Bajando desde Castilla por el puerto de San Glorio, el primer pueblo de Cantabria que encontramos es Potes, y si continuamos hacia el mar, el primer pueblo asturiano, después de atravesar la Vega de Liébana, es Panes. Los castellanos se mofan: Entre potes y panes, no pasais hambre, no.
Cuando llegué a Panes se celebraba una feria de ganado con el concurso correspondiente, una buena razón para montar unos tenderetes, beber y comer. Me encanta este ambiente, costumbres ancestrales que se trasladan de padres a hijos. Cuando yo era niña las mujeres aprovechaban para vender ablanes (avellanas en asturiano), bollos preñaos (bollos de pan rellenos de chorizo), quesos y barquillos. Se organizaba una romería con cualquier excusa.
Pero esto es una feria. Bajo un toldo, un hombre anuncia a través del micrófono el nombre de la vaca, el toro, la cabritilla o la oveja ganadora, así como el de su dueño, le entrega un cheque de un centenar de euros y una estatuilla conmemorativa. Al fondo, el precioso Palacio de San Román, vinculado al Señorío de Celosía, del que ya se tiene noticia en el siglo XVI.
Para llegar a Potes, ya en Cantabria, hay que atravesar el desfiladero de la Hermida, la garganta del río Deva que serpentea a un lado de la carretera. Hayas, robles, castaños, abedules, avellanos, fresnos, tilos, arces, cerezos ... La caliza desnuda de la montaña asoma entre bosques y matorrales. Al cruzar estos valles estrechos comprendes el eterno aislamiento de sus habitantes. Durante centenares de años alcanzar un valle algo lejano resultaba empresa de aventureros. Solo el cauce de los ríos era propicio para abrir caminos asequibles para los carros.
Potes es un pueblo precioso, en plena montaña cántabra. Puso Dios en mis cántabras montañas/auras de libertad, tocas de nieve/ y las venas de hierro en sus entrañas, escribió Menéndez Pidal. Estamos en el valle del Liébana, en el lugar donde confluyen el río Deva y su afluente el Quiviesa. La primera mención escrita que se conoce pertenece al siglo IX, y ya en el X existen documentos que hacen mención a la iglesia de San Vicente, situada en esta localidad.
Lugar de señorío, vinculado al Duque del Infantado y al Marqués de Santillana, pese a haber sufrido un incendio durante la guerra civil que destruyó gran parte de su casco antiguo, se restauró con acierto y conserva muchas de sus casas solariegas. En la fotografía de la derecha podemos contemplar el edificio más importante de Potes: La Torre del Infantado, construida en el siglo XIV por la familia de los Lama. Perteneció a Don Tello, hijo del rey Alfonso XI. En el siglo XVI pasa a ser propiedad del marquesado de Santillana, y durante la Guerra de Independencia fue refugio de la guerrilla española, representando un papel importante en la derrota de los franceses.
Al atardecer, de vuelta a Asturias, este espectáculo: los Picos de Europa todavía desnudos, claramente visibles con la luz de septiembre, y el Picu Urriellu (el Naranjo de Bulnes) altivo y provocador recortándose en el horizonte. Adoro esta tierra.
Sostiene Cantolla que por esas tierras lebaniegas tuvo origen la humanidad.
ResponderEliminarHasta los egipcios llegaron...
Lamentablemente sin obeliscos.
Miguel Ángel Díaz, apodado Cantolla por el apellido de su abuelo, es un personaje de Perez Galdós de los años en que todavía Potes en el vecino valle de Liébana eran zonas aisladas con un sentido muy afianzado de la dignidad y capacidad del hombre. Su vida es un continuo de travesuras, invenciones, desafíos vencidos, accidentes, incidentes… envueltos en una nube de fortaleza, valentía, bondad y buen hacer. No es extraño que este hombre, que cuenta su vida en un libro muy entretenido (Entre los Picos de Europa: las vueltas que dio mi vida), sea por allí un icono, una persona admirada y querida.
ResponderEliminarConocía de referencias al personaje, pero sólo aquí encontré su libro y quienes lo trataban y me hablaron más de él. Cantolla fue un muchacho rebelde, muy hábil con las máquinas y su mecánica, enamorado de las motos, del vuelo en planeador, de la navegación. Construyó sus propios vehículos, sus planeadores, su fueraborda. Un accidente lo dejo parapléjico para, inexplicablemente recuperar la salud al poco tiempo. Fue alcalde de Potes durante diez años, admirado como tal, constructor de su propia casa, de una escuela de aeromodelismo, de mil y una obras que perduran como él, siempre a favor de los demás, persona de un profundo sentido religioso. Su vida evidencia la hombría tradicional de los hombres cabales, el pacto con las costumbres de equidad y justicia que vale donde no hay más jueces que la propia ética.
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:WxGrG2yFtgEJ:www.gstrail.es/foro/tres-fondos-de-saco-y-de-osos-19364/+cantolla+liebana&cd=19&hl=es&ct=clnk&gl=ve&client=firefox-a
Gracias fernando. Precioso comentario.
ResponderEliminaryo he estado en el monasterio de santo toribio de liebana, para ser mas exacto en la hermita de san miguel (este mes de enero)y en la misma puerta de l hermita me encontre con este escritor que despues de hablar con el verificar su identidad contrastando las fotos de su libro con una que me hice con el. despues me dedico sus libros, porque aparte del mencionado antes tiene otro llamado (liebana un paraiso en la tierra)los cuales recomiendo su lectura.
ResponderEliminarEstoy impresionada por el libro que estoy leyendo, La Vida de Cantolla, una vida plena, un hombre de palabra que con solo dar la mano era su mejor firma. Me recuerda a mi padre, a los hombres de antes que eran paisanos de verdad. Miguel Angel, con su forma de ser noble, buena persona se hizo asi mismo. Lo conoci junto con mi hija haciendo una visita a Santo Toribio. Nos pregunto si nos gustaba leer, tenia dos libros escritos por el. Los compramos aunque en realidad nos los medio regalo. No me arrepiento de haberlos comprado. Estan muy biem narrados, de los que no puedes dejar de leer. Enhorabuena por ser como es y me alegro de haberle conocido. anonimo.
ResponderEliminarCoincidí con este maravilloso hombre(de los que lamentablemente ya quedan pocos)también en la Hermita de San Miguel,allí estaba con su Jeep abierto,su manta para las piernas y zapatillas de estar por casa,nos ofreció sus 2 libros,como dicen en el comentario anterior,medio regalados.Incluso nos dijo que si nos venía mal nos daba una cuenta y se lo mandábamos después del viaje.Increíble,por su puesto se los pagamos en el acto,pero nos dejó eso tan poco frecuente hoy en día,de que con la palabra dada no hace falta más.Estuvimos con él mucho rato,escuchando atonitos sus relatos,su forma de ver la vida,la fascinación por su maravillosa tierra,me hice una foto con él y cuando leo sus libros,miro también la foto,y según leo sube mi admiración por él.Que ganas tengo de hacer otro viaje a Liebana,admirar sus paisajes,comer algún cocido.....y buscar a Cantolla.
ResponderEliminarHe leido "Liébana, Un paraiso en la Tierra" que tengo dedicado por el autor. Me preguntó si me gustaba leer. He recorrido esas tierras desde el año 1964, cuando ni carretera ni teleférico en Fuente De. Subíamos por la Jenduda. Habitábamos en verano la casa del Naranco que habilitamos para los veranos. Hoy he ido a consultar por conocer una construcción en el Puerto San Glorio. Camino de Llesva, a la derecha, esa "choza" circular abovedada: ¿refugio de pastores? En su página 214 nos dice "...de San Glorio habría mucho que escribir". Me he quedado con ganas de saber. Disfruto con su libro, porque he recorrido muchos de los parajes que describe. Muy agradecido
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