Warhol & Dance, New York in the 50's es el título de la exposición con la que Ivorypress Art + Books, la librería/galería de arte de Elena Ochoa y Norman Foster, inaugura un nuevo espacio, colindante a su sala de exposiciones, en el que mostrará obra en papel, fotografía y ediciones especiales. La sala posee el inequívoco estilo de Foster: es abierta, luminosa y funcional, los elementos constructivos, como vigas y bajantes, se encuentran a la vista y me encantó la utilización de fábrica de ladrillo en la realización de una bóveda para una antigua escalera catalana, un adorno al fondo de la sala.
La muestra reune una serie de dibujos realizados por un Warhol joven, al inicio de su carrera artística, fascinado por el mundo de la danza en Nueva York. Aunque de su etapa de aprendizaje, los bocetos dedicados a bailarines y críticos muestran ya su genio. "Son dibujos de calentamiento", manifiesta el crítico Neil Printz, "a través de los que el pintor entrenaba su mano y sus ojos".
Cuando Andy Warhol llegó a Nueva York, en 1949, se sintió fascinado por la ciudad. La vida cultural neoyorkina se hallaba en ebullición y los espectáculos de teatro, danza y música formaban parte de su identidad ante el mundo. El pintor tenía poco más de veinte años y se sentía muy atraído por la danza, de manera que comenzó a frecuentar esos ambientes. Junto con su amigo el también pintor Philip Pearlstein y la bailarina Francesca Boas se instaló en un loft en Manhattan, y más adelante compartiría otro piso con cuatro bailarines.
Los tres retratos masculinos que os muestro corresponden a John Butler, un famoso bailarín de la época, y ella es Ruth Ann Boris. Están realizados en tinta sobre papel manila, y fechados en 1952.
Al mismo año corresponden estos dibujos, de las bailarinas Mara y Mai-Lau. Todas las imágenes pertenecen al catálogo de la exposición, muy recomendable.
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