scotto. Disfrutadlo.

2 comentarios:

  1. Doña Renata, es mucha Renata. Fantástico. No lo conocía. ¡Qué suerte tienes, querida!

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  2. Lo sé, ignoro cuanto tiempo me durará, pero hasta entonces lo disfruto como una loca. Un abrazo muy fuerte, Enrique

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