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viernes, 10 de agosto de 2012

Jitka Hanzlová en la Fundación Mapfre


"Todo mi trabajo gira alrededor de la idea de qué es hogar, de dónde se encuentra el hogar". En 1982, Jitka Hanzlová abandona Checoslovaquia, deja atrás su hogar y su familia, y se instala como exiliada política en Essen, Alemania. Hasta que no cayó el muro de Berlín, en 1990, no pudo regresar. Al mismo tiempo que aprendía el idioma se familiarizó con otro medio de expresión, la fotografía, un lenguaje para el que no necesitaría traductor.














Al recorrer la amplia exposición de sus obras, en la sede de la Fundación Mapfre del Centro Azca de Madrid, tengo la sensación de que, efectivamente, la fotógrafa busca el hogar: cuando se trata de un retrato, cobra importancia la calle donde se enmarca la figura; el paisaje que le rodea; el rincón de la casa desde el que posa. También es hogar el paisaje de su aldea, Rokytnik, a la que vuelve en 1990, donde reencuentra y fotografía a sus vecinos, sus calles y casas, sus recuerdos.













Hermosa e inquietante su serie Forest, en la que la fotógrafa se interna en la profundidad de un bosque al caer la noche. También me gustaron mucho sus retratos de las series Bewohner y Brixton. En ambos me da la sensación de que Hanzlová no fuerza al retratado en ningún sentido, dejando que se muestre con relajada naturalidad, logrando así una mayor profundidad sicológica.













En su último trabajo, el que compendia la serie There is Something I Don't Know, se inspira en el retrato clásico, fundamentalmente en el renacentista, aunque en algunas fotografías me ha parecido encontrar reminiscencias de nuestros clásicos, en especial Murillo y Velázquez. Abajo, a la izquierda, os muestro uno de los retratos de esta serie; y a la derecha La belle Ferronière, una maravillosa pintura de Leonardo da Vinci representando muy probablemente a Lucrezia Crivelli, amante de Ludovico Sforza, también llamado El Moro, Gran Duque de Milán. Os hablé de él en una entrada anterior. Las similitudes son evidentes.














Y termino con otro espléndido retrato y con una naturaleza muerta. Una bellísima exposición.



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