Partiendo de la base de que resulta imposible trasladar la novela de Flaubert a un escenario, comprimirla en hora y pico de representación, me parece encomiable el trabajo que ha realizado Magüi Mira, aunque a decir verdad no sé qué opinión tendría de la obra de teatro si no hubiera leído la novela ni tuviera interiorizada a Emma Bovary, aportando todos los matices que, a la fuerza, no pueden trasladarse a escena. Aún así, he disfrutado mucho reviviéndola a través de Ana Torrent, una excelente actriz que dibujó un personaje muy creíble.
Magüi Mira, directora de la obra, nos recuerda en el programa de mano unas palabras de Vargas Llosa referidas a la novela: "La historia de Emma Bovary es una ciega, tenaz, desesperada rebelión contra la violencia social que sofoca su derecho al placer..." Y añade Mira: "Desde 1850, millones de mujeres han sucumbido al hechizo de esta mujer de ficción, nacida de la imaginación de un hombre. Millones de mujeres se han sentido identificadas con la necesidad de romper irracionalmente con un matrimonio que las ahoga. Flaubert escribe: "Un hombre, por lo menos es libre, puede gozar de cualquier placer. Pero cuando un deseo nace en una mujer ya existe una norma para reprimirlo." Emma lee, imagina, desea y goza con el sexo. Pero nada la deja satisfecha. Se asfixia, huye para respirar y equivoca la salida. Cada vez más sola, más impotente, entra en el camino de la destrucción. Es imposible que millones de mujeres, hoy, no se identifiquen con ella."
Acompañan a Ana Torrent, Juan Fernández como Carlos Bovary, Armando del Río como Rodolfo y Fernando Ramallo como León. Me gustó el trabajo del primero, los dos amantes me parecieron más flojos. Aún así, creo que merece la pena acercarse al teatro Bellas Artes. Yo me he quedado con ganas de más, así que en cuanto termine lo que tengo entre manos volveré a Emma Bovary, a Flaubert.
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