Hace unos días os hablaba de Somao, un precioso pueblo asturiano, perteneciente al Concejo de Pravia, situado en una colina frente al mar, dominando la desembocadura del río Nalón. Y os decía que esta pequeña aldea ha cobrado fama porque alberga un gran número de casas de indianos, los palacetes que los emigrantes, enriquecidos en tierras americanas, levantaron a su vuelta. Durante los primeros años del siglo XX el perfil de la aldea se transforma.
La Torre, El Palacete de Solís o Marciel, el Noceu, Villa Radis... Maravillosas casas rodeadas de jardines y plantas exóticas, entre las que no podía faltar la palmera, hasta entonces desconocida en Asturias y que hoy identifica estas construcciones. La primera que nos encontramos al llegar a Somao es la Casa de la Torre (arriba a la derecha), de 1912, un espléndido palacete recubierto de azulejo amarillo y coronado por una torre angular rematada en chapitel. Es obra del arquitecto Manuel del Busto.
Villa Radis, arriba a la derecha, es un palacete modernista construido en 1900 al estilo inglés ARTS&CRAFTS. Es un edificio soberbio, con la fachada recubierta de azulejo color crema y con una magnífica rejería de hierro. Corona la colina, de manera que goza de una vista privilegiada sobre la costa y Muros del Nalón, el pueblo al que da nombre la desembocadura del río.
Se suceden las quintas, a cada cual más impresionante. Me gusta especialmente la que os muestro arriba a la derecha, rodeada de miradores. Y abajo, La Casona. Se empezó a construir en 1900 según planos de García Nava. Posee una gran escalinata de entrada y tres de sus fachadas están rodeadas por una galería sobre columnas de hierro fundido. A la derecha, el mausoleo perteneciente a la casa, de estilo modernista. La finca que rodea al palacete es espléndida, consigo colarme al interior por una puerta posterior. Me conformaba con la preciosa casa de los guardeses.
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