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jueves, 17 de enero de 2013

Reflexiones sobre la Iglesia. Thomas Bernhard

"La Iglesia católica causa en las jóvenes cabezas tantos desastres, cuando los padres son católicos y siguen más o menos automáticamente la religión católica, que resulta inimaginable. Que hemos sido educados católicamente quiere decir que hemos sido radicalmente destruidos, Gambetti. El Catolicismo es el gran destructor de almas infantiles, el gran inspirador de miedos, el gran aniquilador del carácter del niño. Esa es la verdad. Millones y, en definitiva, miles de millones deben a la Iglesia católica el haber sido radicalmente destruidos y echados a perder para el mundo, el que su naturaleza se haya convertido en antinaturaleza. La Iglesia católica tiene sobre su conciencia al hombre destruido, al caotizado, al en definitiva completamente infeliz, esa es la verdad y no lo contrario. Porque la Iglesia católica solo tolera al hombre católico y a nadie más, esa es su intención y su objetivo constante. La Iglesia católica hace, de los hombres católicos, criaturas embrutecidas que han olvidado el pensamiento independiente y lo han traicionado por la religión católica. Esa es la verdad, le había dicho en el Pincio a Gambetti."
(...)
La Iglesia católica, con ese cuento de hadas suyo para niños, y con ese espectáculo para adultos, no ha pretendido otra cosa que la seducción total de sus presas, hacerlas dóciles mediante ese cuento de hadas y ese espectáculo, extinguirlas como seres humanos para hacer de ellos católicos sin voluntad ni pensamiento, creyentes, como ella dice con infamia, le había dicho a Gambetti. La fe católica es, como toda fe, una falsificación de la Naturaleza, una enfermedad que millones contraen voluntariamente porque para ellos es la única salvación, para el hombre débil, el totalmente carente de independencia, el que no tiene una cabeza propia y tiene que dejar que otra cabeza, por decirlo así superior, piense por él; los católicos dejan que la Iglesia católica piense por ellos y, con eso, actúe también por ellos, porque les resulta más cómodo, porque, según creen, no pueden hacer otra cosa. Y la cabeza católica de la Iglesia católica piensa horriblemente, le había dicho a Gambetti. Solo piensa para sí y contra la naturaleza humana, solo piensa para sus fines, para ninguno más, piensa para su gloria, Gambetti, para ninguna más."

Extracto sacado de la novela Extinción.

6 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, Gambetti, no lo hubiera expresado yo mejor.

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  2. Que gran texto nos has regalado hoy, Sol. Tan duro como real.
    Saludos.

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  3. AÑOS PARA SACARNOS DE ENCIMA MIEDOS Y REPRESIONES INFANTILES,
    CRIO A MIS HIJOS LEJOS, MUY LEJOS DE CURAS E IGLESIAS.
    A PROPOSITO, RECORDE UN CHISTE QUE LE ESCUCHE HACE POCO A UN ESCRITOR Y FILOSOFO ARGENTINO QUE DICE:
    EL PADRE DE RATZINGER TAMBIEN FUE UNA VICTIMA DE AUSWITCH,SI, CAYO DESDE UNA TORRE DE VIGILANCIA.(CON TODO RESPETO, CLARO)
    ABRAZOS!

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  4. Sol, gracias por los magníficos textos que nos regalas. Este es tan duro como real.
    Saludos.

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  5. Presuponer tan malvados designios en una organización que contiene una serie de miembros que arriesgan su vida, que dejan todo materialismo atrás, para entregarse a los demás, me parece todo un despropósito. Según esa lógica, Tolstói, Dostoievski, Pascal, Spinoza, Einstein, Tomás de Aquino, Voltaire (sí, Voltaire), Newton, Kierkegaard, debían ser unos imbéciles redomados, una suerte de "infrahumanos automatizados".
    Esa versión simplista del cristianismo, tan extendida (Bernhard no dice nada nuevo), es sin duda buena excusa para la filosofía moderna del excelso «barrer para dentro», pero demuestran una enorme incomprensión de la fe en general y del cristianismo en particular.
    Yo soy agnóstico y puedo ser más o menos escéptico según tal o cual cuestión pero, como dijo Einstein (y resume bastante bien el asunto):
    «El fanático escéptico me divierte tanto como el fanático creyente».
    Un saludo.

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