"Desventuras de un fanático del deporte", de Frederick Exley

"El mundo de la telenovela es el mundo de la Americana Emancipada, una criatura cuya ociosidad no tiene más fin que hacer daño. Todas estas mujeres tenían patas de gallo muy marcadas, una boca bastante carnosa propensa a los mohines y pucheros y una sexualidad glacial y de pecho liso que, en conjunto, ponía en sus caras un sufrimiento brujeril y autocompasivo que parecía compuesto a partes iguales de menorragia crónica, estreñimiento crónico y frustración sexual aguda. Aunque no me acuerdo de los argumentos, sí recuerdo que había una escena que se repetía en que estas mujeres, como las brujas de Macbeth alrededor del caldero, se reunían en cocinas impolutas con cortinas de muselina de cuadros y hornos empotrados en ladrillo beige, y allí, sentadas alrededor de mesas de nívea porcelana adornadas con exquisitas tazas de café y flores artificiales, planeaban, intrigaban y opinaban sobre todos los fantasmales e intangibles personajes que entraban y salían de la cocina como de puntillas. Elaboraban planes, intrigas y opiniones que el guionista, pese a todo su escepticismo, sus dos mil dólares a la semana y las cursilerías que les ponía en la boca, nunca cuestionaba ni ponía en entredicho.
(...)
Mientras me preguntaba si aquel retrato de América era acertado o no, entendía que era un mundo en el que aquellas brujas no tenían más motivación que mantener a todos cuantos las rodeaban encerrados y apresados en la órbita trivial y analfabeta de su rutina cotidiana, un mundo en el que las aspiraciones originales y apasionadas estaban prohibidas."

Excelente novela, lúcido y despiadado análisis de la clase media americana que, por extensión y matices aparte, puede ser una radiografía de la mediocridad y uniformidad  que caracteriza a la sociedad bienpensante de cualquier país desarrollado. A través de una autocrítica feroz, con la misma falta de complacencia y un sentido del humor brillante y descarnado, vamos viendo el desplome de los sueños de gloria del protagonista y el devenir de la locura, que no es más que un exceso de lucidez. Divertida, brillante, intensa, os la aconsejo vivamente.