Shame cuenta la historia de un hombre asustado, vacío, solitario, que intenta paliar la angustia emborrachándose de sexo como podría hacerlo de alcohol. Un hombre que teóricamente lo tiene todo: vive en un bonito apartamento en Manhattan, tiene un buen trabajo y un enorme éxito con las mujeres, lo que le permite disfrutar del sexo siempre que lo desea. Pero lo que hace es servirse de él para huir de sí mismo. Una adicción que le va empujando al abismo, en la que no encuentra más que insatisfacción, soledad y amargura. La película está bien llevada, pero lo mejor, con diferencia, es el trabajo de Michael Fassbender, un actor deslumbrante, todo matices y sensibilidad, capaz de dotar a sus personajes de hondura y entidad. Me encantó como Jung en Un método peligroso, y con Shame terminó de enamorarme. Y, además, es guapo a rabiar. Y corre maravillosamente. Hay una secuencia en la película en la que hace footing por las calles de Manhattan, y es un espectáculo verle correr. Me recordó a Cary Grant en Con la muerte en los talones, huyendo de una avioneta asesina por aquella carretera perdida entre campos. Grant tenía una forma preciosa de correr, a diferencia de George Clooney, su imitador, que corre como un pato mareado.
La presencia de Carey Mulligan en el papel de Sissy, desencadena el drama y obliga al protagonista a tocar fondo. Me gusta esta actriz, que vi hace poco en otra espléndida película, Drive. Os dejo el trailer:
Jo Mamá, cómo te pasas con el pobre Clooney
ResponderEliminarUrsina, creo que mami tiene razón: una cosa es ser un guapísimo y aceptable actor y otra que corra como el pato Donald en un día en que le aprieta la gota. Besinos.
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