Mientras escribo, en el hotel Caravelle de Saigon, veo a traves de la ventana esta imagen del hotel Continental. Sobre mi mesa, El americano impasible, de Grahan Greene. Lo he releído mientras ha durado mi estancia en Vietnam, acabo de terminarlo, coincidiendo con el final del viaje. En unas horas nos recogerán y emprenderemos el regreso a Madrid.
El cielo está encapotado, comenzará a diluviar enseguida.
He buscado el rastro de Grahan Green y de Fowler en el viejo café del Continental, que en gran medida continúa tal como era en los años treinta.
"Dejé una nota en la Legación pidiendo a Pyle que pasara por mi casa, y luego me fui a pie al Continental, para tomar algo". Fowler prepara la encerrona para que los vietminh detengan para siempre a Pyle.
Dice Fowler en otro momento: "Así es siempre: cuando uno se escapa del desierto, el silencio le grita en los oídos".
Dios libre a los fuertes de los débiles. Si te descuidas, acaban contigo. Del mismo modo Flower trato de preservar la vida de los vietnamitas librandoles de la inocencia de Pyle, capaz de hacer volar en pedazos a un bebé sin inmutarse. Efectos colaterales, sacrificios imprescindibles para alcanzar un bien superior. Dice Fowler: "La inocencia siempre solicita tácitamente ser protegida, cuando haríamos mucho mejor en precavernos de ella; la inocencia es como un leproso mudo que ha perdido su campana y que se pasea por el mundo sin mala intención".
Gracias por dejarnos viajar contigo, sigue escribiendo que desde mi sofa estoy disfrutando un montón.
ResponderEliminar"La inocencia siempre solicita tacitamente ser protegida, cuando hariamos mucho mejor en precavernos de ella; la inocencia es como un leproso mudo que ha perdido su campana y que se pasea por el mundo sin mala intencion".
ResponderEliminarDices...
Y, contra esa inocencia..., beneficiencia, paciencia,inconsciencia...indecencia?
"Casi siempre lo mejor de la vida consiste en no hacer nada en absoluto, en pasar el tiempo reflexionando, rumiando todo ello.
Quiero decir pongamos que alguien comprende que todo es un absurdo, entonces no puede ser tan absurdo porque uno es consciente de que es un absurdo y la consciencia de ello es lo que le otorga sentido.
¿Me entienden? Es un pesimismo optimista."
Lo dijo el mayor "idecente"
Charles Bukowski
Cariños.