Por fin una buena noticia: la Fundación Príncipe de Asturias ha otorgado el premio de las Letras de este año al escritor norteamericano Philip Roth, un autor con una obra monumental, uno de los grandísimos creadores estadounidenses de todos los tiempos. Recuerdo que la primera novela suya que leí, con la que me enamoró para siempre jamás, fue El teatro de Sabbath. Me la recomendó José María Guelbenzu durante una cena en Oviedo, donde había viajado para dar una conferencia sobre El arte de leer. Nunca se lo agradeceré lo bastante. Después de ella llegaron todas las demás, la última Némesis, el año pasado. Debería investigar si han editado alguna otra desde entonces.
Su retrato es obra de Luis Pérez Ortiz.
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