Graciela Iturbide recibió ayer el premio PhotoEspaña Baume&Mercier, galardón con el que el festival reconoce anualmente la obra de un artista de la fotografía. No conocía su trabajo y me he encontrado con una obra memorable. Iturbide se adentra en las tradiciones, ritos y costumbres del mundo que la rodea, mira con amor y paciencia a través del objetivo, capta la poesía de cada instante, ese momento irrepetible, compone los encuadres con sensibilidad pictórica, mima a las personas, objetos o paisajes que desea perpetuar. Ella va caminando por la calle, siempre con la cámara, y las cosas suceden, se colocan ante ella para ser capturadas por su objetivo.Nació en Ciudad de México en 1942. Fue discípula de Manuel Álvarez Bravo, uno de los maestros de la fotografía hispanoamericana. "Lo que me educó como fotógrafa", asegura Iturbide, " fué su forma de ser, tan poética, tan mexicana. Con él me formé también como persona, oyendo música, escuchando sus anécdotas, viendo cómo revelaba". Y también hizo suyo su lema, "hay tiempo".
¿Qué decir de este corsé de Frida Kahlo, colgado de esa pared desnuda, sobreviviendo a su dueña? Recuerdo el poema de Borges Las cosas y el Diario de Frida Kahlo, un conmovedor canto a la vida, reflejando todo el dolor.
Esta fotografía pertenece a la serie que realizó sobre la vida de los mejicanos en Los Ángeles. Una escena cotidiana, llena de ternura. Y su instinto para captar el instante con toda su expresividad y belleza. O son los ojos de la fotógrafa? Su mirada, sin duda, reinventa la realidad.
Te felicito por el reconocimiento a Alvarez Bravo, un histórico en la fotografía latinoamericana.
ResponderEliminarPara cuando Martin Chambi?
Cariños